Nora Cortiñas sale del ascensor para ingresar al hall del hotel donde se realiza esta entrevista con una sonrisa, saluda al equipo de El Litoral, acepta el lugar donde decidimos sentarnos para tener un diálogo cómodo, y se predispone a escuchar y responder sin poner ninguna condición ni límite de tiempo. En pocos días cumplirá 92 años pero parece incansable: dos días atrás, el martes 8 de marzo, participó de la marcha por el Día de la Mujer. Y reconoce que, si no fuera porque coincide con el homenaje que va a recibir de Sadop a la noche, este jueves estaría en alguna de las 11 movilizaciones previstas en Buenos Aires en contra del acuerdo con el FMI.
Hace casi 45 años que Cortiñas conoce de movilizaciones; fue cuando se sumó a las rondas de los jueves en la Plaza de Mayo para pedir por sus hijas e hijos desaparecidos por la dictadura. En su caso fue para reclamar por Gustavo, militante detenido desaparecido el 15 de abril de 1977, pero también por todos los y las demás.
92, 45. 40 años dentro de muy poco de la Guerra de Malvinas y 40 también de la recuperación de la democracia que se cumplirán en 2023.
Son fechas de particular valor histórico pero también de fuerte sensibilización social. Y todas tienen cabida en este diálogo, pocas horas antes de que por décima vez, Sadop reconozca a "Mujeres que enseñan a luchar".
Cortiñas, co-fundadora de Madres de Plaza de Mayo y de la Asociación Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora, agradece el convite y lo hace extensivo a "todas las madres porque todas y cada una de nosotras hemos hecho la lucha de manera colectiva y todas merecerían tener su libro, su película, su atención".
"Son tantas mujeres que hoy están luchando, sobreviviendo al hambre, a la falta de agua o de atención para tener una vida digna en nuestra Argentina tan grande", reflexiona a la vez que reconoce que con Sadop "hace años que nos conocemos y estamos caminando juntas, desde nuestro lugar".
Hace rato que dejó a un lado el bastón y al otro la cartera, y mueve las manos libremente mientras habla. Parece necesario andar sin ataduras cuando, como se verá, se quieren abrazar tantas causas.
- Es un mes de particular sensibilidad porque venimos del Día de la Mujer y se aproxima el 24 de marzo, con otro aniversario del inicio de la dictadura.
- Acabo de estar en la marcha del Día de la Mujer: eran miles de mujeres, muchas con criaturitas chiquitas, de upa, saliendo a reclamar derechos después de que durante años parecía que éramos invisibles. Y el 24 de marzo es una fecha muy significativa para los argentinos porque recuerda lo que fue la dictadura cívico-militar-eclesiástica donde todavía no se han abierto los archivos. Son 30 mil hombres, mujeres y hasta niños desaparecidos; otros niños apropiados de sus madres cautivas, embarazadas, que todavía esperan encontrar su verdadera identidad. Fue una dictadura sangrienta con una metodología infame y terrible como es la desaparición forzada de personas, con una persecución y un dolor que hemos vivido todos los argentinos.
En estos días se había hablado de hacer un partido de fútbol el 24 de marzo (Argentina-Venezuela) y tuvimos que recurrir a la AFA para recordarle que ese no es un día de fiesta. Y se pasó al 25. Hay que estar atentos, recomponer el país costó mucho. Todavía tenemos en la Argentina algo muy significativo que son los juicios para poder sancionar a los genocidas y hacer justicia con los pocos jueces probos que quieren hacerlo.
Lo otro que viene de esa época es la deuda externa. Hoy (por este jueves) hay 11 marchas en Buenos Aires. Yo estaría en una de ellas, seguro, porque no estoy de acuerdo con que se pague una deuda que es fraudulenta. Si se votara esta ley sería más pobreza, más miseria, más tristeza; no podríamos levantarnos en años y años. Porque además se vuelve a pedir al Fondo para pagarle al Fondo.
Tenés que leerEs hija de desaparecidos y busca a su abuela en la provincia de Santa Fe- Hablaba de un tema fundamental como fue la apropiación de niños y niñas durante la dictadura.
- La justicia tardó muchos años en buscarlos. A los hijos y nietos los buscaron las Abuelas con apoyo de los organismos, pero no fue la justicia, fueron las Abuelas. Y quiero nombrar a Chicha Mariani que no pudo encontrar a su nietita Clara Anahí y no paró un solo día de buscarla. Además a esa nietita se la llevó Camps junto con Ethecolatz, había referencias. Entones, si la justicia hubiese puesto todo de si como correspondía Chicha no se hubiera muerto sin conocer a su nietita. Así estamos andando con esa Memoria, Verdad y Justicia que tenemos permanentemente en nuestro camino. Voy a seguir haciendo hábeas corpus por mi hijo, como todas las madres que todas las familias los hacen y o hay respuesta.
Junto con eso, esta es la lucha que tenemos cada madre recogiendo las banderas de nuestros hijos y nuestras hijas, de la justicia social y del bienestar social.
Uno de los puntos es la apertura de los archivos. Lamentablemente hay muchas prisiones domiciliarias que piden los genocidas y hasta los hijos de ellos están al lado nuestro diciendo que de ninguna manera merecen esa medida.
Pero hoy el acto es también para estar en unión con docentes, trabajadores de la educación que en estos dos años de pandemia han tenido que recomponer su forma de enseñar.
- Usted habla de recoger las banderas de lucha. ¿Quién recoge las banderas de las Madres y Abuelas? ¿Confía en que nietos y nietas lo estén haciendo?
- Los otros hijos, los nietos, los bisnietos... Tengo dos bisnietos y dos bisnietas, tres nietos y mi hijo Marcelo que son los depositarios de esta lucha. Además está el pueblo que se fue haciendo solidario y entendió cuando denunciábamos el horror y la represión. Y ahora está el mundo con el reflejo de una guerra que no queremos porque las guerras siempre trajeron dolor y muerte. Así que estamos sintiendo el dolor que viene de tan lejos pero al mismo tiempo somos solidarias con todos.
- Estamos hablando de una guerra en Europa y dentro de muy poco se cumplen 40 años de Malvinas y el año que viene 40 de la recuperación de la democracia. ¿Hay una deuda de esta democracia tan joven?
- Hay una deuda al pueblo. Porque también la Guerra de Malvinas fue inconsulta y dejó la tristeza de los muertos, de chicos que después se suicidaron por recordar a los muertos que tenían a su lado, y una apropiación de una tierra nuestra que nos duele todavía. Tenemos en el país muchas cosas que saldar con estos soldados valientes que tuvimos y tenemos. Y también tenemos cosas para pelear como la megaminería que está destruyendo la Pachamama además de los millones de litros de agua que se gastan; hay provincias que están sufriendo mucho la falta de agua como la gente de Andalgalá (Catamarca) con la que estuve hace unos días. En la Patagonia hay una persecución a las comunidades mapuches; está el enclave inglés en la Patagonia donde hay un territorio que no podemos usar; en esta zona del Paraná los barcos extranjeros sacan nuestras riquezas por este río querido.
- El homenaje de Sadop es para mujeres que nos enseñan a luchar. Además de enseñar, ¿qué aprendió en todo este tiempo de lucha?
- Aprendí que hay algo especial que tiene que tener el pueblo y es la solidaridad con el otro que sufre. Si damos una mano tiene que ser para mejorar, nunca una mano de limosna. A la gente que está mal hay que ayudarla a solucionar el mal que la aqueja. Por eso tenemos que luchar los pueblos, pedir que la democracia sea transparente para tener un bienestar, fijarnos que 52 % de niños en el país no comen. Las Madres estuvimos en la calle en esos momentos de tanto dolor y el dolor lo seguimos teniendo porque no sabemos qué pasó con nuestros hijos e hijas.
Mi hijo era miilitante político, estudiaba, empezó su militancia con el cura Carlos Mugica en la Villa 31, una villa que está tan empobrecida, a la que le falta todo.
Cada una de nosotras fuimos retomando esas banderas de lucha. Cada una fuimos absorbiendo y asumiendo esa parte de lucha que tenían nuestros hijos e hijas, y la valentía y la solidaridad que es un bien innato. Siempre llevando ese mensaje de paz, nunca de venganza, nunca de usar violencia. Siempre anduvimos el camino de la prudencia de las madres.
- Son casi 45 años de las primeras rondas en Plaza de Mayo. En aquel momento eran muy pocas y ahora somos miles cuando salimos. ¿Cómo habrá sido ese momento casi en soledad?
- Hemos tenido maltratos por parte de la iglesia, desde luego de los militares que no nos han soportado por haber salido a las calles y se llevaron a nuestras madres: Azucena (Villaflor), María Ponce, Esther Careaga, para sacarnos de la calle y de la lucha.
Las honramos siempre porque pusieron el cuerpo en esos momentos violentos y trágicos. Así seguimos. Ahora muchas madres se han muerto también de Covid y vuelvo a repetir: cómo hubiera sido de distinta la vida si cada familia supiera qué pasó con su hijo y su hija. Pero vamos despacito: al principio estábamos muy solas, después empezamos a tener acompañamiento. En nuestro movimiento hay muchas mujeres que no han perdido un hijo o una hija y nos siguen acompañando. Y creo que debe ser así.
- Esa es la solidaridad de la que habla.
- Es así. Hoy se lo dedico a todas las madres, a las que no están, a las que perdieron a sus hijos pero también a quienes los perdieron por violencia policial, por femicidios.
- ¿Espera saber de Gustavo?
- Pasaron 45 años y hay que ver todo lo que vivimos... Tengo un orgullo muy grande de sus luchas; las de él y de sus compañeros y compañeras, de mujeres también que quisieron una patria justa y de igualdad. Tengo la satisfacción de que estoy en un buen camino de reivindicarlos a todos y todas.
Desde hace más de 10 años, con motivo de la recordación del día de la Mujer Trabajadora, Sadop Santa Fe viene realizando un reconocimientos a distintas Mujeres, de diferentes ámbitos, que se han destacado por alguna lucha para obtener o defender algún derecho, como mujer, como ciudadana o como trabajadora. Este jueves el homenaje fue organizado para Nora Cortiñas, Gabriela Piovani, Elsa Splendiani, Susana "Gringa" Cámpoli y Mirna Fankhauser. Será en el Solar de Mayo (25 de mayo 3428) desde las 20.