De la obra al aula: Trabajadores santafesinos decidieron volver a la escuela y lograron terminar el secundario
Veinte obreros de la construcción finalizaron sus estudios obligatorios. Cursaron durante tres días a la semana después de cada jornada laboral. La pandemia los desafió, pero no detuvo su objetivo. Esta semana lograron egresar.
Repartiendo su tiempo entre la jornada laboral y las horas de estudio, 20 trabajadores de la construcción egresaron de la Escuela de Enseñanza Media para Adultos 1146. Se trata de la segunda promoción de obreros de la Uocra Santa Fe que, por medio del Vuelvo a estudiar, pudieron terminar la secundaria. Tras tres años de estudio mediante un cursado flexible, finalizaron el ciclo que les otorgó el título correspondiente.
Esta semana se llevó a cabo el acto de graduación, en las instalaciones del Molino Marconetti, donde los estudiantes recibieron sus diplomas y medallas. Junto a sus seres queridos, docentes, referentes gremiales y autoridades provinciales celebraron tanto el logro grupal como la posibilidad de transmitir valores.
Acto de colación: Obreros de la construcción terminaron el secundario
"Es un orgullo para nosotros como gremio poder ayudar a los obreros de la construcción, que generalmente responden a un extracto social complejo, para que puedan terminar el secundario, inspirando a sus familias sobre lo importante que es la educación", comentó César Cassina, secretario general de Uocra Santa Fe, antes del acto.
"Ustedes son los héroes de la vida cotidiana, que resistió a la pandemia junto a sus maravillosas profesoras para lograr este sueño postergado", saludó a los egresados Lucía Salinas, directora provincial de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos. Y lo propio hizo el ministro de Trabajo de Santa Fe, Juan Manuel Pusineri: "Cada uno de ustedes es el testimonio vivo de que con esfuerzo se puede lograr algo tan importante, que es un logro personal y que a la vez trasciende a sus familias, en estos tiempos tan difíciles".
Del ladrillo a los libros
Durante tres años, los obreros terminaban de trabajar y se van a estudiar. Se reunían en la sede del gremio sobre calle Ituzaingó, entre Las Heras y Alvear, para cursar. Lo hacían tres veces por semana y veían dos módulos por día.
En palabras de Ana Puente la coordinadora y profe de Lengua y Elisa la profe de Inglés, la promoción fue siempre muy aplicada: "Fue un grupo excepcional, le pusieron muchas ganas", dijeron sobre sus alumnos.
Así lo demostró Matías Benítez, de 43 años, que fue el abanderado argentino de la promoción. Además de dedicarse a la construcción viaja todos los días a Paraná donde trabaja como vendedor de autos. "Es mucho sacrificio, hay días en que parece que las horas no alcanzan", dijo luego del acto. Ahora, con el título en mano ya se anotó para empezar a estudiar Recursos Humanos.
Manuel Fabatía Por el resultado conseguido y por el esfuerzo demostrado, fue una tarde de festejos de la segunda promoción de egresados.
Por el resultado conseguido y por el esfuerzo demostrado, fue una tarde de festejos de la segunda promoción de egresados. Foto: Manuel Fabatía
"Necesitaba recibirme para progresar en el laburo, así que no dudé ni un segundo apenas se dio la oportunidad", agregó Mario Cassina, que por sus buenas notas fue escolta de la bandera Argentina que portó su compañero y amigo Matías, aunque reconoció que Inglés fue lo que más le costó pero las materias sociales las que más disfrutó.
"Los años no son un impedimento para estudiar", señaló Luis, de 47 años. El hombre que vive en barrio Nueva Pompeya y reconoció, todavía emocionado que le "temblaban las patitas" cuando le tocó pasar a buscar el diploma. "Tuve que dejar de estudiar porque la plata no alcanzaba en casa", dijo desahogándose y asegurando que ahora planea seguir estudiando: "Tengo proyectos en mente, me gustaría estudiar Maestro Mayor de Obra o Técnico Constructor".
Luis, además de recibirse, fue elegido como mejor compañero. "Es un gran esfuerzo el que tenemos que hacer, pero los frutos son grandes. Creo que se practica con el ejemplo. Yo pude ver a la promoción anterior recibirse y eso me motivó. Espero ahora ser ejemplo para otros compañeros y mi hija más chica", agradeció.
Sergio Galarza, el de más edad en el grupo, se llevó el reconocimiento a la persistencia. Ahora quiere estudiar arquitectura y animó a que más se animen a terminar el secundario: "Gracias a la oportunidad del gremio y al esfuerzo de las profes pudimos lograr esto que nos costó muchísimo sacrificio. Les digo a los demás que se animen porque es un momento que no hay que dejarlo pasar. Si te dan la posibilidad, como hicieron con nosotros, hay que aprovecharla", sostuvo otro de los egresados.
Esperando por las próximas camadas
El programa se lleva adelante en coordinación con el ministerio de Educación provincial. Además de los egresados de Santa Fe, en Reconquista se recibieron otra veintena de alumnos como primera promoción. Para el año que viene, mientras aguardan la resolución de continuidad, la delegación local del gremio ya planea sumar un módulo semanal específico de inglés, además de abrir un cupo femenino.
En tiempos de pandemia
Debido al aislamiento social tuvieron que cursar el último año y medio de forma online. Todos reconocieron que no fue lo mismo, pero que al final pudieron conseguir estudiando.
Los días de cursado activaban el grupo de Whatsapp, pero también corrían los mensajes
para comunicarse cuando surgían dudas personales. "A veces teníamos que tirarles un poco la oreja para que no se duerman con los trabajos. Incluso mandándoles mensajes a las familias para que los motiven a seguir estudiando", dijo la profe Ana.
Las clases fueron virtuales, a veces por Meet y a veces con material para trabajar en la semana. "Lo importante era mantener la continuidad de estudio, porque no es lo mismo cuando nos veíamos todos los días en el gremio que cada uno desde su casa", aseguró la docente de Inglés.
Luis explicó que se enfrentó a dificultades tecnológicas, pero valoró que también esto fue un aprendizaje: "Me frustraba sentarme en la computadora y no poder plasmar lo que quería. Por suerte, gracias a mi hija más grande me dio una mano y las profes nos tuvieron paciencia, pudimos salir adelante".