Una ONG busca llevar internet a los pibes de una escuelita rural perdida en el monte
Está en Concordia, Entre Ríos. Los alumnos necesitan de ese insumo tecnológico vital para continuar sus aprendizajes. Y la Asociación Civil Verte Reír recauda fondos para comprar una antena que proveería de conectividad a todo el paraje.
Gentileza Los jóvenes voluntarios junto al alumnado de la escuela rural de Concordia, el personal directivo y docente.
A la Escuela Rural N° 23 "Hans Christian Andersen" es difícil encontrarla en Google. Está en Concordia, en la vecina Entre Ríos, a unos 300 km de esta capital, en un paraje que se llama Colonia Yerúa, cerquita de Estancia Grande. Allí asisten 27 alumnos, pibes del nivel inicial y primario, que llegan caminando -si es que no llueve y se hace un lodazal, claro-; otros a caballo, y los más "suertudos" son llevados por algún familiar en una chata. El paisaje es monte, tiempo y silencio; la realidad es casas de chapa y calles de tierra. Viven menos de 200 personas.
La presencialidad le devolvió a los niños el vínculo humano con la escuela, lugar de socialización y aprendizaje por excelencia. Pero hay un problema que se replica en miles de escuelas rurales y periurbanas del país: la internet que hay es por datos móviles, éstos se agotan y "chau": los contenidos que las docentes les mandan por celular a los papás de los alumnos para que éstos den continuidad a sus estudios quedan perdidos en un limbo.
La Asociación Civil Verte Reír Federal se enteró de la situación. Y como el sentido de ayudar a otros tiene el mismo poder que la nobleza, decidieron encaramarse sobre una meta ambiciosa pero no imposible: comprar una potente antena de internet para proveer de ese servicio no sólo a los chicos de la escuela, el cuerpo directivo y docente, sino a toda la gente del paraje de Colonia Yerúa. Y así garantizar la conectividad para que los chicos amplíen sus conocimientos.
Gentileza Cada uno de los chicos pudo elegir la ropa nueva que los integrantes de la ONG les pudieron enviar.
Cada uno de los chicos pudo elegir la ropa nueva que los integrantes de la ONG les pudieron enviar. Foto: Gentileza
La escuela está 12 km. campo adentro. Antes de llegar a la escuela, se pasa por el pueblito donde viven los chicos con sus familias: se ven casas muy humildes, todo un microclima de pobreza. "Antes habíamos mandado zapatillas, porque los chicos no tenían calzado para ir al aula", le cuenta a El Litoral Martín Mosiewicki, quien junto a Maia Wiernik y Sebastián Kahansky son los referentes de Verte Reír Federal.
Sin conectividad
Charlando con la directora, los jóvenes se enteraron de que durante 15 meses, es decir en gran parte de la pandemia, los docentes les mandaban las actividades escolares a los papás que tienen celular para que sus chicos hagan las tareas, pero a los dos días se quedaban sin datos móviles. Y nadie podía aprender.
"La directora nos sugirió: "'Lo único que nos salvaría es una antena de internet'. Nos miramos los tres y dijimos: '¡Hagámoslo!'", relata Mosiewicki. Ahí empezó la movida solidaria. Pero apareció el factor económico: construir una torre de 42 metros de alto con la base de apoyo, los herrajes, las riendas y la antena respectiva para dar conectividad a toda el área -más el costo de la empresa que llevaría el servicio-, sale 460 mil pesos.
"Pero teniendo este recurso hoy vital, vamos a poder hacer diferentes proyectos de capacitación a distancia, talleres virtuales… Imaginate: si allí se puede llevar internet, podría lograrse que la escuela crezca, porque tiene espacio físico suficiente para ampliar su matrícula. Así los alumnos podrían contar con otras materias, como inglés; la oferta educativa podría ser mucho más grande", apunta el joven.
Gentileza También se plantaron árboles, con la meta de significar en ellos valores como la educación, la solidaridad y la amistad.
También se plantaron árboles, con la meta de significar en ellos valores como la educación, la solidaridad y la amistad.Foto: Gentileza
Cambiar la calidad de vida
¿Y cómo colectar tanto dinero para la antena? Lo que hicieron los jóvenes fue crear una cuenta en la app Cafecito, que es una plataforma que busca unir ONGs o proyectos sociales con gente que quiera hacer donaciones con fines de bien común. Recurrieron a todos sus contactos y conocidos: lograron reunir a la fecha 80 mil pesos.
"Si bien colectamos un buen número dinerario, las puertas a tocar para pedir ayuda se nos terminaron. Muchos nos ayudaron, pero ahora recurrimos a la gente que nos nos conoce, a las empresas de Entre Ríos e incluso de Santa Fe que quieran colaborar con nosotros para llevar adelante este proyecto (que está dentro de un programa llamado Conectarse)", pide el joven solidario.
Mosiewicki está convencido de que si se logra montar la torre con la antena de internet, "se va a cambiar para bien la calidad de vida de estos pibes, porque van a estudiar como corresponde y ampliar sus universos de saberes. Pero no sólo para ellos, sino también para toda la gente del paraje".