Santa Fe proyectó nuevos diseños curriculares para que los niños aprendan a leer y escribir
Durante las últimas décadas no se implementó un único método de enseñanza de lectoescritura y la dispersión generó graves falencias en el aprendizaje. ¿Por qué sucedió esto? ¿Cuál es la base de la metodología que ya está llegando a las escuelas? Lo explica la especialista que los ideó.
Las evaluaciones nacionales vienen mostrando, entre las dificultades, que los chicos no pueden recuperar ideas de un texto ni responder preguntas con respuestas coherentes y cohesivas, en una letra legible. Crédito: Mauricio Garín
Marta Zamero es profesora y licenciada en letras, investigadora y especialista en didáctica de la lengua. A comienzos del año pasado fue convocada por el Ministerio de Educación de Santa Fe para elaborar los diseños curriculares de lengua y literatura de primero a séptimo grado.
La iniciativa es más que necesaria ya que durante las últimas décadas las escuelas de la provincia carecieron de una metodología para enseñar a leer y escribir. "Si baja un extraterrestre y pregunta cómo están enseñando tendríamos que llevarlo a cada escuela para que cada uno narre, larga y extensamente, de modo diverso, todo lo que hay", grafica Zamero a modo de broma, pero poniendo foco, sin vueltas, en uno de los grandes problemas que tiene el sistema educativo en su conjunto. "El problema no es la diversidad, sino la falta de una base común que permita que todos aprendan", sostiene.
Y a continuación hace dos preguntas y las responde. ¿Las metodologías para aprender lenguas alfabéticas, como el español, son infinitas? No. ¿Hay tantas metodologías como escuelas? No.
Entonces… ¿qué pasó en Santa Fe? (y en Argentina en general) ¿Por qué no hay un único método de enseñanza de lectoescritura? ¿Por qué si hace años se evidencia la repetición de bajos resultados en las evaluaciones a los alumnos no se puso el problema sobre la mesa y se buscaron soluciones?
Razones de la decadencia
La explicación que brinda la experta es amplia e incluye motivos diversos, que pueden dividirse en 5 puntos, según sus palabras.
1- Hace más de una década dirigí el primer estudio nacional sobre la formación docente del alfabetizador, una muestra muy grande sobre institutos de todo el país. Una de las preguntas (dirigidas a formadores de Lengua y Prácticas) era si Ud. está de acuerdo con impulsar una metodología alfabetizadora desde su cátedra. La respuesta que dominó fue 'No, porque las metodologías cercenan la libertad, coartan la creatividad del docente'. Ahí tenemos una respuesta: esas concepciones no se han revertido. En gran parte en los institutos de formación docente no se presta atención a ese aspecto que es central: que los chicos lean y escriban en la escuela, se considera un contenido más en el mejor de los casos, pero fundamentalmente hay una concepción de que las metodologías cercenan libertades, y no que ayudan a la enseñanza, proveyendo una base firme sobre la cual actuar institucionalmente.
"Tenemos que actuar fuertemente para que en primer ciclo, con una enseñanza muy sistemática, rica y organizada, logren escribir con corrección ortográfica y puedan leer con fluidez textos adecuados a su nivel", afirma Marta Zamero.
2- La otra parte de la respuesta proviene de la historia. En algún momento, la política educativa y los docentes de este país fundaron la escuela e impulsaron una alfabetización para 'el todo' de ese momento, muy diferente al actual. Para los primeros años, metodologías de la palabra, y para los años superiores enfoque retórico, es decir, lo que se conoce como 'composición: tema, la vaca'. La gente salía sabiendo leer y escribir bien en sexto grado. ¿Qué pasó con ese saber? Por un lado cambió el todos, y en la escuela no hubo más población seleccionada, sino que empezaron a ingresar sectores no esperados que no valoran la escuela cómo se valoraba en aquel momento. Este hecho democratizador de la escuela es muy importante. Cuando esa escuela empieza a mostrar que las metodologías que se usaban necesitan ser revisadas, actualizadas, entramos en una dictadura (años 70), que retrotrajo las metodologías a la época de Sarmiento, cuando se enseñaba por letras o por sílabas. Retrocedimos un siglo. Los militares plantearon que en el primer grado había que enseñar ¡13 letras!. Y en Nivel inicial, solo "aprestar". Esta es otra parte de la respuesta: hay procesos políticos que destruyeron las construcciones pedagógicas y científicas de avanzada que ya teníamos por entonces.
3- Otra parte de la respuesta es que cuando no tenés población seleccionada dentro de la escuela pasás por un problema de inestabilidad y bajo rendimiento. Lo podemos comparar con correr una maratón con los atletas de la ciudad o con todos para hacer que se muevan un poco, y sacamos a correr hasta a las personas sedentarias que se cansan al cuarto de cuadra. Hoy la escuela tiene a todos ¿vos podés enseñar del mismo modo a todos que con población seleccionada y con cualquier metodología? La respuesta es no.
4- A esto se suma la pandemia, que ha hecho estragos y ha mostrado que la escuela es absolutamente imprescindible, aun teniendo dificultades metodológicas como tenemos.
5- Pero además hay otra situación de mucha tensión porque es interna al sistema educativo. En los años 80/90 comienzan a difundirse conocimientos sobre el sujeto que aprende, que se conoce como psicogénesis, que sostiene que los chicos, mientras uno les va enseñando, van construyendo conocimiento de modo particular, infantil. Esos estudios -de psicología- produjeron el desarrollo de una didáctica de la lengua basada exclusivamente en el sujeto y este desequilibrio no puede sostener una buena didáctica, tenés que tener también gran idea sobre el objeto de conocimiento, que en este caso se trata de la lengua escrita, un objeto muy complejo. Esa metodología –por acción u omisión- es responsable del abandono de la enseñanza de numerosos contenidos, como por ejemplo los tipos de letras, la ortografía, la sistematicidad y gradualidad de palabras y oraciones escritas. Nos quedamos con que los chicos ya van a aprender, tengámosles paciencia. Pero no es solo cuestión de paciencia , además hay que ir enseñándoles de qué se trata el objeto que se está aprendiendo. En lengua eso nunca fue resuelto, entonces estamos cosechando las consecuencias.
- ¿Y cuáles son esas consecuencias?
- El que se repite en las evaluaciones: los chicos no pueden recuperar ideas de un texto ni responder preguntas con respuestas coherentes y cohesivas, en una letra legible. Y no queremos tener esos problemas. La situación que atravesamos es una situación compleja porque necesitamos renovar metodologías sobre conocimientos que han perdido valor para la escuela o frente a los cuales la escuela duda de su valor, como el aprendizaje de la lectura fluida en voz alta, la ortografía, la letra cursiva, la gramática... Y la población también deja de valorar lo que no se valora en la escuela. Sin embargo, si bien es más difícil el trabajo en la pobreza, el problema no está solamente en las escuelas donde hay población pobre, está también donde hay población no pobre. Lo que demuestra que el problema va más allá del sujeto que lo está aprendiendo.
- Y desde la función pública para la que Ud. fue convocada ¿qué hicieron para atacar este problema?
- Fui convocada a principios del año pasado por el Ministerio de Educación para elaborar los diseños curriculares de primero a séptimo grado, y ya están terminados. Están enmarcados en lo que se conoce como balanced approach, es decir, en un enfoque equilibrado. Si uno se pregunta si en el mundo hay algo nuevo en materia de alfabetización en lenguas alfabéticas la respuesta es no, la alfabetización pasa por momentos de ciencia normal. Y desde comienzos de este siglo, hay un enorme consenso respecto de cómo se ha resuelto la enseñanza en lenguas alfabéticas como la nuestra.
- ¿En qué consiste el enfoque equilibrado?
- Lo que hace es combinar propuestas compatibles y actualizadas que ya sabemos que producen buenos conocimientos y equilibrarlas en una metodología, evitando algunos extremos del siglo pasado. El enfoque va por un lugar equilibrado desde la globalidad de los textos hasta el análisis preciso de las palabras y su ortografía, desde las conversaciones más culturales sobre libros, textos y autores hasta el análisis de los rulos de las letras en cursiva. Comienza por los textos y habilita desde el primer día el análisis de palabras para aprender el sistema alfabético, primero en sus regularidades y luego en los aspectos irregulares. Evita la pérdida de tiempo con cualquier tipo de aprestamiento. Conjuga la conciencia fonológica y la conciencia léxica, palabra y texto, estudios culturales, teoría literaria y conocimientos lingüísticos firmes, y con una enseñanza sencilla, ordenada y evaluada regularmente, tanto del aprendizaje de los chicos como de la enseñanza del equipo docente. Lo que hace un enfoque equilibrado es poner en correlación todos esos aportes metodológicos con las teorías sobre el sujeto que aprende, y puestas en manos de los docentes con un dispositivo de enseñanza que prevé dónde, cómo, cuándo enseñar, evaluar, etc.
- ¿El objetivo es que los niños lean en primer grado?
- El diseño curricular de Santa Fe no puede estar en contra de los grandes acuerdos nacionales. A nivel nacional, desde el año 2004 cuando se aprobaron los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios, primero, segundo y tercer grado tienen contenidos que son comunes a los tres años, y otros que son muy específicos de cada uno. Esos contenidos tienen que ser enseñados en cada grado, no podemos esperar a que el chico después de escribir dos años en mayúscula de imprenta, sin espacios, trace fácilmente palabras en cursiva, separadas del resto. Estos contenidos son de primer grado. Tenemos que actuar fuertemente para que en primer ciclo, con una enseñanza muy sistemática, rica y organizada, logren leer y escribir con corrección ortográfica un conjunto de palabras de uso común y algunas de uso específico; puedan leer con fluidez textos adecuados a su nivel, cada vez más extensos y complejos; puedan organizar oraciones con corrección, con las palabras separadas, y que tengan un modo de revisarlas, con ayuda en principio y luego con autonomía, para ver si están bien escritas.
- ¿Es posible hacer eso en tres años?
- Por supuesto que sí.
- ¿Con toda la población?
- Sí, por supuesto, aún con los que tienen más dificultades. No estoy hablando de los que tienen patologías. Eso es leer y escribir en primer ciclo, es explorar el sistema alfabético para aprender las bases regulares de su uso y producir enunciados bien formados en lengua escrita, más allá de que tu lengua oral sea muy diversa, incluso, de sustancia gestual, como la Lengua de Señas Argentina, recientemente sancionada.
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