La UCSF distinguió al arquitecto Aníbal Moliné como Doctor Honoris Causa
La Universidad Católica de Santa Fe honró al reconocido arquitecto, docente e investigador rosarino en vistas de su valioso legado académico, profesional y humano.
De izq a der. Armando De Feo, presidente del Directorio UCSF, Gabriel Biagiono, decano FAD; Aníbal Moliné y Lurá; Eugenio Martín De Palma, rector UCSF.
El Dr. Arq. Aníbal Julio Moliné y Lurá, fue condecorado con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Santa Fe, máxima distinción académica de esta institución, que se brinda a quienes han realizado una contribución notable al conocimiento, a la investigación o al desarrollo humanístico, y que son motivo de inspiración para la comunidad universitaria.
Fue el decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño, MDA Gabriel Darío Biagioni, quien propuso otorgar este reconocimiento, en consideración a la labor académica y profesional de Moliné y Lurá en el ámbito de la arquitectura en nuestra provincia, y particularmente en el desarrollo de las carreras de esa unidad académica en la sede Rosario, así como en la dirección de equipos de investigación y publicaciones.
Nacido en Rosario en 1937, arquitecto por Universidad Nacional del Litoral y doctor por la Universidad Nacional de Rosario, Moliné y Lurá es uno de los iniciadores de esa carrera en la sede rosarina de la UCSF. Profesional y docente, dedicó gran parte de su tiempo a transmitir con pasión y entusiasmo sus conocimientos y valores en torno a la arquitectura.
El arquitecto Aníbal Moliné y Lurá junto a su esposa en el acto de entrega de la distinción.
Entre 2015 y 2021 estuvo a cargo de la coordinación académica de la FAD en Rosario, y desde un año antes ejerció allí la docencia en diversas materias. A partir del doctorado Honoris Causa, Moliné y Lurá forma parte del claustro de la FAD como Profesor Extraordinario.
La ceremonia tuvo lugar en la sede de Aricana, una de las obras del propio Moliné y Lurá, quien estuvo acompañado de su esposa, sus hijos, nietos, familias y amigos.
"Esta distinción vincula al candidato del modo más "perfecto" con nuestra Institución y por ello le caben, entre otras, dos grandes premisas: por un lado, y siguiendo las enseñanzas de San Juan Pablo II, en su Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, que el mundo lo reconozca por ser Insigne por su saber, estar siempre preparado para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y ser valiente para testimoniar su fe ante el mundo", expresó el rector Mgtr. Lic. Eugenio Martín De Palma,
Asimismo, "comulgando con los principios de nuestro Papa Francisco, saber que: 'El verdadero poder es el servicio'. En el servir está nuestra grandeza. En ello estará la excelencia, en ello estará la magnanimidad". "Me alegro junto con usted, todos sus seres queridos y toda esta comunidad universitaria que la institución que tiene como lema 'In Omnem Veritatem', de la cual usted ya es parte, lo reconozca de este modo tan acabado con el título de Doctor Honoris Causa", expresó De Palma.
En honor a sus méritos
Según lo dicta la norma del Directorio, se establece una comisión de estudio especial conformada por tres miembros competentes en el área que actúan como peritos, evaluando las obras, antecedentes y trayectoria del candidato, a fin de emitir un dictamen sobre la conveniencia de la entrega del título. El tribunal estuvo conformado por el Mg. Arq. Gustavo Giobando, y los arquitectos Marcelo Barrale Arribillaga y Carlos Serra.
Barrale Arribillaga, docente y ex vicedecano de la Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario, manifestó: "Este es un reconocimiento a su trayectoria académica, pero también a su desempeño como profesional de la arquitectura, a su dedicación en gestión institucional y a toda una larga vida dedicada al oficio, en el sentido amplio, al proyecto arquitectónico".
Hizo mención especial al taller que desarrolló Moliné y Lurá en las décadas del 70, 80 y 90: "Un programa teórico-práctico que se transformó en una propuesta convocante, tanto para estudiantes como para jóvenes arquitectas y arquitectos, que ansiaban integrarse", y que formó profesionales que hoy destacan "en la ciudad y en nivel internacional", señaló.
El dictamen de Serra, docente y ex presidente de la Fundación Fraternitas Rosario, hizo hincapié en su "desarrollo intelectual muy amplio y profundo en todos los aspectos, que tiene correlato en una gran capacidad de trabajo, con una minuciosa preparación para cada tarea que comienza; aportando su tiempo, su capacidad y su entusiasmo tanto en la docencia como en la investigación y en la producción arquitectónica".
A su vez, destacó ciertas cualidades humanas como su empatía abierta "que posibilita el trabajo en grupo y la formación de todos los intervinientes, al convertirse en amigo y compañero", y su "amplio y generoso" reconocimiento de las distintas posturas ideológicas.
Giobando, docente y ex decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UCSF, sentenció: "Quiero dar especial testimonio de las cualidades humanas y personales de Aníbal (...) del respeto y cariño de sus ex-alumnos, entre los que me incluyo y a quienes nos inculcó el valor del trabajo metódico, paciente, honesto intelectual y materialmente, responsable con las instituciones y comprometido con el comitente, la comunidad y el lugar donde nos toca actuar profesionalmente. De su amor a su familia, a la docencia y a su ciudad de Rosario".
"Para expresarlo en términos coloquiales y si se quiere, más íntimos, Aníbal es ante todo y más allá de sus destacados antecedentes: una buena persona, y un buen y leal amigo, y parte de nuestra Universidad Católica de Santa Fe", concluyó.
Visiblemente emocionado, Moliné y Lurá tomó la palabra y destacó especialmente el afecto y la distinción recibida por parte de la UCSF, "no sólo por el reconocimiento a la tarea realizada, sino también por el aliento que incorpora para continuar con la misma".
El homenajeado recorrió tres momentos que marcaron su relación con la UCSF, y que comenzó a principios de los años 70, por la participación en ciertos encuentros, charlas y conferencias. Entre 1986 y 1988 el vínculo se fortaleció cuando fue invitado a desarrollar cursos de posgrado y otras actividades.
"Recuerdo con especial y profunda gratitud dicha invitación, ya que, por esas cosas que tiene la vida, durante esos años en la Facultad de Arquitectura de Rosario no pude desempeñar mi rol como docente, en cambio sí pude hacerlo en las aulas de la UCSF", expresó.
La tercera y última etapa fue luego de su jubilación como docente de la FAPYD - UNR, en que fue invitado a participar en la concreción de una nueva sede en Rosario de la Facultad de Arquitectura de la UCSF.
"He comprometido la mayor parte de mi vida con la docencia y la arquitectura y debo confesar que los que más me han ayudado a aprender y conocer han sido mis alumnos, mis colegas y mis comitentes", confesó, a la vez que compartió con los presentes: "Con el paso del tiempo, entendí que la arquitectura y la docencia eran instancias valiosas para contribuir a reparar nuestro mundo tan devastado".
"Quiero finalizar respondiendo a mi maestra de 2º grado que hace casi 80 años nos alentó a ayudar a hacer un mundo algo mejor que el que encontramos: tengo serias dudas de que lo hayamos logrado, pero sí creo que lo hemos intentado a través de nuestro humilde pero sostenido esfuerzo y que, mientras el destino lo permita, lo seguiremos haciendo", concluyó.
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