El Molino se convirtió en una fábrica de ciencia para pequeños curiosos
La ciudad de Santa Fe fue sede de la segunda edición de la feria "Hacemos Ciencia", una propuesta educativa integral con diversos dispositivos lúdico-pedagógicos diseñados por universidades e institutos de investigación de la provincia que atraparon a los más chicos y también a los más grandes.
Las muestras expositivas dejaron boquiabiertos a los más chicos. Foto: Pablo Aguirre
Colores, texturas, luces y música sirvieron para hacer frente a otra jornada gris de las que predominaron durante las últimas semanas en la ciudad de Santa Fe. Podría haber sido un paseo por la plaza o quedarse en casa con los videojuegos o mirando alguna serie, pero muchas familias prefirieron escaparle a la rutina yendo a pasar la tarde en el Molino "Fábrica Cultural".
Bajo las icónicas "bóvedas cáscaras" de Amancio Williams que se erigen sobre las calles del Bulevar se desarrolló la feria "Hacemos Ciencia", organizado por el gobierno provincial. En el encuentro hubo una sola regla: estuvo prohibido no tocar y no preguntar. El espíritu que deambuló por todos los rincones fue el despertar la curiosidad de los pequeños y alimentar las vocaciones de los más grandes.
Familias completas pasaron por los distintos stands de la feria Hacemos Ciencia. Foto: Pablo Aguirre.
La feria no discriminó por edades. Hubo actividades pensadas para todos: talleres sobre robótica e impresión 3D; un espacio del CODE dedicado a la astronomía; stands de física y química con experimentos; demostración de realidad aumentada e inteligencia artificial; exposición interactiva sobre mamíferos y peces nativos y el funcionamiento de nuestros ríos; entre otros. Y también hubo espacios para que los más grandes conozcan el trabajo de las instituciones de la región, charlas a cargo de divulgadores científicos invitados y experiencias de investigadoras santafesinas que vivieron intercambios en el exterior.
Compartir y conocer
"¿Cómo le puedo decir a un robot lo que tiene que hacer?", preguntaban ingenuos tres jovencitos apostados en la mesa y con las manos apoyadas en la quijada. Allí estaban dos estudiantes de la Universidad Nacional del Litoral, que con paciencia explicaban en qué consistía la actividad: lenguaje de programación basado en bloques.
Las impresoras 3D dieron vida a diseños e ideas de los jóvenes. Foto: Pablo Aguirre
"No se frena, nos hace caso"; "uh, mirá, dobló a la izquierda"; "ahora hace luces y pasa música: ¡a bailar!". Los jovencitos estaban chochos con la obediencia del mini robot a sus instrucciones. Mientras, Brisa, mamá de uno de ellos (Agustín, de 7 años) los filmaba fascinada con su comportamiento.
"Van juntos a la escuela de la UNL. Nos enteramos de la actividad porque la compartieron por el grupo de WhastApp y me pareció que podía ser divertido, así que les pregunté a otros papás y mamás si querían acompañarnos a pasar la tarde, a seguir jugando pero también aprendiendo", contó Brisa sobre el motivo que los llevó hasta el Molino.
El celular también se aprovechó mediante pegatinas en las columnas para probar la realidad aumentada. Foto: Pablo Aguirre.
"Por suerte, se re coparon con todos los experimentos. A mí me encantan traerlo a este tipo de actividades. Creo que tiene que haber más, para fomentar desde las infancias el acercamiento a las ciencias", dijo la madre de Agustín.
Acelerar el espíritu crítico
Un autito viajaba a toda velocidad entre todas las piernas. Su conductor, un intrépido niño enchufadísimo a una tablet. Todo aquello era parte de la actividad del taller de robótica de la Universidad Tecnológica Nacional de Santa Fe.
Pablo, padre de aquel curioso niño que la semana que viene cumplirá 8 años, comentó que "todo lo que tenga que ver con la ciencia, la tecnología y la investigación me parece un elemento central en su formación, porque si no tiene la capacidad de discernir, de pensar cómo las nuevas tecnologías influyen en su vida, no va a lograr desarrollar un pensamiento crítico frente al mundo".
La robótica y la programación estuvieron entre las actividades preferidas. Foto: Pablo Aguirre.
"Es impresionante", opinó contemplando los intentos de su hijo por hacer funcionar el robot. Pese a la sorpresa, dijo que en su casa tiene algunos juegos de programación. "Nos enfocamos en su formación ciudadana porque creemos que es importante; en este caso para los chicos, pero también tenemos que fomentarla en nosotros los adultos que muchas veces tomamos a todo lo que vemos en la pantalla como la verdad revelada y que ha llevado a discutir de nuevo en el siglo veintiuno si la tierra es redonda o plana", opinó Pablo.
Y agregó que le gustaría que desde la escuela se fomenten más actividades de este tipo para fortalecer la enseñanza: "Creo que estamos teniendo un problemón en la educación: la mitad de los chicos de tercer grado no entienden lo que leen cuando pasan entre 5000-6000 horas en el aula, y en la secundaria solo el 16% de los jóvenes terminan en tiempo y forma con aprendizajes básicos en lengua y matemática. Necesitamos una política seria de transformación, porque nuestro sistema educativo también atrasa en contenidos que no van a ser relevantes de acá a algunos años. Si queremos que nuestros hijos sean protagonistas del mundo que se viene tienen que tener estas nuevas capacidades porque lo relevante ya no va a ser el acceso a la información, sino el saber distinguir información verdadera de la falsa y cómo validarla con lugares serios".
De generación en generación
Un poco más allá, en otro stand, se da una imagen curiosa: un microscopio más grande que el propio observador. Un niño de tres años llamado Camilo observa con atención imágenes que sin la tecnología no podría ver. Esto se lo enseñó su abuela , Alicia, que apenas se enteró de la actividad no dudó en llevarlo para inculcarle de a poco pasión por la ciencia.
El microscopio causó fascinación entre los pequeños curiosos. Foto: Pablo Aguirre.
"Me pareció una hermosa oportunidad para que vaya incorporando algunos elementos de la ciencia y de las innovaciones tecnológicas. Él lo ve como un juego, pero la posibilidad de ponerse por ejemplo en los oculares de un microscopio y poder preguntar o recordar mas adelante ese objeto y para que sirve, creo que es una buena manera de incentivarlo", comentó Alicia.
La abuela dijo que el niño Camilo pudo entrar en contacto por primera vez con formas de energías alternativas, energías renovables, jugar con circuitos, manipular instrumentos de laboratorios y conocer a científicos de la ciudad. "Estas actividades son bienvenidas, ojalá se fomenten más, porque también nos sirve a los adultos que los acompañamos a conocer mejor qué es lo que se hace en los institutos científicos de nuestra región", agregó.
Para seguir fortaleciendo el vínculo no solo entre familia sino ahora también con las actividades científicas, dijo que "en casa vamos a tratar de copiar algunas de las cosas que vimos acá y reinventarlas para hacer nuestros propios juegos y que así siga aprendiendo".
La ciencia como motor productivo
Marina Baima es la secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Producción de la Provincia de Santa Fe y fue quien estuvo al frente de la actividad. En diálogo con El Litoral, señaló la importancia es unir la ciencia para los desafíos de la provincia.
Marina Baima, secretaria provincial de Ciencia, Tecnología e Innovación. Foto: Pablo Aguirre.
"Esta feria busca mostrar el potencial del ecosistema científico-tecnológico santafesino, las producciones de las Universidades, el Conicet, el INTA y el INTI, lo que estamos haciendo con los clubes de ciencia y tecnología integrados por estudiantes de secundaria de distintos puntos de la provincia. Lo que queremos es despertar vocaciones a través de la experimentación. Que los chicos se animen a elegir carreras que a veces los parecen muy lejanas pero que de esta forma pueden ver quiénes son los que hacen ciencia y tecnología, que son personas normales, apasionadas y son el motor de innovación de la provincia de Santa Fe", sostuvo Baima.
La feria científica "Hacemos Ciencia" ya tuvo su primera edición en la ciudad de Rosario, y promete seguir visibilizando las acciones científico-tecnológicas por distintas partes de la provincia. La funcionaria destacó que le ha llamado la atención cómo los chicos y chicas descubren las utilidades tecnológicas: "Por ejemplo, los celulares que hoy es algo que la gran mayoría tiene en su casa, pero que es una tecnología que fuera del uso cotidiano también se puede usar para programar, para diseñar una pieza que después la pueden imprimir en 3D".
En ese sentido, dijo que "es fundamental que puedan ver que es fácil, que es accesible y que puede ser divertido, y que a partir de eso a lo mejor se deciden más adelante por elegir estudiar una carrera de ingeniería. Esto hace que sea un atractivo para un montón de gente que viene a pasar la tarde aprendiendo con sus hijos o sus nietos, pero que también despierta el entusiasmo de un montón de profesionales que quieren mostrarles a los jóvenes lo que hacen y son muy receptivos a esto que venimos construyendo".
Asimismo, Baima destacó que la ciencia santafesina está por encima de la media del país. "Nuestra provincia ocupa el tercer puesto en el podio a nivel nacional en materia de ciencia y tecnología, tenemos investigadores e investigadoras de excelencia y también pymes extremadamente innovadoras que permanentemente reciben reconocimientos y premios. Por lo cual es muy importante lo que venimos haciendo hace tres años y medio con el gobernador Omar Perotti que desde el inicio de la gestión planteó, por un lado, unir la ciencia y la tecnología junto a la producción para multiplicar su impacto y, por otro, abrir este sector al territorio para trabajar con las demandas sociales, con las demandas productivas, ambientales, las de salud".
En ese sentido, también destaco el trabajo de la cartera que conduce el ministro (de Producción) Daniel Costamagna, en la vinculación tecnológica. "Hoy podemos decir con orgullo que la provincia de Santa Fe ha llegado a quintuplicar su presupuesto en ciencia y tecnología. Una inversión histórica que tiene el desafío de vinculación, en un mismo camino, con temas estratégicos compartidos entre el sector científico y el sector productivo. Somos una provincia productiva, en la que uno de cuatro dólares que Argentina exporta salen de acá. Entonces esa capacidad que tenemos para producir y producir ciencia tienen que estar relacionadas y esa agenda es por la que trabajamos".
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.