El partido pasó, los comentarios siguieron y la sensación es que armaron el mejor partido de los últimos tiempos si se comparan los enfrentamientos que hubo entre ambos. En pocas horas, Unión visitará a Barracas Central en Floresta y Colón recibirá nada menos que a River en el Brigadier, con dificultades para el armado de la defensa.
El saludo de los dos autores de los goles de Colón: Wanchope Abila (figura del clásico) y Facundo Farías. Fue después del penal muy bien ejecutado por el juvenil sabalero, a la izquierda de Mele. Crédito: Pablo Aguirre
Mientras Marcos Romero calificó de "10 puntos" el operativo policial, se produjeron algunos hechos que merecen seguir trabajando para que no vuelvan a suceder, como por ejemplo las demoras y aglomeraciones de gente que se producen en el ingreso a la platea este. A grandes rasgos y más allá de un herido de arma de fuego que se dio fuera del radio de cobertura policial del partido, según informó el doctor Poletti, se observaron profundos avances en torno al aspecto organizativo. Por ejemplo, las demoras e inconvenientes producidos en ocasión del clásico anterior -el del 19 de marzo- no se dieron en el acceso a la popular norte, donde la gente -más allá de alguna pequeña demora en el horario "pico" de ingreso de la gente- lo hizo en forma fluida y sin inconvenientes, como así también a la zona de plateas y palcos por el sector oeste del estadio. Las puertas del mismo se abrieron puntualmente a las 10 de la mañana y en ese sentido no se produjeron las demoras de otros encuentros, como así tampoco los habituales inconvenientes previos con la gente de Utedyc, que inclusive en algunos partidos mantuvieron en vilo a la multitud que habitualmente concurre al estadio sabalero. Colón hizo un esfuerzo económico muy importante (2,5 millones de pesos) para el pago del operativo de seguridad que, según lo visto y lo señalado por el propio Marcos Romero como principal responsable, fue un "exito".
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Esta jugada se dio en el primer tiempo. El córner desde la izquierda fue cabeceado por Portillo y motivará una buena intervención de Burián, abajo y junto al palo izquierdo. Crédito: Pablo Aguirre
El penal que Herrera le cobró a Meza, luego del remate de Esquivel, motivó polémica y diversos comentarios. Se observa claramente la falta de intención de parte del jugador, al poner, desde antes de que se produzca el remate, las manos sobre sus espaldas. El defensor de Colón se da vuelta y la pelota le pega en la zona del codo, que estaba despegado del resto del cuerpo. Para Miguel Scime, el ex árbitro, fue penal. "¿Qué sucedió? Tras un rebote, Lucas Esquivel pateó desde afuera del área y la pelota dio en el brazo de Meza. Herrera no dudó en sancionar el remate desde los 12 pasos y el VAR respaldó su determinación. Sin embargo, no representó una infracción. El lateral se da vuelta ante el tiro y busca esconder sus brazos. Y es el balón el que busca la mano, cuando el jugador gira tratando de evitar el contacto. La mano/brazo toma una posición natural siguiendo un movimiento corporal lógico". Por su parte, el doctor Oscar Blanco, un periodista de largo recorrido en temas de Afa y que es crítico de los árbitros, señaló: "En mi criterio es correcta la decisión de Herrera ya que Meza intenta parar el remate y al darse vuelta coloca los codos en un movimiento no natural obteniendo el resultado de evitar el remate. En mi criterio es penal".
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Desde lo estratégico, las dos posturas quedaron bien definidas. Colón fue el que salió a hacerse dueño del partido -y lo logró en el trámite-, mientras que Unión lo planteó de contragolpe. El cierre del primer tiempo colocaba a Unión en una situación de clara ventaja: lo ganaba y tenía un jugador más en la cancha. Los 11 contra 10 duró muy poco, apenas 10 minutos. No fue tiempo suficiente para hacer valer el hombre de más en el trámite. Tampoco era claro si Unión iba a cambiar su estrategia para plantear un partido diferente. Quizás la idea fue la de seguir esperando para que el paso de los minutos y el adelantamiento masivo del rival le brinde la posibilidad de acrecentar chances de lograr el objetivo a través de la vía que había elegido, la del contragolpe. Colón, dominante en el primer tiempo, intensificó lo suyo multiplicándose en lo físico y complicando a Unión en todos los sectores de la cancha. Falcioni leyó bien el partido en todo momento, hizo los cambios en forma correcta y arriesgó siempre. Cuando puso a Acevedo, después del segundo gol, faltaba muy poco tiempo como para prenderse de esa victoria parcial y mantenerla. No pudo.
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¿Qué hay que reprocharle a Unión?, ¿no haber cambiado de actitud en el segundo tiempo?, ¿para qué hacerlo si la estrategia le estaba dando resultados?. Con el hecho consumado, algunos podrán pensar que Unión debería haber modificado su postura estratégica. Si realmente la idea de Munúa fue la de esperar a Colón y jugarle de contragolpe, necesitaba que la respuesta defensiva sea más firme y sólida de lo que fue. Si se le entrega terreno y pelota al rival, hay que tener orden y eficacia para defender. El orden no faltó, pero la solidez defensiva no se vio en la magnitud esperada y por eso le crearon tantas situaciones, algunas de ellas malogradas en forma increíble. Munúa fue muy sincero luego del partido y reconoció la superioridad de Colón. Y fue así. El rival también juega. Y más allá de cualquier crítica que se le pueda hacer a Unión, vale también el mérito sabalero de imponer lo suyo.
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El momento preciso del pisotón de Garcés a Álvez, muy cerca de la mitad de la cancha cuando ya el árbitro había cobrado la falta. Herrera lo amonestó, pero el VAR intervino (como lo hizo luego con la jugada de Portillo contra Aliendro) y lo echó de la cancha. Crédito: Gentileza Jano Colcerniani
Es casi nulo el tiempo para analizar lo que pasó, porque ya hay que focalizarse en lo que viene. Unión viaja este martes por la mañana a Buenos Aires. El partido del miércoles con Barracas Central se jugará en All Boys a las 14 y el poco tiempo de recuperación demanda que el plantel viaje con el objetivo de hacer una pequeña siesta en Buenos Aires este martes y descansar bien por la noche para llegar lo mejor posible a este partido en Floresta. Sin Portillo -expulsado en el clásico- se cae de maduro la presencia de Nardoni en su lugar. ¿Algo más?, quizás no. El técnico estuvo conforme con lo que hizo Vera por el carril, teniendo el respaldo defensivo de Emanuel Brítez. Salvo que alguno esté cansado o quiera darle un poco más de frescura al equipo, es muy posible que no se modifique demasiado el equipo, salvo lo ya apuntado de Nardoni por Portillo. Igual, habrá que esperar.
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El problema en Colón es el armado de la defensa. Sin Garcés ni Goltz, ¿qué tiene el técnico a disposición?. Novillo va a seguir como titular y si busca un zaguero central nato, deberá recurrir al pibe Gian Nardelli. Lo de Beltrán es muy evidente: el jugador está en el medio de una puja entre Colón y River, es presionado por la institución millonaria que pretende repatriarlo y estos días finales de su vínculo con Colón se han convertido en un martirio para él. Verlo este miércoles ante River es poco menos que imposible y la realidad es que todo indica que se va y que el último partido que jugó, fue el de Tucumán. Después, habrá que ver si Falcioni tiene en mente alguna modificación y si sostiene al Pulga Rodríguez ingresando desde el banco de relevos, como pasó en el clásico.
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Otra cuestión que dejó el clásico, es que Unión cortó su racha y Colón no. La racha de Unión era de 6 derrotas al hilo y el empate le puso fin a la misma. La de Colón era de 11 partidos sin ganar y con este 2 a 2 se acrecienta a 12 partidos sin victorias. Además, Colón lleva diez años sin poder ganarle a Unión en el Brigadier López. Aquélla vez, el equipo de Sensini le ganó al de Pumpido por 2 a 0 con los goles de Mugni y Gigliotti.
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Sigue siendo una incógnita lo de la continuidad de Lértora, Aliendro y Bernardi. En Independiente se da como virtualmente concretado el arreglo de palabra para un contrato de dos años y medio con Aliendro, en tanto que los rumores con los otros dos son variados. Lejos de alimentar alguna expectativa favorable en el hincha sabalero que luego contraste con la realidad, hay que decir que las chances de que alguno de los tres siga en el club son mínimas. De todos modos, faltan poco más de 15 días para el vencimiento del contrato de los tres jugadores y mientras haya tiempo, habrá esperanza.
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Un dato no menor de cara a la visita de River a Santa Fe: Gallardo cumplirá su partido 700 en River. Como jugador, estuvo en 305 encuentros; como entrenador lleva 394 y este miércoles, a las 19, iniciará su partido 395 como entrenador. Además, ha recibido buenas noticias en estas últimas horas: la recuperación de Casco y Matías Suárez, como así también la posibilidad de disponer de la presencia de De la Cruz. Y habría que hurgar mucho en la estadística para encontrar dos partidos consecutivos de River con sendos 0 a 0 como los que jugó en el arranque de esta temporada, lo cuál indudablemente marca con claridad cuál es el déficit que tiene su equipo y el por qué de la insistencia de la vuelta de Beltrán y este "trabajito fino" que está llevando adelante para intentar lo que parece muy complicado: contar con la llegada del uruguayo Luis Suárez.
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No pasó desapercibido el festejo de Jonathan Álvez en el penal, ya que salió corriendo hacia un costado advirtiendo la presencia de Franco Perego, fotógrafo de Unión. Álvez fue corriendo hacia ese lugar y le pidió la cámara al fotógrafo. Sus compañeros, sobre todo los integrantes del banco de suplentes, corrieron hacia ese lugar y posaron alegremente para la supuesta foto que iba a sacar Álvez, quien intentó hacerla pero falló a la hora de disparar. "Es la foto que todos pensaban que había sacado, pero la foto no está", señalaron desde Unión. En algún momento, Álvez alcanzó a realizar algunos disparos de la cámara pero no dio con el foco adecuado para retratar ese momento. El Litoral publicó la foto de la foto que intentó Álvez en ese alocado festejo del 2 a 2 definitivo.