Sábado 22.1.2022
/Última actualización 13:25
Veamos primero qué se dice de este espectáculo. “Sinopsis: LOS OCHENTA...Están de vuelta Llega a MAR DEL PLATA al gran TEATRO ATLAS desde este 25 de diciembre! De la mano de NITO ARTAZA Y CECILIA MILONE con la producción de GIULIANO BACCHI y dirección de la propia MILONE. EL ESPECTÁCULO QUE TE HARÁ REVIVIR LOS AÑOS 80' JUNTO A ESTAS DOS GRANDES ESTRELLAS y un gran elenco de talentosísimos artistas (Gustavo ‘Tweety’ Monje, Ariel Pastochi (Dirección coreográfica), Belén Di Giorgio, Nando José, Estefanía Pastochi, Gero Arias, Vicky Dolan y LeFer Ibarra, y el maestro Gustavo Calabrese, en piano, arreglos y dirección musical. Con alegría, emoción, pero sobre todo, con MUCHO HUMOR! Recordando y honrando los grandes éxitos de la década. El espectáculo cuenta, además con la imponente escenografía de Daniel Feijoo, un lujoso vestuario de Diego Moyano y el diseño de maquillaje de Juan Manuel Pont Ledesma. ‘Cero tres... Cero tres... cuatro... cinco... seis’: para hacer bien el humor hay que venir a Mar del Plata. LOS OCHENTA ESTÁN DE VUELTA, un espectáculo para reír, emocionarse y volver a vivir esta década que amás”.
Eso dice Plateanet o sea: los que venden las entradas por Internet. Leer no es creer. Dos verbos diferentes. Ni tanto ni tan poco, dejémoslo en claro. El entusiasmo no es nocivo, por el contrario, es necesario. Es eso; entusiasmo.
Leamos que se escribe sobre este espectáculo. “Libro: Cecilia Milone y Nito Artaza. Idea y dirección general: Cecilia Milone. La idea es buena y efectiva. Apelar a los 80 para divertir y hacer reír al público en medio de la pandemia es una propuesta que se agradece en esta complicada temporada marplatense. Algunos podrán argumentar que esa década, que prosiguió a los traumáticos 70, fue algo banal, pero no por eso dejó de ser absolutamente necesaria y balsámica. Por eso lo que hoy brindan los artistas sobre el escenario del teatro Atlas encuentra un favorable e inmediato eco en una platea deseosa de abandonar, aunque sea por un rato, esta otra época aciaga”. (Gustavo Lladós, diario La Nación).
El optimismo del colega es cercano a la indulgencia, ese es su modo. Ni bien ni mal, lo avala el pacto de optimismo que suele ser parte del juego de las crónicas de espectáculos.
Dejemos en claro que vimos un espectáculo que bascula entre Revista, Music Hall y Entretenimiento y repitamos lo dicho, este espectáculo es lo que afirmamos. Ni tanto ni tan poco; el entusiasmo no es nocivo, por el contrario, es necesario. Es eso: entusiasmo. Necesario.
Revivir, con apelaciones a la memoria colectiva, de hit y publicidades, personajes y recuerdos de una década resuelve un problema. El libreto es la repetición de aquello que se vivió. Trae dos problemas: los que no la vivieron y los que la entendieron diferente. Ambos problemas se resuelven en un punto: es un espectáculo de verano y Nito Artaza sostiene: vinimos a divertirnos.
Dos momentos importantes tiene lo visto en el Atlas, el formidable cuadro de presentación, con un ritmo que realmente debe elogiarse, y la protagonista.
Puede el cronista equivocarse, no es un espectáculo donde se consideró necesario la libreta de apuntes, en la presentación se sucedieron, con lo que elogiamos, ritmo y justeza en el trabajo, temas de A-Ha, Los Twist, los films “Fama” y “Flashdance”, hits de ABBA, Raúl Porchetto, Boy George y The Culture Club, Lionel Ritchie, Valeria Lynch, Las Primas, Viuda e Hijas de Roque Enrol, Charly García, Loco Mía, Sandra Mihanovich, Soda Stéreo y Los Abuelos de la Nada; el otro punto importante es el crecimiento de Cecilia Milone por sobre toda la compañía. No abruma ni enoja su presencia en el escenario, simplemente se impone.
La presencia de Nito Artaza obliga a que aparezcan sus imitaciones, monólogos y el doble oficio, cabeza de compañía y “telonero” entre uno y otro cuadro musical. No fuimos con la expectativa de encontrar algo nuevo en su trabajo, y no decepcionó. Es lo que era y lo que será.
El número con las canciones de la escuela primaria, las “canciones patrias”, es un buen trabajo (diferente) de la Milone.
Uno debe preguntarse porque esta actriz y cantante que, como dice Wikipedia “...con el personaje Mina Murray, hace su debut profesional ante 5.500 espectadores el 29 de agosto de 1991, en el Luna Park”, no se encuentra convertida en lo que evidentemente quiere: cantar. Ser una exitosísima cantante. Sin dejar de estimar que baila, hace pasos de comedia y en la mitad de sus -seguros- 100 años de vida, se muestra en todo su esplendor (crítica del cronista a su propio texto: demasiadas vueltas para decir que tiene 50 años y que canta muy bien y ése debería ser su eje, una muy buena comedia musical y sorry, no sabría decir cual).
También puede uno, viendo este espectáculo, puede uno preguntarse porque, con 10 años más de vida que la Milone, ya nada nuevo puede esperarse de Artaza y la respuesta aparece en la necesidad de un texto y que Nito lo memorice y lo presente. Hum. No es fácil crecer. Nada fácil.
En los 80 estuvo Malvinas, el 83, Alfonsín, Menem, Aldo Rico, la primera gran Hiper- Hiper, el Juicio a las Juntas. Uff. Cuestiones demasiadas duras. Se entiende que, para ubicarse, se apueste a los jingles televisivos. No es revisionismo histórico ni una tesis. Resulta finalmente una confesión de parte: los 80 no son una década más, esa es la década de la primera gran “Cultura Mediática” deformando, transformando, inficcionando o, claramente, mediatizando el mensaje de Uno y Otros. Muchos gerundios “explicando” algo que es el gran resultado de este trabajo veraniego y aceptémoslo: desde los 80 todo nos llegó por los medios y, sin que sea la propuesta, este espectáculo veraniego termina por demostrarlo: empezamos a ser hijos de la televisión. Hoy se ve. Cuando aplauden y se ríen (en algunos pasajes lo hacen) es por la identificación con aquello que se creía real: la televisión de los 80... que el título de esta oferta veraniega sostiene que volvieron después de La Peste. Tengo para mí que La Peste puso ganador a las series de abono por tevé. Dejó congelado a Nito. Y Mar del Plata es la señal.
A la Milone la espera una gran comedia musical (ojalá) al teatro Atlas más espectadores... ojalá. Ambas cosas estarían bien.