El Coro Polifónico La Merced presentará su tributo al popular cantautor, acompañado por una orquesta sinfónica, banda y la voz solista de Iván Visconti. La función será a beneficio de Acupa Santa Fe (Asociación Cuidados Paliativos) y Fundación Regazo/Centro Conin Recreo. Como anticipo, El Litoral dialogó con Rodrigo Naffa, director y arreglador, sobre los entretelones del proyecto y la evolución artística de la agrupación.
“Me puse a escuchar y vi un potencial sinfónico muy rico, que daba para orquestar y escribir para coro lindos arreglos; y que sea para todo público”, cuenta Naffa. Foto: Gentileza CPLM
El próximo domingo 23 de junio, a partir de las 21, el Centro Cultural Provincial “Paco Urondo” (Junín 2457) será sede del Tributo a Abel Pintos Sinfónico-Coral, a cargo del Coro Polifónico La Merced, con dirección y arreglos de Rodrigo Naffa, acompañado por una orquesta sinfónica de unos 40 músicos, una banda eléctrica y la voz solista de Iván Visconti.
El concierto será a beneficio de Acupa Santa Fe (Asociación Cuidados Paliativos) y Fundación Regazo/Centro Conin Recreo, que trabajan con personas en situaciones de vulnerabilidad. Las entradas están disponibles en la boletería de la sala, y también pueden ser adquiridas a través de miembros del coro o agentes de las instituciones beneficiadas.
Anticipándose a la velada, El Litoral conversó con Naffa para adentrarse en esta nueva apuesta artística, como así también en la actualidad del Coro.
Potencial sinfónico
-¿Cómo surgió la idea de hacer este tributo sinfónico-coral? Ustedes ya han hecho varios experimentos, como Queen; pero este es un artista argentino vivo.
-Claro, un homenaje en vida. Sigue la impronta del Coro de tender un puente entre música académicas tradicionales, corales, con esas músicas populares al acceso de la gente, masivas incluso; a través de arreglos musicales. Porque esas músicas tan masivas no están hechas para coro, a veces tampoco para orquesta; y yo escribo las locuras que hacen posible que suene todos juntos.
La idea fue del mánager, Pablo Goris, en diciembre; cuando pasamos los cinco años de Queen Sinfónico-Coral, que fue una etapa concluida. Cuando estábamos pensando juntos qué hacer, él dijo: “Este es el artista que sigue a continuación: pensalo, estudialo”.
Yo conocía cinco o seis canciones de él, entonces me puse a escuchar y vi un potencial sinfónico muy rico, que daba para orquestar y escribir para coro lindos arreglos; y que sea para todo público: el que le gustan los coros, el que le gusta la orquesta, el que le gusta el rock, el que le gusta el folclore; el que le gusta el pop romántico, porque también Abel tiene canciones íntimas, melódicas. Vi un arco expresivo muy amplio: empecé a escribir y vi que tanto para el público que sigue a Abel como para el que no conoce ni una de sus canciones lo va a disfrutar.
-¿Cómo fue elegir dentro de un repertorio muy amplio? Deben estar los hits, pero también los que te permitan hacer un desarrollo.
Hay un bloque de 15 hits irrenunciables, pero hay dos o tres sorpresas también, de esas que van a buscar algo distinto, una sonoridad especial. Porque este es un concierto sinfónico, que tiene muchos instrumentos: son 40 músicos, en su mayoría de las Sinfónicas de Santa Fe y Entre Ríos, incluyendo el arpa, por ejemplo. Entonces hay temas íntimos, como “La llave”, como “Sueño dorado”; pero también hay un bloque folclórico a través de “Peregrinos” y “Alelí”; y un bloque rockero, con fuerza de ciudad, a través de “Revolución”, “Pájaro cantor”, y temas que tienen guitarra eléctrica.
Esos tres bloques definieron un poco el repertorio que van a tener que va a tener entre sus temas, por supuesto a “Oncemil” a “La llave”, a “Motivos”, y algunas otras sorpresas.
Va a venir el iluminador de Abel Pintos, Fernando Urta; y va a venir el pianista de Abel, Freddy Hernández: autor de “La llave” y el único músico que sobrevivió durante toda la carrera, ha estado con él siempre Va a tocar su propio tema y dos temas más, a manera de sorpresa, con su experticia de todos los shows que ha hecho en River, Vélez y tantos estadios.
“He vivido los sueños más lindos de mi vida como director de coro dirigiéndolos a ellos, y dirigiendo a otros artistas que los acompañaron a su vez”, afirma Rodrigo. Foto: Guillermo Di Salvatore
Elaboración
-¿Cómo se trabajó con el Coro para poder hacer esto?
-Con muchísimo tiempo: el 2 de enero empecé a escribir los arreglos, hasta el 31 de enero, donde le entregué en un solo link de Drive al Coro el material de estudio; que consta de 15 partituras y audios de estudio de soprano, contralto, tenor y bajo. A partir del 1 de febrero el Coro empezó a estudiar; el jueves 29 de febrero hicimos el primer ensayo; y desde ahí estamos ensayando: todo marzo, abril, mayo.
Empezamos dividiéndonos con el equipo de trabajo (que tiene un profe de técnica vocal, dos asistentes de dirección y un pianista) los martes y jueves, esos dos ensayos semanales todos vinieron con partes estudiadas: vinieron a los ensayos para ensamblar la canción, porque era una distancia de ensamble.
Una vez que estuvieron las partes aprendidas pasamos a la fase de evaluación por cuartetos, que es un sistema que en La Merced (que es tan numeroso) existe desde que lo fundé. Pasan una soprano, una contralto, un tenor y un bajo con bolillas, como en la universidad; cada una tienen cinco fragmentos: dos fáciles, dos intermedios y uno difícil. Entonces ellos sacan una bolilla, toca “Pájaro cantor” estribillo 1, a cantar: cada uno canta su parte. El siguiente fragmento que está es “Oncemil” introducción; el siguiente “Sueño dorado” coda, el final.
Todos vinieron súper afilados, ya la semana pasada terminamos esa etapa y pasamos a la fase de los ensayos generales.
-¿Cómo se acoplan ahí tanto los músicos sinfónicos como los músicos de la banda eléctrica? ¿Cómo se los convocó y cómo fue tu trabajo de pasarle los arreglos?
-La banda ensaya como una banda; se guía con acordes, cifrado americano: tienen excelente oído. Llamé a los músicos de Las Dos María, grupo al que pertenecí durante muchos años y que tiene gente muy capaz: Eduardo Goyri en batería, Nicolás Valli y en guitarra, Esteban Mannarino, en bajo eléctrico, Sergio Sanagustín en violín, que además es el concertino de la Orquesta; y el pianista del Coro Juan Aneiros Monti, en las teclas.
Con ellos me junté, les pasé los acordes, les di la estructura, porque no tocan todo el tiempo todos; hay momentos corales, orquestales: es casi el arte de no tocar para ellos el ensayo (risas), y fueron armando los temas.
-¿Y con los músicos de orquesta?
-Son estrenos para ellos, música que no se ha tocado nunca, pero estreno de obras de tres minutos. Les escribí parte por momentos tranquilas y por momentos picantes, divertidas para que se diviertan en el ensayo. Les escribí una partitura, se las di con tiempo y las están estudiando: tenemos dos ensayos generales en junio con ellos.
Son músicos de las Sinfónica de Santa Fe y Entre Ríos, con quienes tengo una muy buena relación por tener 30 conciertos didácticos entre ambas provincias. Así que los veo seguido.
-¿Cuál es el rol del cantante solista?
-Todo lo que canta Abel es interpretado por la excelente voz de Iván Visconti: un tenor que viene del palo de la comedia musical. De hecho, tiene una profe con muchas similitudes a la profe de Abel, que es una profe de canto de comedia musical. El primer Abel era telúrico, folclórico; y ahora tiene esa voz de dulce de leche que es más romántica, más aireada, más popular
Iván tiene unos agudos muy solventes y es muy expresivo; y va a cantar casi todo el repertorio; digo casi todo porque hay unos dúos con María Alejandra Pistoni, ya que Abel ha hecho dúos con cantantes femeninas
-Hay juegos entre solista y coro.
-Coro, orquesta, banda y solista se conjugan durante todo el concierto: a veces en momentos de intimidad, a veces en momento de explosión musical rockera, festiva. Y (como no podía ser otra manera) momentos donde solo canta el público o nos acompaña con palmas, como los tengo acostumbrados como director.
Aporte a la comunidad
-Es un espectáculo artístico, pero también hay una cuestión solidaria. ¿Cómo surgió eso, y bueno que se siente aportar desde la música?
-Un doble disfrute, porque desde el año en que se fundó el Coro junto al padre Axel Arguinchona (que es padrino y cofundador), siempre hubo una impronta solidaria de hacer estos espectáculos tan taquilleros y masivos a beneficio de instituciones de bien social. Entonces la totalidad, o últimamente una gran parte de las entradas, va para instituciones que lo necesitan, a través de la gestión de Pablo Goris; que además de mánager del Coro es el productor general de estos eventos: sin él esta impronta sería imposible.
Él se encarga de conseguir apoyo de gobiernos, empresas, comercios, estudios jurídicos y comunidad toda que aporten al programa de mano (en este caso digital, en QR) para hacer su publicidad; y aportar para que las entradas no vayan solo a cubrir la producción, que es costosa (hay sonido, luces), sino que vaya para las instituciones. Que en este caso son dos, con quienes ya hemos trabajado: Acupa, Asociación de Cuidados Paliativos, cuya titular es Silvia D’Amico; y la Fundación Regazo, que es Conin de la ciudad de Recreo, cuyo titular es Santiago David. Hacen los dos un trabajo impresionante, y les viene muy bien que este concierto de Abel Pintos Sinfónico sea para ellos.
Crecimiento constante
-¿Cómo ves la evolución del Coro de La Merced desde 2011 en adelante, en este proceso de ir creciendo con proyectos?
-Veo una evolución musical. Al principio subí a las tres misas y pregunté quién quería cantar, y entraron todos. Luego empezó a haber audiciones de ingreso más selectivas: ingresó gente con experiencia coral, estudiantes de canto, estudiantes de dirección coral.
Yo también crecí como director, mi equipo creció en su rol, la comisión directiva también en lo extramusical. Entonces tenemos un nivel musical alto por ser un coro vocacional; acostumbrado a desafíos grandes, a conciertos con orquesta, a doble función, a captar con micrófonos al aire libre, o en una iglesia, o en un teatro; a viajar.
Y todo eso nos dio solidez y solvencia; de manera que el que entra cada año (siempre dejan diez y entran 15) enseguida se acopla al sistema, en el primer ensayo.
-Tenés una diversificada experiencia dirigiendo orquestas y coros. ¿Qué es para vos, o qué es dentro de tu esquema de trabajo, el Coro de La Merced?
-Fue el proyecto que me hizo crecer como director, y es mi proyecto propio. Y eso tiene el sabor de poder elegir, como cabeza artística, qué repertorio hacer, qué locura enfrentar, qué desafío. He vivido los sueños más lindos de mi vida como director de coro dirigiéndolos a ellos, y dirigiendo a otros artistas que los acompañaron a su vez. Uno de ellos “El jorobado de Notre Dame”, dentro de “Disney en concierto”; o hacer Queen en el Teatro Radio City de Mar de Plata. Pero sobre todo es una familia con la cual cuento siempre, y ellos cuentan conmigo.
-Fuera del coro, ¿qué otros proyectos te están moviendo como artista?
-Esta misión de conectar públicos que no conocen orquesta y coro con esos organismos me mueve mucho últimamente. Para mí esta misión de los conciertos didácticos en Santa Fe y Entre Ríos es muy importante: me ocupa plenamente y me estoy volviendo un tipo orquestal: antes dirigía mucho coro y poca orquesta, y ahora es al revés, estoy dirigiendo más orquestas que coro. Entonces estoy estudiando mucho y me estoy preparando para otros desafíos orquestales en el futuro.
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