"La nieve y la adolescencia son los únicos problemas que desaparecen si los ignoras el tiempo suficiente". Lo afirmó el periodista estadounidense Earl Wilson y sirve de introducción para hablar de la dura miniserie que estrenó Netflix este mes.
Dividida en cuatro episodios, no da respiro. Sin cortes y con un realismo demoledor, muestra el lado oscuro de una generación donde la validación digital conduce a terrenos peligrosos.
"La nieve y la adolescencia son los únicos problemas que desaparecen si los ignoras el tiempo suficiente". Lo afirmó el periodista estadounidense Earl Wilson y sirve de introducción para hablar de la dura miniserie que estrenó Netflix este mes.
"Adolescencia" aborda sin filtros problemáticas como el sexo, el bullying y el acoso en redes sociales. Lejos de ser una simple serie juvenil, es un espejo de una generación expuesta, atrapada en el engaño de la "validación digital".
Lo que logra esta producción es un abordaje sin concesiones de la Generación Alfa, es decir, la que creció inmersa en la tecnología digital, con Internet, redes sociales, inteligencia artificial y dispositivos inteligentes.
El contraste entre los Alfa y los adultos (en este caso, los que formaron parte de la Generación X) exhibe los tremendos cambios que hubo en pocos años y la imposibilidad de entendimiento entre ambos grupos.
En términos formales, la serie toma la audaz decisión de utilizar el plano secuencia: la cámara sigue a los personajes en tiempo real, sin interrupciones.
El espectador se convierte así en testigo de cada momento de tensión, cada silencio incómodo, cada explosión emocional. Se sumerge de una forma activa en la historia.
Este recurso recuerda a "Victoria" (2015) o "Birdman" (2014), pero en este caso no es un truco visual: es una decisión estética que intensifica la sensación de estar atrapado en una espiral de ansiedad y desesperación.
La ausencia de cortes refuerza el realismo: la historia se siente cercana, auténtica, asfixiante. Si a esto se suma el buen trabajo interpretativo (en especial de Owen Cooper, como el joven acusado de un crimen), el golpe pasa a ser mazazo.
"Adolescencia" aborda sin eufemismos los temas más sensibles de la juventud actual. Se observa la inseguridad, el deseo, la fragilidad y el miedo al juicio ajeno.
El bullying ya se ciñe a las aulas, sigue en el hogar. La serie muestra cómo el acoso digital amplifica el daño, en tanto las redes sociales convierten cada error en condena pública.
El materialismo y el individualismo pesan también sobre los protagonistas de un modo malsano. El éxito y la felicidad parecen depender solamente de la imagen que proyectan.
También hay una mirada sin anestesia sobre el tétrico estado del sistema educativo, un mal que incluso golpea en los países del primer mundo.
Los entornos escolares, lejos de estar idealizados, parecen "corrales", como dice uno de los policías que debe investigar los hechos que funcionan como punto de partida de la serie.
A lo largo de la historia, distintas producciones intentaron plasmar los sentimientos contradictorios de la juventud. "Rebelde sin causa" (1955) mostró la incomprensión del mundo de los adultos hacia los jóvenes, sintetizados en la doliente figura de James Dean.
"Kids" (1995) evidenció con crudeza el sexo sin protección y la violencia callejera. En los 2000, “Skins” (2007) reflejó la confusión entre fiestas, drogas y amistades fugaces.
Ahora, "Adolescencia" toma la posta con una mirada más documental, un realismo implacable y una serie de preguntas dolorosas, pero necesarias.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.