La reconocida cantante de tango, Adriana Nano mantuvo una entretenida conversación con Mirador Provincial, donde nos sumerge a su universo musical.
“Hacer una canción es para mí un riesgo y una gran aventura”.
La reconocida cantante de tango, Adriana Nano mantuvo una entretenida conversación con Mirador Provincial, donde nos sumerge a su universo musical.
La cantante se prepara para vivir una experiencia inolvidable, presentarse en el marco de la 36º edición del Festival Internacional de Tango de Granada, España. El concierto titulado “Tangos y postangos” (Homenaje a Gerardo Gandini) tendrá lugar el 14 de marzo en la Universidad de Granada y se repetirá el 22 de marzo en el Auditorio del Colegio Mayor Argentino Nuestra Señora de Luján en Madrid.
En ambos se presentará junto al maestro Ricardo Zanón en piano interpretando tangos originales de autores clásicos del género y siguiendo a cada uno de ellos el correspondiente “postango” de Gandini.
Cantante, autora y compositora, tiene en su haber catorce discos. Con ellos ha obtenido nominaciones a los Grammy Latinos y a los Premios Gardel. En 2023 editó un disco grabado totalmente en vivo titulado “Vivo en casa”, junto a Leonardo Marconi Cuarteto, material que se encuentra presentando en la actualidad.
Adriana Nano ha actuado en numerosos festivales, entre ellos el de Tango de la Ciudad de Buenos Aires y también ha realizado giras por Singapur, China, Francia, España, Alemania, Italia, Guatemala, Chile, Paraguay, Estados Unidos, Ucrania y Japón.
El año pasado se presentó en el Festival de Tango de Chiclana de la Frontera (Cádiz, España) con un concierto homenaje al pianista, compositor y director musical argentino Gerardo Gandini (a 10 años de su muerte), junto al pianista Ricardo Zanón.
-¿Cómo inició la conexión con la música?
-Creo que inicié mi conexión con la música antes de empezar a hablar. Siempre canté. En el colegio, en los actos, en las fiestas familiares.
A los 18 años formé parte de un grupo vocal e instrumental llamado “La esquinita del sol”. A los 19 obtuve una beca para hacer canto de Cámara en la célebre Accademia Chigiana de Siena, Italia y así fui caminando, estudiando canto, guitarra, vientos... hasta que empecé mi carrera solista.
-¿Qué ida y vueltas aporta la música a tu vida?
-No podría dejar de hacer música. Dicen que la música actúa en el cerebro de manera similar a todo aquello que da placer. Me permite decir cosas que de otra manera tal vez no las diría y creo que hasta influye en mi salud mental. Creo que nunca fui a un psicólogo gracias a la música.
-¿Qué sentimientos se mezclan cuando subís a un escenario?
-Un día fui al hipódromo y observando cómo estaban los caballos antes de la largada me dije: ¡Claro, eso me pasa a mí! Quiero subirme al escenario a pesar de que nunca se abandona el estado de nervio activo, expectante, ansioso.
Incluso te digo más, cuando voy a ver shows de otros artistas siempre me agarra un sentimiento de ganas de subirme yo también.
-¿Cómo estás preparándote para la 36 edición del Festival Internacional de Tango de Granada, España?
-Tengo mucho entusiasmo no sólo porque el Festival de tango de Granada es el más importante de Europa, sino porque el show que voy a realizar junto a Ricardo Zanón en piano lo hicimos el año pasado en el festival Internacional de tango de Chiclana de la Frontera, España y fue muy exitoso. Es un homenaje a Gerardo Gandini. Esta es la razón por la que nos volvieron a convocar.
Este es un bellísimo y concurrido Festival. Su mentor y creador es Tato Rébora. No es la primera vez que estaré. Hace aproximadamente 10 años participé de otra de las ediciones, y será un enorme gusto para mí poder volver a estar presente.
-¿Qué papel juega la identidad tanguera en tu vida?
-No vengo ni de una familia de músicos ni cantores. Mi familia se dedica y dedicó siempre a temas relacionados con la ciencia. Casi no había música. La carrera musical en mi caso la fui amasando bastante sola. Eso creo que tiene sus ventajas y desventajas. Por un lado no tuve la ayuda y contención musical que tienen los que vienen de familias de músicos, pero por otro, el camino lo fui armando a mi exclusivo gusto, por un camino que fui eligiendo bastante solita.
En mi casa yo compraba los discos, yo prendía la radio...
Tuve la alegría de que una vecina, que era casi como una abuela para mí (tenía una casa de arreglos de ropa, hechura de camisas y ojales) era fanática del tango. Allí se escuchaba mucha música. De chiquita, yo llegaba del colegio y me iba a tomar la leche directo a su casa. Era muy flaquita y en mi casa no comía nada. ¡Allí sí! Se llamaba Aidé Carbó. Su hermano era amigo de Nelly Omar y Nelly iba mucho a su casa. Imaginate lo que era para mí esa mujer! Tengo 14 discos editados y nunca faltó un ramo de rosas mandado por Nelly, de parte de ella, a mis primeras presentaciones de discos.
Y así fui gustando del tango...
También del folclore, con la guitarra hacía mucho folclore y es más, hoy como autora y compositora, a la hora de hacer canciones hago más folclore que tango.
También me gusta mucho la música clásica. Pensá que con 15 años tenía abono en el Colón.
-¿Cómo es el proceso de composición de las letras?
-Hacer una canción es para mí un riesgo y una gran aventura. No se puede componer sin riesgo. En realidad no se puede hacer nada sin riesgo...
Para hacer una canción, en mi caso yo preciso la letra primero. Entonces todo el tiempo la tengo en la cabeza y la voy envolviendo en la música. Y acá es donde preciso mi guitarra que es en mi caso el medio para hacer la música. La letra me dicta cuáles serán sus acordes, su tempo, el género de la canción. La letra para mí es pensamiento rítmico y es tan importante como la música.