Agrupación Coral Cantares: 40 años de canto compartido
La formación, nacida del Grupo Juvenil del Coro Universitario Independiente en los albores de la democracia, celebrará con viejos y nuevos temas de su repertorio, de la mano de antiguos compañeros. Pablo Bolcatto, miembro fundador, repasó junto a El Litoral la trayectoria y el espíritu de este proyecto colectivo, inescindible de su director histórico, Mariano Ferrando.
Cantares en la celebración de sus 35 años; de entonces a esta parte se sobrepusieron a la pandemia y ahora se proponen regresar al Encuentro Coral de Verano de Villa Gesell. Foto: Gentileza Cantares
La Agrupación Coral Cantares, dirigida por Mariano Ferrando, celebrará sus 40 años este sábado 2 de noviembre, con un concierto para el que invitan a público en general como también a sus ex coreutas y músicos. Será en el Auditorio de ATE (San Luis 2854). Las anticipadas están a la venta en el Instagram @coralcantares, en el Facebook Agrupación Coral Cantares, o al WhatsApp 3424779070.
Para conocer más sobre este recorrido vital, El Litoral conversó con el académico y fundador del grupo, Pablo Bolcatto.
El origen
-¿Cómo están transitando estos 40 años?
-En realidad los cumplimos en enero de este año. Para ponernos en contexto, en enero del 84 hacía un mes y días que había vuelto la democracia; y éramos parte de una efervescencia que se vivía en la ciudad, y supongo que se replicaba en muchas otras ciudades.
Veníamos de la experiencia del grupo juvenil del Coro Universitario Independiente que había sido independiente hasta su normalización, o sea, durante todo el período de la dictadura; el Grupo Mayor tenía una propuesta de ir mezclando un repertorio clásico con un repertorio de música popular y latinoamericana, y nosotros en el Grupo Juvenil queríamos ya jugarnos por un repertorio totalmente de música popular. Habrá sido en la tercera reunión, que fue en mi casa, cuando decidimos ponerle el nombre, Agrupación Coral Cantares, y lo tomamos como fundación.
Había propuestas de arreglos de música popular, a partir de que había varios músicos talentosos que podían hacerlo. Era un grupo de gente muy joven: eran coreutas Ana Suñé, Martín Sosa (que tuvo una época muy participativa en los arreglos), (Alejandro) “Jandy” Molina.
El primer director fue Daniel Caronni, que también que puso su impronta en cuanto desde la dirección y los arreglos: Mariano Ferrando ya era su asistente de dirección y al año él tomó la se hizo cargo de la dirección del grupo poniéndole también su implante personal.
-Era toda gente muy joven, vos también.
-Éramos todos muy jóvenes. El primer viaje a Gesell (al Encuentro Coral de Verano), en enero de 1985 (un año después) lo organicé yo; y me acuerdo de que había sacado el promedio de edad y era 19 años.
-Eso quiere decir que había integrantes de 17 años.
-Quiere decir que había gente de 15: hubo que convencer a los padres.
Cuando tomó la dirección Mariano, que tenía 20 años, Cantares empezó a acompañar su crecimiento como músico, y sobre todo como músico de jazz: eso lo fue volcando al coro, en la textura armónica. Fue pasando poco a poco a ser mayoritariamente arreglos de Mariano (no exclusivamente, pero hay una mayoría muy grande);ahí todos fuimos también creciendo y acompañando esa idea.
Hoy sigue siendo un grupo dedicado a la música popular, en la música de folclórica, latinoamericana, de autor: vale poner un (Joan Manuel) Serrat, un Silvio Rodríguez en el repertorio. Y con un grupo musical que no solamente acompaña, sino que hay arreglos.
-Es una Agrupación Coral, pero con una estructura instrumental.
-Una estructura que está escrita, no es que más o menos acompañan a lo que dé: no es una guitarreada. Nuestro baterista, Hernán Carnero, del orden de 15 a 20 años que está; los bajistas van pasando: en este momento la tenemos a la Pili, la hija de Mariano.
Todas esas cosas nos ponen muy bien, porque obviamente ahora ya el coro no tiene 19 años de promedio de edad; tiene mucho más que eso.
-La tienen a la Pili para que baje el promedio.
-Claro: el promedio lo bajan “los hijos de”, porque mi hija fue parte del coro, las hija de Mariano también; los hijos de Susana Eisenberg, otra de las fundadoras. Y así vamos.
Antes y ahora
-¿Qué emociones se mueven, pensando que arrancaron todos tan jóvenes, los fundadores como en tu caso, o gente que ya tiene 30 años en el grupo?
-Muchos nos fuimos y volvimos; quizás Mariano es el más persistente en ese sentido, que nunca se fue. Es muy lindo, son emociones de satisfacción, de trabajo cumplido, para los que somos así más viejos, Porque se pudo sostener una coherencia muy fuerte, muy férrea, a lo largo de los años; en cuanto a propuesta artística, musical, cultural.
En ese sentido fue como “Bueno, no estábamos tan equivocados, a pesar del arrebato juvenil”; y también hay un estilo de organizacional, que también fue muy efectivo: a diferencia de lo que ocurre en otros coros donde el director es prácticamente el padre, líder y dueño de todo, Mariano por supuesto es el líder musical; pero él dejó que siempre haya comisiones que sean las que hagan andar la organización.
Formalmente somos una asociación civil, con todos los papeles al día; ahí el director musical prácticamente no se metió nunca. Eso también fue como un reaseguro de que todas las partes estén involucradas y todas las partes funcionen
Para terminar con lo de la demora en el recital, vuelvo al contexto actual. Este año no fuimos a Gesell, que era la idea de festejar los 40 años, porque no tuvimos masa crítica para poder ir. Y el año anterior fuimos nueve coreutas: casi casi un grupo vocal más que un coro. Fue parte de las fluctuaciones, en un contexto nacional que no favorece al colectivismo.
-Ni a las manifestaciones artísticas o culturales.
-Eso también impacta en las nuevas voces, en la intención de participar de un sueño colectivo, de un trabajo colectivo; donde nadie tiene que sobresalir frente al otro.
Este año mágicamente se recuperó, a lo mejor por el aura de los 40 años, y estamos en un buen momento: con un número de personas en el coro muy bueno, en los números históricos, como cualquier coro; y entusiasmados por poder entonces ahora sí, el 2 de noviembre en el Auditorio de ATE de Calle San Luis, poder hacer el recital de los 40 años.
Incubadora
-Qué se puede contar de lo que va a pasar?
-La sorpresa puede ser que estamos tratando de convocar a viejos coreutas, que han tenido algún desarrollo musical propio y que han comenzado su historia musical en el coro. Uno también se siente muy satisfecho en que pudimos ser un soporte, una contención, para que después algunos tengan alguna propuesta muy superadora.
De hecho fundadores del coro son Ruth Hillar y Sebastián Cúneo: habría que ver las métricas, pero Ruth debe ser la autora del tema musical más tocado en la historia de la música argentina; y si no es el más, le pega en el palo:“El monstruo de la Laguna” (de Canticuénticos): decime qué tema hecho por un autor argentino ha sido más veces ejecutado y replicado en un montón de lugares y de países. Me vas a decir: “Tal de Charly García, de Fito Páez”: capaz que sí, pero está compitiendo en esas ligas.
Ana Suñé, Natalia Pérez, Patricia Barrionuevo, Caíto Cabrera, Martín Sosa, Claudio Maldonado, Luis Córdoba: son todas personas que han tenido su primer lugar de cobijo musical en el coro, que después tomaron su vuelo. Estamos llamando a algunos de ellos, y a lo mejor comparten algunos de los temas cantando como solistas
La lista de temas hay que recortarla: el repertorio deben ser del orden de 50, 60 o 70 temas; estamos buscando hacer un recorte, tratando de hacer un panorama, un paisaje de los últimos años 30 años; también con algunos de sus participantes históricos.
Estamos pensando también en el próximo viaje a Gesell, cumpliendo los 40 años de participación en ese Encuentro, uno de los más históricos digamos que tiene el país.
Todo esto también moviliza al grupo, porque se están reencontrando con viejas personas que hacía muchos años que no estaban en el coro; entonces vienen ensayar: todo el caos del reencuentro también se está dando.
La formación actual, combinando diferentes edades y experiencias, pero también ya con varias vivencias en común. Foto: Gentileza Cantares
Mojones
-¿Qué hitos o anécdotas importantes te vienen a la cabeza de estos 40 años?
-El año pasado ganamos el Premios Máscara, como un reconocimiento a toda una trayectoria; nos puso muy bien y nos dio mucho entusiasmo.
Tuvimos un momento muy recordado para nosotros, más o menos para los 35 años: una gira y un viaje que hicimos a Venezuela: el coro salió por muchos días, con una propuesta musical y con la propuesta de esparcimiento, por supuesto. Fue muy importante: ese lo organicé todo yo: éramos 30 y pico de personas, y un tercio de esas personas no conocían un aeropuerto; no es que no habían viajado, no conocían cómo era. Tuvimos como anfitriones a las Voces Risueñas de Carayaca, habituales participantes acá del Sonamos Latinoamérica; que es un grupo familiar muy grande. Fue una experiencia cultural musical muy buena.
Hubo espectáculos que se hicieron, muchos de ellos acompañados con discos. El coro tiene dos grabaciones, un cassette y un CD; pero después tiene un montón de otros temas grabados que no le pudimos terminar de encontrar el formato. ¿Con cuál formato salís ahora?
-Están “por ahí”.
-Tuvimos momentos de grabaciones, de espectáculos. Desde el 84, 85 hicimos temporada de espectáculos infantiles: además de Daniel Caronni participaban Marta Coutaz, Gabriela Pertovt, gran artista plástica argentina; Gabriel Villot, cantante; ellos generaron Los Tutisonanti; también estaban los (futuros) Canticuénticos.
Todo eso ese grupo éramos éramos del espectáculo que se llamaba “Canciones de caminantes”, que empezó como una idea en el Grupo Juvenil pero después siguió hacia Cantares: fue uno de los premios que tuvo a nivel local como Mejor Espectáculo Infantil.
Algunos años no estuve, y se me pueden estar escapando algunos de los hitos. Hemos recorrido todo el país, en distintos festivales. Conciertos conceptuales interactivos. Hubo momentos (justo yo no estaba) de espectáculos integrales, que había magia: desaparecía gente en el escenario; y salía el Diablo cuando se cantaba el “Huayno del Diablo”: de la nada, tipo David Copperfield. Siempre a ritmo del grupo organizador, de la comisión que organizaba todo eso.
Como un hito persistente está la coherencia en la propuesta musical y cultural.
Selección
-¿Cómo se selecciona el repertorio y cómo se pivota entre lo que está en carpeta y la ver si se mete algo nuevo?
-Hemos propuesto muchísimos más temas, multiplicado por 10 o por 50, de los que tenemos; y quedan todos en el filtro del director. Él es el que se tiene que sentir muy impregnado en el tema. Y ha sido muy bueno en la elección: tiene que tener una musicalidad, una posibilidad de ser arreglado según la lógica musical de Mariano; pero también tienen que tener una especie de mensaje, una letra, un contenido que que sea acorde a ser cantado por un grupo de personas.
No podemos cantar temas en primera persona, hablando del amor perdido. Como los coros que cantan tango: es un problema porque cómo transmitís, entre 20 personas, el drama de uno que va solo por el mundo, abatido, porque lleno de esperanzas, perdió todas sus esperanzas en el camino.
-O la “Zamba para no morir”.
-O la “Zamba del Ángel”: “Dijo mi madre que cuando...”; que son unas tristezas profundas.
-Individuales.
-Entonces hay que encontrar un mensaje que sea adecuado para ser cantado entre muchos. Todos eso son los filtros, pero en definitiva terminan en el gusto del director. Uno le puede proponer temas; a veces los toma, otras veces te aparece con un tema semidesconocido.
Lo que es cierto es que Mariano arriesga mucho (es una característica singular) en la propuesta armónica: nos hace cantar armonías difíciles, o por lo menos "no estándar" para los que son los arreglos corales. No son tampoco esos contrapuntísticos en exceso (los coros abusan mucho de eso) o de hacer acompañamientos de “la la la, tum tum, pa”, que trata de reemplazar al instrumento; porque el instrumento está.
-¿Cuáles serían los temas que siguen estando desde siempre?
-Los vamos cambiando. Durante décadas hubo un tema que era sinónimo de Cantares: era “Canto arena” de Silvio Rodríguez; y ahora no lo vamos a hacer en el recital de los 40 años. Haremos otros que también son significativos.
En los festivales de Gesell en una semana tenés que cantar cuatro veces: dos veces en el Anfiteatro, una vez en la Casa de Gesell, y otra vez en algún otro lugar (que puede ser Mar de las Pampas; ahora se está cantando en la iglesia). Y nosotros hacemos cuatro repertorios distintos: llevamos una cantidad de temas suficiente como para poder hacerlo. Y a los otros coros los escuchaste cantar cuatro veces lo mismo. La gente también se va aburriendo, entonces pide no cantar siempre lo mismo.
Vamos a hacer arreglos que tiene más de 30 años. En el repertorio actual hay música folclórica (quizás lo menos); mucha música de autores que podríamos encuadrar en el rock nacional: Los Charly García, (Luis Alberto) Spinetta, Fito Páez, hasta (Gustavo) Cerati ahora. Todos los rosarinos: Fabián Gallardo, (Rubén) Goldín, (Jorge) Fandermole. Después los Serrat, Silvio Rodríguez, Rubén Rada.
Después hay todo otro grupo: Mariano nunca me dio bola en hacer un espectáculo dedicado a la música brasileña: porque tenemos un montón de repertorio de eso; algunas las cantamos en portugués, otras en español. Iván Lins, Chico Buarque, Djavan: hay mucho repertorio ahí que podríamos hacer dulce.
-Pero Mariano no quiere.
-Dice que pronunciamos mal el portugués (risas).
Lejos de ser repetitivos con algún tema o alguna insignia, en el último ensayo teníamos una lista de 25, 26 temas para el concierto. Apareció alguno de los ex y ensayamos temas que hacía por lo menos 15 o 20 años que no cantábamos. Los cantamos los que estábamos desde ese tiempo al menos, los nuevos miraban para todos lados a ver qué hacían (risas). Sonaba, para pulir; pero hay una memoria histórica de una cantidad de temas muy grande, eso es lo que distingue un poco al coro, más que uno o dos en particular.
Sendero
-Ya están más cerca de los 41. ¿Cómo se mira hacia adelante?
-Es una pregunta difícil; nos la hicimos mucho en este par de años de pandemia y pospandemia, que costó mucho rearmar; la pandemia fue un golpe fuerte. ¿Qué hacer? ¿Seguimos? ¿Cuándo termina? ¿Hay un día en que concluimos y que ya no no sigue más? ¿Cuál, puede ser el próximo proyecto?
Estuvimos cerca de de bajar la persiana. Lo que te revitaliza es otra vez la conformación del grupo: la cuestión del grupo, la cuestión social y la comunidad es lo que te lleva adelante. No necesariamente tenemos que tener un súper proyecto para ir atrás de eso y gastar las energías ahí. Pueden ser ahora el recital de los 40 años, puede ser el próximo Gesell. Es como un camino: el grupo se revitaliza y sigue caminando, sin preguntarse hasta cuándo, ni por qué, ni cuánto más.
Todo depende también de la energía que tenga el director. Eso se pensó muchas veces en estos momentos de reflexión: ¿Hay un Cantares por fuera de Mariano o es inescindible una cosa de otra? Es muy difícil imaginar un Cantares que no sea con Mariano Fernando: la dinámica de ensayo, el tipo de repertorio, el tipo de arreglo, está muy sesgado por él.
-Son muchos años con él al frente.
-Quien vaya a ver un ensayo verá cómo dirige Mariano un ensayo, o cómo nosotros respondemos frente a las marcas y a las indicaciones. Somos bastante indisciplinados, bastante bulliciosos; no hay una una cuestión ahí de aura, de “estoy en un ambiente inmaculado”.
Es muy singular, muy particular, y no es fácilmente reemplazable. Seguramente hay directores mejores, músicos mejores; y seguramente podemos cantar mejor de lo que cantamos: es muy probable. Pero es muy difícil de reemplazar el estilo, la musicalidad, la intención y la forma de cantar nuestra. Posiblemente si cambia el director se van a ir todos.
-Va a dejar de ser Cantares.
-En este sentido, la respuesta es: “¿Hasta cuándo? Hasta que Mariano quiera”.
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