Ignacio Andrés Amarillo
El trío regresa a Santa Fe, celebrando diez años en la escena argentina. Será el sábado, en Piedras Blancas, con Nada Más y Nada Menos y Luz Pereyra como artistas invitados. En la previa, Gabriel Pedernera le contó a El Litoral sobre el balance y lo que se viene.
Ignacio Andrés Amarillo
iamarillo@ellitoral.com
Eruca Sativa regresa a Santa Fe, en el marco de una gira por todo el país para festejar sus diez años en la escena musical argentina, con la que recorrieron toda la Argentina y afianzaron su carrera en el exterior. El trío compuesto por Lula Bertoldi (guitarra y voz), Brenda Martin (bajo y coros) y Gabriel Pedernera (batería y coros) repasará su discografía, a meses del lanzamiento de “EP Vivo” (grabados en el Luna Park en junio de año 2017 ante la presencia de más de 6.000 espectadores; incluye “Haku Malvin: El visitante”, con coros de las voces más representativas de la escena actual; “Amor ausente”-junto a Abel Pintos-, “Japón” y “Confundiste”).
Santa Fe recibirá la visita del grupo el sábado desde las 21 en Piedras Blancas (Costanera Este), con los locales Nada Más y Nada Menos y Luz Pereyra como artistas invitados. Las anticipadas están en venta en 1980 Boulevard, Megaforce, Terco Tour (Santa Fe y Paraná), Casa Rizzi (Santa Fe y Santo Tomé), Credifé (Santa Fe, Rafaela y Esperanza), Centro Eléctrico (Paraná); y por Internet a través de Sistema Ticketway y sus puntos de venta.
Recorridos
Antes del show, El Litoral pudo dialogar con Pedernera y conocer el balance, presente y futuro del celebrado trío.
—En el marco de la gira por los diez años recorrieron varios países, cerraron en Monterrey (México), ¿cómo están viviendo este presente de la banda?
—Con mucha alegría, con mucha satisfacción, porque hemos ido a un montón de lugares con esta gira y la respuesta en general ha sido muy positiva: conocimos lugares, ciudades, incluso países nuevos, y la realidad es que en todos lados nos han recibido con muchísimo amor. No podemos pedir más.
—Empezaron muy jóvenes, todavía lo son, pero con una década de experiencia encima. ¿Son de hacer balances?
—Nos pasó con esto de los diez años que pudimos mirar un cachito para atrás. Me gusta decir que vamos como en un auto: la ventana para mirar para adelante es enorme y la ventanita para atrás es muy chiquita. No somos de colgarnos mucho en la melancolía. Pero esto de los diez años sí nos hizo replantearnos un montón de cosas, quizás hasta hacer cambios internos importantes para el grupo.
Te pone un poquito melancólico saber que has conocido tantos lugares, tanta gente tan maravillosa a través de los años. Tenemos un lugarcito para eso pero también una ventana enorme para mirar hacia el futuro: tenemos muchas ganas de hacer un disco nuevo, estamos trabajando en eso. Hay proyectos, hay futuros.
Convivencia
—Vimos que estuvieron grabando en Sonoramica, en Traslasierra, estos últimos días. “Barro y fauna” cumplió dos años, la gente tiene expectativa.
—Es muy curioso, lo de Sonoramica fue en el marco de unos workshops, unas charlas que dimos en el estudio; pero estar en esa situación nos dio más ganas de grabar el disco nuevo. Estamos componiendo hace tiempo y con ganas de plasmarlo, pero todavía no estamos grabando. El otro día me llovieron mensajes de “¡Qué bueno que están grabando el disco en Córdoba!”, pero nada que ver (risas).
—Está bueno ese estudio.
—Está increíble, sobre todo el entorno: no se puede creer lo cómodo que es para trabajar y lo bien que se la pasa.
—Es para una banda como ustedes, con química, porque hay que convivir en la montaña. ¿Cómo lograron renovar la energía y no desgastarse a nivel humano?
—Se dio naturalmente. Cada una de esas situaciones en las que hemos tenido que compartir y convivir nos sirvió como un aprendizaje groso. “Barro y fauna” está grabado en Los Ángeles, estábamos en Estados Unidos solos, sin amigos, retroalimentándonos de nuestras propias relaciones y energía. Conociendo cosas nuevas, como el estudio. Esas cosas para una banda sirven mucho de aprendizaje.
Hemos ido renovando nuestros lazos humanos, y se siente muy bien seguir después de casi 11 años con las mismas ganas del principio.
—Se conocían de antes, habían colaborado en proyectos. Todas las relaciones van cambiando, y está bueno hacerlas evolucionar.
—Para nosotros fue a la inversa de lo que es para los grupos en general. Cuando arrancamos sabíamos quiénes éramos pero no teníamos una relación amistosa, sólo nos conocíamos. Empezamos a convivir, a vivir todas estas cosas sobre la marcha: ahora es como que somos amigos. El otro día les decía a las chicas: “Ahora estamos como para armar una banda” (risas).
A primera vista
—¿Cuáles fueron los momentos de inflexión en esta historia, postales que tengas en la cabeza?
—Tengo una foto muy valiosa e imborrable que fue el primer ensayo que tuvimos, en Córdoba en 2007. Nos miramos los tres y después de la primera canción (que ni me acuerdo cuál fue) hubo como miradas de decir “acá pasa algo”. Es como un amor musical, que es muy difícil de encontrar: es inmediato, y quizás más difícil que una pareja incluso. No la podés pilotear: si no se da, no se da.
—¿En qué momento te diste cuenta de que estaba funcionando y era un proyecto que los iba a llevar lejos?
—Cuando arrancamos los tres supimos que algo iba a pasar. No digo a nivel popularidad, porque eso es muy difícil calcularlo, no sé si me imaginaba que iba a pasar lo que pasó con nuestros discos, cuando nos nominaron a los Latin Grammy con “Blanco” la primera vez. Son cosas que uno no calcula, pero cuando me junté con ellas, teníamos tres o cuatro canciones, pensé: “Esto por lo menos a mí me pega fuerte, esperemos que a la gente le guste también”.
—¿Pensaste que iban a durar?
—Por más loco que parezca, creo que en el primer ensayo sentí eso. Parece una locura decirlo hoy, pero a mí me pasó algo fuerte ese primer día.
—Hablabas de lo que están componiendo, de lo que van a encarar. El disco anterior fue como un disco anterior, “Huellas digitales” fue una relectura lateral de la obra previa. ¿Se parecerá un poco a “Barro y fauna” o a otra cosa?
—La idea clave es que no se parezca a nada, que sea completamente nuevo y que a nosotros nos sorprenda. Siempre estamos en esa búsqueda de que no se parezca a ninguno de nuestros otros discos. Si eso significa que haya mucha gente a la que no le va a gustar, realmente no me da ni un poquito de pena (risas). Lo que me importa es escucharlo en casa, escucharlo los tres, y decir: Descubrimos algo nuevo en nosotros.
—¿Qué sentís que les falta, o que querrías hacer en los próximos cinco años?
—En mi caso, tiene que ver con las canciones. Todos los días (aunque no siempre pienso conscientemente en eso) me gustaría hacer una canción mejor. Dentro de un año me gustaría estar más conforme con las canciones que voy haciendo, y así año a año. Sigo escuchando discos, a Paul McCartney, y digo “guau, qué lejos estamos”. Entonces todos los días sería tratar de subir un poquito en esa montaña en la que Paul está en la cima. Va a ser imposible llegar, la idea es estar lo más cerca posible (risas).
La fórmula
—¿Cómo es la dinámica compositiva al interior de Eruca Sativa?
—Trabajamos mucho juntos, pero cada uno tiene sus temas que va trayendo, aportando, los tres somos muy confiados en el otro. Uno llega hasta un lugar y se lo pasa a los otros: “¿Qué les parece esto? ¿Le damos para adelante?”. Somos re abiertos en la comunicación; entendemos que cuando estamos trabajando en una canción no hay lugar para las susceptibilidades ni para ponerse sentimental. Si alguien tiene una idea mejor bienvenida sea.
—Hay que matar el ego ahí.
—Cuando nos juntamos adentro del auto queda el ego, y no lo volvés a agarrar hasta que no salís de la sala. Si no las canciones se manchan de cosas que tienen que ver con lo persona, y no tiene que ver una cosa con la otra. Se puede confundir, es un trabajo psicológico que hay que hacer todos los días. Si a alguien se le ocurre una idea y gustó más que la mía tenés que trabajarlo para que no te afecte.
—¿Qué queda para diciembre y el principio de 2019?
—Nos quedan varios shows, un par de viajes, y bastantes momentos para compartir con la gente. Pero realmente estamos muy enfocados en el material nuevo: queremos tomarnos un tiempo para procesarlo bien y laburarlo para mostrarlo. Mientras tanto seguimos girando con los diez años, que es un show que nos dio muchas satisfacciones: seguiremos disfrutando de estas canciones hasta que las nuevas estén para tocarlas.