Lunes 1.4.2024
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La Real Academia Española define a la distopía como la “representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana”. Dentro de este cauce de la ciencia ficción se podría ubicar “Guerra Civil”, la nueva película escrita y dirigida por Alex Garland que se estrenará en los cines argentinos a mediados de abril. La sinopsis indica que, “en un futuro cercano donde América está sumida en una cruenta guerra civil, un equipo de periodistas y fotógrafos de guerra emprende un viaje a Washington. Tienen que llegar a ese centro neurálgico del poder antes de que las fuerzas rebeldes tomen por asalto la Casa Blanca”. Un argumento a todas luces interesante, aunque no tan novedoso como parece a simple vista. Para refrendar esto, elegimos cinco películas que mostraron en pantalla mundos futuros iguales que el de “Guerra Civil”: plagados de convulsiones, totalitarismos y humanos al borde del precipicio.
“1984” (1956): inspirada en la novela de George Orwell, es una inmersión en un mundo totalitario donde el gobierno controla cada aspecto de la vida de sus ciudadanos. “La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”, son las premisas que rigen esta distopía. La película, dirigida por Michael Anderson, se desarrolla en un contexto donde la vigilancia omnipresente y la manipulación de la verdad son instrumentos que utiliza el Partido para mantener a las personas como bloques homogéneos con nulas posibilidades de expresar disconformidad. El actor Edmond O'Brien encarna a Winston Smith, un hombre que decide ir en contra de este poder omnímodo, sin restricciones.
Holiday Film Productions“Fahrenheit 451” (1966): Francois Truffaut tomó como base la sombría novela de Ray Bradbury, para plantear, en términos visuales, un futuro distópico en el cual los libros se encuentran prohibidos por ser considerados elementos peligrosos y son quemados por una especie “bomberos piromaníacos” que están al servicio del gobierno. Imposibilitados del acceso al conocimiento, los habitantes de esa sociedad del futuro (pensado de acuerdo a los parámetros del siglo pasado) están aferrados a la conformidad. El protagonista es Montag, precisamente uno de esos siniestros bomberos que un día se replantea su trabajo y descubre como la libertad puede cambiar el curso de una vida.
Anglo Enterprises, Vineyard Film“La naranja mecánica” (1971): “La bondad es algo que uno elige. Cuando un hombre no puede elegir, deja de ser hombre”. Eso es lo que le ocurre al violento protagonista de este clásico de la ciencia ficción dirigido por Stanley Kubrick a partir de la novela de Anthony Burgess. En un Londres del futuro en el cual las pandillas ganaron las calles, el delincuente Alex de Large es detenido y luego acepta ser sometido a un tratamiento conductual llamado Ludovico que le impide realizar actos que se inclinen hacia el mal. Lo cual limita su voluntad y lo convierte en un ser indigno. A partir de allí, el film analiza la naturaleza del libre albedrío. Y establece conclusiones a la vez fascinantes y poco tranquilizadoras.
Warner Bros., Hawk Films“Cuando el destino nos alcance” (1973): tal vez el mundo del futuro imaginado por Richard Fleischer en la película basada en la novela “Soylent Green” sea el más terrible de esta lista. La superpoblación, el desastre ambiental, la falta de alimentos, la violencia y la desolación hicieron del planeta tierra un lugar invivible, en el cual solo algunas élites privilegiadas acceden a los bienes de consumo. En ese marco, las hordas hambrientas son saciadas por la dirigencia política con una comida que posee un ingrediente secreto. Cuando, luego del desarrollo de la trama, se devela el misterio, la conclusión es brutal. Tan devastadora como otra película protagonizada por Charlton Heston, “El planeta de los simios”.
MGM“Brazil” (1985): Bajo una mirada satírica y surrealista, esta película transcurre en un universo burocrático, parecido al de 1984, en el cual una complejísima maquinaria estatal terminó por aplastar toda posible rebelión individual. Dirigida por Terry Gilliam, la trama pone foco en Sam Lowry, un burócrata que se ve atrapado en una red de corrupción y paranoia cuando una parte de esa maquinaria falla. Una faceta de esta historia tiene que ver con los sueños como un mundo privado e intocable del individuo, frente al cual el poder estatal nada puede hacer.
Universal Pictures