Viernes 1.9.2023
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Encarnación López Júlvez fue una bailarina y coreógrafa que vivió en la primera mitad del siglo XX, especialmente valorada por su capacidad para interpretar en escena el baile flamenco, derivado del género musical español homónimo desarrollado sobre todo en Andalucía. Igualmente valorada fue su talento para vincular el flamenco con otros estilos de danza y música.
La artista con García Lorca y Rafael Alberti. Foto: Universo LorcaMás allá de su faceta artística, tuvo una vida llena de idas y vueltas. Le caben los adjetivos “novelesca” o “cinematográfica”. Sobrevivió una epidemia de escarlatina en su niñez, actuó por primera vez a los 8 años frente al público, recorrió Europa y América, fue amiga de Federico García Lorca, tuvo que huir de la Guerra Civil Española y murió joven por no querer operarse un tumor. Es que no quería dejar la danza.
Mundo Gráfico“La Argentinita” nació en Buenos Aires, en el seno de una familia de inmigrantes españoles, pero siendo niña volvió a su patria, donde comenzó su labor artística. Sin embargo, parte de su carrera se produjo en Argentina, desde donde influyó en la difusión del flamenco en América Latina.
Entre los méritos de “La Argentinita” figuran la combinación de elementos tradicionales con nuevas ideas, el traslado de la pasión y autenticidad del flamenco a lugares donde no era conocido y la colaboración con personalidades artísticas como el mentado García Lorca y Manuel De Falla.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital CastañedaAplaudida por la “Cordial”
Pero lo que interesa en este espacio es la conexión de esta singular artista con la ciudad de Santa Fe. En agosto de 1939, se presentó en el escenario del Cine Colón (ubicado en calle Rivadavia al 2800) a partir de las gestiones realizadas por la asociación Amigos del Arte. Su despliegue de danzas españolas, canciones y bailes populares recogidos en Venezuela, Méjico y Perú derivó en un arrollador éxito, según consignaron los medios de la época.
ArchivoNo fue la primera vez que “La Argentinita” estuvo en la cordial (así lo referencia El Litoral cuando afirmó “la celebrada bailarina, como en la oportunidad de su primer recital en Santa Fe, compartió el programa con su hermana Pilar”). Sin embargo, aquel jueves por la noche fue particular: hubo en el Colón “una concurrencia numerosa como acaso jamás contuviera esa sala”, según expresó el cronista que cubrió la noticia para el vespertino local.
Vale reproducir algunos párrafos de la crónica publicada el viernes 4 de agosto. “Sevilla de Albéniz, número inicial de la velada, tuvo en la pareja Pilar Lopez-Antonio Triana una interpretación coreográfica que sólo puede ser lograda por bailarines del entendimiento que ambos demostraron desde los primeros movimientos de la danza, al cabo de la cual el escenario y la sala estaban ya bajo el señorío del ritmo y envueltos en una atmósfera propicia a la percepción de los matices más sutiles del genio del baile”.
Calvache Madrid“En ese marco apareció a continuación la figura armoniosa de ‘La Argentinita’, que fue recibida con calurosos aplausos. Con lentos compases sus pies, sus brazos y manos empezaron a dibujar la trama sutil sobre la que habrían de animarse en toda su plenitud los suaves giros de la 'Danza X' de Granados, subrayada en sus pasajes culminantes por un taconeo sin ímpetu, pero de ajustada exactitud, y de esa suerte, la ovación que saludó el término de ese número era un fruto que caía de maduro”.
El paso de “La Argentinita” por el mismo escenario santafesino que alguna vez también acogió a artistas de la talla de Arthur Rubinstein, es un capítulo trascendente de la vida cultural de Santa Fe, que durante el siglo XX fue un faro a nivel nacional.