Lucía Dozo
Listocalisto está actualmente constituida como una cooperativa y propone un original catálogo integrado por colecciones con títulos para las infancias y también para “lectores entrenados”, desde literatura (poesía y narrativa) a arte y fotografía. A lo largo de siete años han publicado a más de treinta autores e ilustradores de Rosario, y presentan sus propuestas 2023.
Lucía Dozo
Listocalisto se define como “una editorial dedicada a los libros ilustrados para grandes lectores”. Su catálogo está integrado por colecciones literarias de diversos géneros –como poesía y narrativa– y también por obras en las que están presentes la fotografía y el arte. En diálogo con este medio, sus creadoras nos cuentan cómo surgió la editorial, cuál es su actual conformación como cooperativa y los proyectos de edición actuales y futuros. Se puede acceder a más información a través de http://www.listocalisto.com.ar.
-¿Cuándo y con qué propósitos nace Listocalisto?
-Listocalisto nació con la idea de crear un espacio de circulación para autores, ilustradores y artistas de Rosario. Desde una perspectiva local y muy micro, y por fuera de las grandes instituciones formadoras y articuladoras de políticas culturales como la universidad, la municipalidad o la provincia, es muy difícil entrar en los circuitos de circulación del libro, publicar, hacer de eso una actividad que entendés como un trabajo. La idea desde el principio fue construir un espacio con un discurso propio, desde el principio nos planteamos un horizonte largo. Sin embargo, el arranque fue paulatino, con un crecimiento en ondas concéntricas. El esfuerzo mayor fue el de sostener y el de explorar el campo de posibilidades, hacer de esta fábrica de libros un lugar que nos alojara y nos pusiera en diálogo con otras personas con sueños similares. Tanto es así que, al día de hoy, siete años después, hemos publicado a más de 30 autores e ilustradores y es muchísima más la gente que se pone en contacto porque quiere publicar. Además, autores con cierta trayectoria también nos han ofrecido sus trabajos y eso lo sentimos como un aval, como una legitimación, un gran acompañamiento, porque son personas que apuestan por nuestra editorial y confían en que vamos a saber cuidar sus obras.
-Actualmente es una cooperativa y se sumaron nuevos miembros. ¿Pueden contarnos algo más sobre esta nueva etapa?
-Formalizar nuestra asociación y convertirnos en cooperativa es una más de esas ondas concéntricas que mencionaba más arriba. Es una renovación de energía, también, de incluir nuevas miradas y de sumar voluntades para crecer. Ser una cooperativa, además, nos va a permitir participar de otras esferas. Desde el inicio entendimos que la cosa venía por acá y si lo hacemos recién ahora es porque desde el Estado se dieron las regulaciones que permiten ahora conformar una cooperativa de menos de seis socios.
-Como editorial participan activamente de ferias. ¿Qué balance hacen sobre esta modalidad de dar a conocer los libros y de comercializarlos?
-La participación en ferias fue desde el inicio el principal modo de que los lectores conozcan y entren en contacto con nuestros libros. Ante todo, las ferias son ámbitos de puesta en contacto directo con los lectores y, en ese sentido, espacios privilegiados para las editoriales pequeñas, porque allí la gente sabe que va a encontrar propuestas nuevas, diferentes, que, aunque lleguen a las librerías, tal como también es nuestro caso, a veces se pierden entre una gran montaña de libros.
Y aunque las ferias no están funcionando tan bien como hace un tiempo (y esto está en consonancia evidentemente con la retracción económica), no obstante, sigue siendo importante estar presentes porque la gente igual las recorre, las aprovecha y, eventualmente, compra (porque le gusta, porque tiene que hacer un regalo).
En lo que respecta a los libros ilustrados infantiles, que en nuestro caso conforman gran parte de nuestro catálogo, las ferias son una instancia de venta muy importante porque, aun cuando los libros infantiles han sido tocados más que otras publicaciones por la crisis del papel y el aumento de los costos de producción, siguen siendo más baratos que un juguete, con lo cual sigue siendo interesante, también por esta razón, regalar un libro.
En relación con esto también hay que decir que para las editoriales pequeñas como la nuestra, con un alto índice de trabajo a pulmón, es fundamental entrar en la cadena comercial. Es lo que garantiza la continuidad de la editorial y este pedido (“¡compren nuestros libros!”), que parece tan rastrero, tan materialista, es en realidad lo que abre la posibilidad de encontrar libros que hablen de nosotros, de nuestro río, de nuestras calles, de nuestro modo de estar en el mundo… Hemos participado con asiduidad de toda feria de libros a la que nos convocan: feria de las peatonales, feria de Ciudad de los Niños, Feria del Libro de Rosario, feria de la facultad de Humanidades y Artes de la UNR, entre otras.
-¿Estuvieron presentes en la reciente edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires?
-Hemos estado presentes en de la mano de instituciones más grandes que nos albergan: el INAES (desde que somos cooperativa), el stand de la provincia de Santa Fe, que todos los años lleva las publicaciones de toda la provincia, y de la Librería del Docente, que es una iniciativa de la Cámara Argentina del Libro, una propuesta muy específica que funciona solo un fin de semana en el marco de la feria.
-¿Cuáles son las últimas publicaciones y los próximos proyectos de edición?
-El año pasado publicamos cinco títulos que ampliaron el espectro de edades a los que apunta nuestro catálogo: Púmbate. Siete travesías para nacer (Ornela Sabbatini y Lucrecia Sabadotto, con ilustraciones de Alina Calzadilla), un libro-juego para la primera infancia; Cuaderno de artista (Andrea Ocampo y Silvina Maroni), con propuestas de escritura para chicos y chicas de todas las edades; Cani en París (Mónica Discépola y Angelina Pedemonte), un libro de la saga de las Historias del Cani, para los más chiquitos, que viene con audiolibro en español y en francés; Te traje tulipanes. Tautogramas (Susana Rinesi y Silvina Maroni), un libro de relatos/poemas que juegan con el principio del tautograma (textos cuyas palabras empiezan todas con la misma letra), también para jóvenes lectores, y Postales de un mapa imposible (Javier Núñez y Jorgelina Giménez), un libro de relatos sobre Rosario, sus calles, su mapa imaginario, para lectores entrenados, jóvenes y adultos.
Para 2023 tenemos varios títulos en la cocina: un libro de poemas que Pablo Ramos dedicó a su hijita Antonia, un cuento de Patricia Suárez, otro de Agustín Alzari y otro de Federico Tinivella, una novela de Mónica Discépola, la continuidad de nuestra serie de Caleidociclos y otro libro de cuentos de Susana Rinesi. En todos los casos seguimos con nuestra premisa editorial de hacer libros ilustrados, en esta ocasión por Velia Dig.
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