Viernes 8.9.2023
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En la primera mitad del siglo XX la ciudad de Santa Fe tenía un movimiento cultural tan notable como heterogéneo. Basta con señalar que escritores ganadores del premio Nobel, pintores reconocidos en las grandes capitales europeas, actores requeridos en el mundo entero y músicos de la talla de Arthur Rubinstein y Andrés Segovia se hicieron lugar en sus agendas para pasar por aquella efervescente ciudad “cordial”.
Artic.eduFue en este contexto en el cual llegó un pianista ruso llamado Nikolai Andreyevich Orlov (u Orloff), uno de los grandes intérpretes de Frédéric Chopin que engendró el siglo XX. Que despertó el “aplauso santafesino” gracias al dominio perfecto del instrumento que demostró en las instalaciones del Museo Rosa Galisteo, de Rodríguez, gracias a las gestiones de Amigos del Arte, entidad que fue clave para la vida artística de esos años en la capital de la provincia.
Foto: www.nikolai-orloff.euOrlov (los medios santafesinos que se hicieron eco de su llegada a Santa Fe lo mencionaron como “Orloff”) había estudiado piano en su Rusia natal y se había graduado en el Conservatorio de Moscú en el año 1910. A su vez, había recibido clases de composición y contrapunto con Sergei Taneyev, quien había sido a su vez alumno de Piotr Ilich Chaikovski. El primer concierto en público que realizó Orlov fue en 1912, tras lo cual se dedicó a la docencia por varios años, hasta que se trasladó a Occidente, desde donde recorrió varias ciudades del mundo.
Foto: www.nikolai-orloff.euEn 1922, la revista Musical Courier se refirió a una presentación de Orlov en París, con una interpretación del segundo concierto de Rachmaninoff. “Este joven modesto y sin pretensiones, desprovisto de cualquier manierismo, tocó con una técnica brillante y limpia, superando todas las dificultades del allegro scherzando con asombrosa facilidad, mientras que en el adagio demostró una calidez de sentimiento y sensibilidad en el toque que contrastaba notablemente con su enérgica interpretación del moderato”, indicó la publicación.
Foto: www.nikolai-orloff.euComo dato de color, cabe señalar que en esa misma velada, cuyo anfitrión era el director de orquesta Sergei Aleksándrovich Koussevitzky el público ovacionó al compositor Maurice Ravel, quien, según Musical Courier, “se encontraba en uno de los asientos traseros de la orquesta, presumiblemente avergonzado por no haberse presentado con la vestimenta de noche que se consideraba moralmente obligatoria. Esta grave falta de etiqueta, sin embargo, no impidió que los presentes demostraran a M. Ravel cuánto habían disfrutado de su ingeniosa y encantadora orquestación de ‘Tableaux d’ une Exposition’ de Moussorgsky, interpretada por primera vez por la excelente orquesta de Koussewitzky”.
Foto: PianofilesLa llegada de Orloff a Santa Fe, en agosto de 1937, estuvo precedida por una serie de presentaciones en el Teatro Odeón de Buenos Aires, que dejaron una excelente impresión. De esto dejó constancia La Nación en una reseña publicada el 14 de julio. Allí el diario porteño lo describe como un ejecutante de “sobresalientes recursos técnicos y dotado de un admirable temperamento musical”. Apunta además que sus interpretaciones dan cuenta de una “profunda comprensión del espíritu de las obras vertidas, cuyas características brillantes o expresivas supo traducir con extraordinaria justeza y un concepto artístico de la más pura calidad”.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital CastañedaEl programa que ejecutó el ruso en Santa Fe estuvo conformado por obras de César Frank, Brahms, Chopin, Maurice Ravel, Debussy y Strauss. Al día siguiente de su presentación, El Litoral publicó una crónica en la cual resaltó el dominio perfecto de su arte.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital Castañeda“Desde la pieza de Franck con que inició su concierto, el maestro Orloff reveló las hermosas cualidades de su temperamento musical, sobrio y vigoroso a un tiempo, si bien, para nuestro gusto, de expresión algo fría. Con todo, su magnífico desempeño en ningún momento defraudó las esperanzas del auditorio, quien premió su labor con nutridísimos aplausos y pidió se repitieran los pasajes más interesantes”, agregó.
Orloff falleció en Grantown-on-Spey, Escocia, en 1964, cuando tenía 72 años. A lo largo de su vida, las giras lo llevaron a América del Norte y del Sur, al Lejano Oriente y a todos los países de Europa. Santa Fe fue parte de su itinerario.