Miércoles 24.4.2024
/Última actualización 10:43
Tomas Rivetti una figura notoria de la música argentina, con ADN de rock, con un recorrido melodioso desde su infancia. Es músico, guitarrista e ingeniero mecánico y conductor de ¿Cómo te tomas el rock? un formato autogestivo que apuesta a lo creativo.
En diálogo con este medio, Rivetti nos habla de la música, de los que han sido sus influencias musicales y pone en escena el talento de los músicos argentinos, mientras favorece la reflexión sobre diversas situaciones de la vida, planteando nuevos puntos de vista y sobre la cultura tan característica de nuestro país.
-¿Si te defines, te limitas?
-Yo creo que definirse esta bueno, para entender el lugar que ocupa uno. Pero al mismo tiempo te encasillas en que las cosas pasen por ese lugar, por eso esta bueno redefinirse cuando uno lo sienta necesario, evitando justamente limitarse. Pero creo que algo define muy bien es mi primer disco “Por las Ramas” todo lo que soy está plasmado ahí, y eso que te digo de redefinirse se nota a medida que vas pasando de tema en tema.
-¿Cuándo decidiste dedicarte a la música?
-Desde chico sabía que quería estar arriba de los escenarios y grabar dicos, la verdad es que me dedico a la música Part time, laburo de 9 a 18 has en una oficina con mi viejo, soy Ingeniero Mecánico. Todos los días cuando llego a casa me encierro con mis instrumentos a pasar el rato, pero no fue hasta que me recibí y dejé de estudiar que pude meterme a hacer mi propia música como hago hoy. Este marzo cumplí 5 años como ingeniero (y como músico profesional part time jaja).
-¿Qué influencias consideras que han sido las más imborrables en las composiciones que realizas?
-Mis principales Influencias son los próceres de nuestro rock, Spinetta, Charly, Fito, Pappo, Cerati y Calamaro. Pero a la hora de escribir soy “hijo no reconocido de” Fito y Pappo, te digo “no reconocido” porque obviamente ninguno de los dos ¡jamás me reconocería!
Después también tengo mucha influencia de dos artistas que son de los que más admiro, uno es Gabriel Carambula, guitarrista “hijo” (y reconocido) de Pappo, y el otro es Guillermo Beresñak, también reconozco algo de Fito en él, pero creo que es uno de esos músicos que están en un nivel de sensibilidad y composición al que solo llegan los próceres que te decía, solo que Guille es contemporáneo y hoy no se le da tanta bola a lo que no es mindstream lamentablemente. En mi disco se nota muchísimo como su música me marco a fuego.
-¿Cuáles fueron esos primeros pasos en el mundo de la música?
-Lo primero fue absorber lo que sonaba en casa, escuchar de rebote lo que escuchaba mi viejo, lo primero que me acuerdo es el Unplugged de Charly y el disco doble de Los socios del Desierto, con mi hermana nos reíamos cantando cheques cheques cheques, esto fue en el 97, yo tenía 5 años. A los ocho le robaba el casette del amor después del amor a mi viejo y lo gastaba, hoy lo tengo en casa, ¡voy a pedir que me entierren con el! Después para mis 14 me regalaron mi primer guitarra eléctrica, una Squier strato roja, y ahí creo que empezó mi obsesión.
-¿Cómo se da ese proceso compositivo en la música? ¿Te resulta agotador, catártico, intuitivo?
-Es un flash, es todo eso que dijiste al mismo tiempo, y en un solo proceso pasas por todo, caos, paz, catarsis, pero la mayoría de las veces se hace largo por que es difícil terminarlo, a una canción se le puede agregar infinidad de cosas, creo que los músicos terminamos las canciones solamente por cansancio o por presión cuando hay que grabar.
Foto: Gentileza Laura ArtiguesPero la verdad que el proceso es hermoso, es como la vida misma, no siempre es igual, la data baja de cualquier manera, una melodía que se te ocurrió silbando, un verso que tenía buenas palabras, pero te cuesta hilarlas. Por lo general a mí me aparece primero la sucesión de acordes de la mano con la melodía de la voz, todo junto, trato de guiarme por la intuición, pero cuando no me sale voy a la teoría de la armonía, algunas canciones me salieron en una tarde y con otras estuve 2 meses para definir un verso. Después voy buscándole palabras a esa melodía, sueltas, hasta que encontré una que calza perfecto, yo creo que el sonido de las letras al combinarse formando una palabra tiene música, tiene que rimar con la melodía, la primera palabra que encuentro que cumple con esa “regla” la dejo fijada y después busco como escribir algo que llegue a esa palabra. Eso es lo único que tienen en común todas mis letras, todas empezaron con una palabra que me gusto como quedaba insertada en la melodía.
-¿Cómo ves la relación del artista con lo político?
-Es una relación muy estrecha ¿no? Yo creo que es un valor que hoy se perdió, hacer algo como lo que hizo Charly, cantarles a los milicos con metáforas, requiere una valentía que hoy ningún artista tiene. Hoy todos tratamos de ser políticamente correctos porque queremos llegar a tanta gente como podamos y no vaya a ser cosa que ofendamos a nuestros oyentes querida. También veo que la grieta es cada vez más profunda, los discursos son cada vez más extremistas, la gente en redes sociales está muy violenta y eso lleva a que los artistas se mantengan un poco más al margen hoy, nadie quiere que lo estén puteando por tomar una postura. Aunque aplaudo de parado a los que se atreven a decir algo por lo que la mitad de la sociedad después los castigue, como Lali por ejemplo.
-Es un privilegio poder conectar con la gente a través de la música, pero hay un proceso para llegar a la tecla… ¿Qué balance hacés desde tus comienzos hasta el presente?
-Hay que hacer directamente lo que a uno lo hace feliz, sin tanta vuelta, mis primeros temas estaban pensados para que sean más “escuchables”, más alineado con lo actual, es un error en el que muchos caemos al principio. Hoy te diría que lo que más me importa es ser autentico, no escribir para agradar al primero que escuche, escribir para mí, creo que ahí está el verdadero valor del artista.
-Muy, muy en serio, tanto que cuando empecé a grabar mi disco en plena pandemia me lance en paralelo a hacer videos en You Tube hablando de Rock clásico argentino y después cuando apareció tiktok y los reels de Instagram me pase para ese palo bajo el título de “Como te tomas el Rock” jugando un poco con el chiste que me hacen desde chico: Tomas, ¿qué tomas? El objetivo era tener una audiencia para cuando saque el disco, pero después me costó mucho llevar a la gente de los videos a mi música. Pero una de las cosas más lindas que me paso es ver a pibes de 15 años decirme que son fan Spinetta o que escucharon por primera vez a “la máquina de hacer pájaros” porque yo hable de ellos.
-La realidad golpea duro y el rock argentino siempre estuvo ligada a las crisis del país, ¿cuál banda o tema elegirías para musicalizar este momento actual?
-Hay tantas que no se me vine ninguna a la cabeza del momento puntual, pero este último tiempo estuve muy copado con el disco “Histeria Argentina” de Científicos del palo, habla de toda la historia argentina desde mayo de 1810 hasta hoy, una locura.
-La poesía debe ser sugestiva, combativa y reflexiva dicen por ahí… ¿la música también?
-Sí, pero no solamente eso, la música es todo, te sirve para ponerte alegre, para revolear la cabeza, para festejar y también para ponernos tristes. La música puede acompañarnos en cualquier momento de la vida, yo no la uso para combatir a nadie, no es mi estilo, pero si para llevar las cosas buenas y malas que tiene la vida.
-¿Qué proyectos hay en mente para este 2024?
-Este año tengo el gran desafío de convencer a mis seguidores que junte con los videos de que mi disco “Por las Ramas” editado en 2022 que verdaderamente vale la pena y q se parece mucho a todo ese Rock clásico argentino del que hablo en mis videos, ya tengo más o menos una receta de cómo lo quiero hacer, así que iremos viendo como se da. Estoy entrando a grabar nuevas canciones que seguramente verán la luz el año que viene y obviamente ya estoy en busca de más escenarios, ese es el verdadero vicio.