Domingo 9.6.2024
/Última actualización 14:24
“Los Prohibidos” es el nuevo single del músico, compositor y ejecutante de diversos instrumentos Julián Mourin. Todo comenzó, según él mismo cuenta, con un convite de un amigo: “venite a la fiesta y te tirás tus prohibidos”. Eso encontró eco en una idea que Julián venía palpitando, relacionada con la herencia africana en nuestra cultura. “Desde hace tiempo que tengo un interés grande por esta temática sobre los afrodescendientes en estas latitudes. Me parece que hay una desproporción demasiado grande entre el enorme aporte de la comunidad afro a nuestra sociedad y el inmenso desconocimiento que hay sobre esto”.
Gentileza Martín Linietsky-¿Cómo la evolución histórica del baile de la milonga durante el siglo XIX, marcada por la censura y la prohibición en ciertos sectores, inspiró la narrativa de ‘Los Prohibidos’. ¿Qué descubrimientos o investigaciones respaldan esta conexión histórica en tu obra?
-Cuando empezaba a surgir el baile de la milonga a mediados del 1800, causaba admiración en la gente y, a la vez, en ciertos sectores se prohibía por indecente e inmoral. Por ejemplo, en Buenos Aires existe el registro de la detención de cuatro varones y dos mujeres en 1862 por estar bailando y tirando cortes. Más tarde, cuando el tango hizo furor en Europa, alrededor de 1910, algunos sectores más conservadores también lo prohibieron. Incluso el Papa Pío X lo prohibió por provocativo y pecaminoso. La prohibición fue la herramienta, un blanqueador, para detener todo un proceso que venía sucediendo en el subsuelo, donde la diversidad cultural exploraba sus creaciones. Así, el tango fue dejando atrás su origen más rítmico, de la mano de la construcción del mito de la Argentina blanca. Parte de lo que sé sobre la temática tiene que ver con haber ido a reuniones de los amigos de DIAFAR (Diáspora Africana en Argentina) y de la Asociación Misibamba. Y también por leer estos libros: “Tango negro” de Juan Carlos Cáceres, “Cosas de negros” de Vicente Rossi y “Esquema de la Música Afroargentina” de Nestor Ortiz Oderiego.
Conceptualmente coherente
-La inclusión de tambores y ritmos propios del afropop en la producción de “Los Prohibidos” agrega una dimensión única a la canción. ¿Cómo creés que estas influencias musicales contribuyen a transmitir el mensaje y la energía de la canción?
-Hace poco mi amigo el músico montevideano Sebastián Jantos me dijo algo sobre el tema y me pareció super interesante: “Los prohibidos es conceptualmente coherente. Todos esos beats derivados del reggaetón tienen origen en las bambulas del caribe, todo origen bantú a full. También la media clave de la milonga tiene ese origen. Entonces, llevar la milonga para ese lado es ‘lógico’, por decir de alguna manera”.
Gentileza Martín Linietsky-Hablás sobre las “afromilongas” como una expresión de libertad y conexión con el cuerpo. ¿Podrías profundizar en el reflejo que tiene esto en tu trabajo, especialmente en “Los Prohibidos”?
-Amo bailar. Ese es el motor que me lleva a hacer música que también te pueda hacer mover el cuerpo. También creo que tener conciencia de nuestra finitud, también me impulsa a hacer música para bailar. Por otro lado, creo que justamente hacer esos “movimientos prohibidos” nos traen pura salud. Hay ciertos rincones de nuestro cuerpo que esconden de todo, emociones, recuerdos, traumas. La cadera, el centro bajo, el chacra raíz, tiene alta data. Mover toda esa zona es pura salud. A los hombres nos cuesta horrores, por lo menos los de estas latitudes. Pero es muy liberador lograr hacerlo, bailar como se te da la gana, mover estas partes, hacer el ridículo un rato.
Gentileza producción-El videoclip de “Los Prohibidos”, filmado en la costanera de Buenos Aires, parece tomar la esencia y la atmósfera de la canción de una manera única. ¿Qué aspectos del mensaje de la canción esperás transmitir a través de este video?
-Estamos felices con el video. Se dió de una manera muy fluida y rápida, sorpresivamente. Potencia cosas de la canción y refleja otras nuevas. Que haya sido en la costanera sur es una síntesis muy piola, está de una lado la ciudad y del otro el río. Hay sillas de balneario, un chiringuito, un aire medio de verano como el que tiene el tema y a la vez medio porteño. Lo filmó y dirigió Ivo Ferrer. Su llevada y sus directivas fueron clave para que salga fresco y que tenga dinámica.