Martes 17.10.2023
/Última actualización 15:30
Arístides Vargas es, desde hace muchos años, un pieza clave del teatro latinoamericano. Nació en Argentina hace casi 70 años, pero la dictadura militar lo obligó a exiliarse en Ecuador. En ese país fundó la compañía Malayerba, a través del cual trabajó temas como la memoria, el desarraigo, la marginalidad, el exilio y la violencia. “Cuando formamos el grupo fue a partir del encuentro entre diversas personas que venían de distintos países. Nos inventamos una espacio donde el quehacer teatral estaba atravesado por el sentimiento del exilio”, contó Vargas en una entrevista concedida a este medio en 2022.
Gentileza Leonardo GregoretVargas es el creador de la obra “Nuestra señora de las nubes”, que el grupo “Contratelón teatro” presenta los viernes de octubre a las 21 en LOA espacio AGM (25 de mayo 1867), bajo la dirección de Hernán Raúl Rosa. En la puesta, actúan Soledad Almirón y Camilo Céspedes. El diseño de vestuario pertenece a Ignacio Estigarribia, el diseño gráfico es de Andrés Belloccio, la fotografía de Leonardo Gregoret, el sonido e iluminación llevan la firma de Federico Kessler, de la tares de prensa y producción se ocupó Rosana Balbuena y como consultora del proyecto participó Marina Vázquez.
“En cuatro encuentros y tres episodios de relatos/recuerdos escénicos, Bruna y Oscar, dos exiliados o emigrados, que, por una u otra razón alguna vez abandonaron su país, hacen una reconstrucción de un pueblo perdido, con el recurso del diálogo. Evocar un barrio y sus personajes, antes de que el olvido les juegue una mala pasada, es la tarea que se proponen, como si sortearan el castigo del exilio y la tristeza que los persigue, a través de conversaciones que reviven sus recuerdos, evitando así dejar atrás la identidad que alguna vez tuvieron”, señala la sinopsis.
Gentileza producción“Lo primero que me movilizó para hacer esta obra fue el desafío actoral que significaba hacerla”, contó Hernán Rosa a este medio. “Le llevé el texto a Marina Vázquez para que ella sea la directora, porque yo quería actuar. Y así comenzamos. A la semana nos reunimos nuevamente y me dijo “Vos tenés que dirigir, buscate un buen actor y una buena actriz, yo te acompaño orbitando, aconsejando, creando junto con vos, pero vos dirigí. Ya es hora de que empiecen a dirigirse entre ustedes, cuando sino?”. Lo cuento porque es una parte muy linda y motivadora del proyecto. Y me deja la certeza que Marina, además de ser una buena actriz y directora también es una buena formadora. También nos motivó mucho el texto, cargado de poesía, de metáforas, de imágenes y claro la vigencia epocal que sigue teniendo”, recordó.
“La obra cuenta la historia de dos exiliados: Bruna y Oscar. Juntos, recuerdan hechos y personajes que ellos mismos representan, de su pueblo. Ambos transitan entre el olvido y la memoria. A partir de esto es que comienzan esa búsqueda de recuerdos que les permitan reconstruir, hacer presentes, crear ese mundo para así recuperar algo, parte de su historia y su identidad. El entusiasmo que se genera a raíz de estos encuentros hace que la relación entre ellos sea fresca, espontánea, alegre. No hay casi lugar para el drama o la tristeza, la sensación final sería más bien de melancolía”, aseguró luego respecto a las características de la trama.
Céspedes, Almirón y Rosa. Gentileza Leonardo Gregoret“El cuerpo de la obra podría dividirse en tres partes. La primera que nos habla de la fundación, la segunda del amor y la tercera de la muerte en Nuestra Señora de las Nubes. Estos tres momentos, como decía antes, se representan a través de personajes que tanto Oscar como Bruna interpretan. Hay cambios de atmósferas y lugar para todo, comedia, drama, angustia, dolor y melancolía”, agregó Hernán.
Gentileza Leonardo GregoretFinalmente, apuntó que “el mayor desafío pasó por ser coherentes al mundo Vargas, a su poética, poder transitar sin fisuras esa poesía, el poder hacer carne la metáfora y que podamos transcurrir así en un sinfín de imágenes creadas a partir de esa musicalidad que propone vargas en el decir de los actores. Un mundo de historias, recuerdos subjetivos y naranjas, algunas podridas. Un mundo que se crea y se recrea todo el tiempo y que nos invita, como ‘En el gran pez’, a llenarnos de historias de la vida”.