Cristina Copes
Crítica de “Modositas”, un espectáculo de teatro danza que se presentó en el marco del Ciclo “Teatro de Verano” que organiza Estudio Barnó.
Cristina Copes
El estreno de “MODOSITAS” , espectáculo de teatro danza, en el marco del Ciclo “Teatro de Verano” que organiza Estudio Barnó, bellísimo espacio artístico ubicado en Barrio Candioti Norte de nuestra ciudad, fue ocasión (desde la mirada del espectador) para el disfrute, la carcajada genuina, la empatía total.
El proyecto de "Modositas" es iniciado por el grupo de danza Recua, protagonistas además del espectáculo, que integran “Negra” Correa, “Pato” Alvarez, “Fabi” Sinchi y “Lali” Varela. En 2018 convocan a Pablo Tibalt a dirigirlas, quién sería el responsable de lograr una mixtura tan vibrante entre la danza y el teatro, y allí se inicia el trabajo de “investigación escénica” con este equipo de artistas, creadores santafesinos, apasionados y muy laburantes en sus ricas trayectorias.
El espectáculo de teatro danza busca explorar desde el movimiento la historia de cuatro amigas nadadoras, que alguna vez conformaron un exitoso equipo deportivo de nado sincronizado: “Cleo, Magda, Marilyn y Eva se encuentran dos o tres veces a la semana en la pileta olímpica del Sportivo Agua Viva. Ahora, hoy, el encuentro es diferente porque van a ensayar, a nadar para volver a bailar: el motivo es que el Sportivo inaugura un nuevo trampolín y la Comisión Directiva brindará un homenaje a estas mujeres y ellas intentan recrear la coreografía que las hizo célebres”.
“Ellas son mujeres aparentemente de la tercera edad, amigas, que mantienen estos encuentros en un intento de evadir lo que “arrastran todos los días”, y eso diferente puede ser un recuerdo, un proyecto, un deseo. Vivir el cuerpo y transformarlo en agua, como fantasía: eso sería maravilloso.”
En la búsqueda de la dramaturgia de la obra, realizada visiblemente desde el cuerpo, (sin duda con un trabajo complejo para las intérpretes que son bailarinas plenas y deben abordar el movimiento en los cuerpos más rotos, dificultosos, desarticulados de los personajes), se recorren aspectos como los modos de moverse, los modos de envejecer, el tocarse, el no poder hacer, el habitar, el escapar de la familia y todos ellos son primordiales para el arribo a una dimensión poética.
El grupo Recua tiene desde siempre un modo particular de pararse en la escena: con intensidad, un compromiso muy presente, profunda conexión escénica y constantemente en búsqueda de nuevos caminos, diferentes cruces, diversas experiencias. Y la conformación de este maravilloso equipo con Pablo Tibalt, joven y talentoso dramaturgo y director teatral, produjo este hecho artístico tan singular y potente, que es puro juego y que dispara ternura, desenfado, placer. Tibalt muestra una vez más su mirada sensible, su modo coreográfico de encarar la escena con un fuerte acento en el gesto corporal. El grupo de Nado Sincronizado en la noche de inauguración es como un solo cuerpo desplazándose en el espacio, adorable.
El vestuario, diseño y realización de Ignacio Estigarribia, muestra también la calidad de la puesta, con su precisión y su estética desopilante . Las imágenes en fotografía y video de Leonardo Gregoret también son el producto de este precioso espectáculo. El mundo sonoro es producto de una búsqueda muy precisa y bella para el sentido y la temática del espectáculo.