Miércoles 18.9.2024
/Última actualización 13:40
El cine de terror, y los que aman el género lo saben bien, ofrece una amplísima gama de subgéneros (slasher, gótico, sobrenatural, psicológico, de metraje encontrado y otros) que se dedican a abordar los miedos humanos más profundos. Uno de los más inquietantes y controvertidos es el “body horror” o “terror corporal”, que pone el eje en la transformación física o la degradación del cuerpo humano.
El ejemplo más evidente es “La mosca”, en su versión recreada por David Cronenberg (maestro de esta vertiente), donde un científico, tras un fallido experimento de teletransportación, parodiado años después por Los Simpson, comienza a transformarse en una mosca. Hay una metáfora evidente: el terror, trágicamente humano, a la decadencia física y mental.
Universal PicturesCon el estreno de “La substancia” el 19 de septiembre, que Cine América incluirá también en su ciclo de cine Bizarro, este subgénero vuelve a estar en el centro de la atención del cine de terror contemporáneo. Dirigida por Coralie Fargeat, la película cuenta con un elenco de lujo que incluye a Demi Moore, Margaret Qualley y Dennis Quaid. Tuvo su estreno mundial en la última edición del Festival de Cine de Cannes y es, según los críticos, un relato “visceral y perturbador” que analiza los límites del cuerpo y la obsesión por alcanzar un estado de perfección.
"La cosa". Foto: Universal Pictures, Turman-Foster CompanyLa trama se ubica en torno a Elisabeth Sparkle (impresionante regreso de la actriz Demi Moore a la pantalla), una ex estrella de aeróbic que, tras ser despedida en su cumpleaños número 50 por razones de edad, recibe una oferta de un laboratorio. La propuesta: una inyección con una “sustancia” milagrosa que la convertirá en “la mejor versión” de sí misma. Lo que comienza como una promesa de juventud y belleza, se convierte en pesadilla: los efectos secundarios empiezan derivar en formas grotescas y aterradoras.
El body horror es una vertiente del cine de terror que se caracteriza por mostrar la transformación, mutación o degradación del cuerpo humano de tal modo que producen perturbación en el que mira. A menudo, estas transformaciones sirven para reflexionar respecto a ansiedades culturales o personales, como el miedo a la muerte, el envejecimiento, la enfermedad o la pérdida de control sobre el propio cuerpo.
"Re animator". Foto: Empire Pictures, Re-Animator Productions IncLa incomodidad en el espectador se percibe como deformidades, infecciones y transformaciones físicas que rompen toda lógica biológica y atacan la integridad física del individuo. El cuerpo es algo vulnerable y frágil. El “body horror” se tradujo varias películas que son clásicos del cine de terror.
"Especies". Foto: MGMUna de ellas es “Re animator” (1985), inspirada en la obra de H. P. Lovecraft. Herbert West estudia en Europa métodos regenerativos junto a un científico, que muere en extrañas circunstancias. Herbert viaja a Estados Unidos, donde continúa con sus experimentos, que tienen la intención de alcanzar la fórmula para reanimar a los muertos.
"La mosca". Foto: 20th Century FoxOtra es “La cosa” (1982), la obra maestra de John Carpenter, se centra en un grupo de científicos en la Antártida que son atacados por una criatura alienígena que puede imitar y deformar cualquier ser vivo que toca. También de origen extraterrestre es la protagonista de “Especies” (1995), un ser que se escapa de un laboratorio para aparearse con hombres y producir crías que puedan destruir a la raza humana.
"Tetsuo". Foto: Kaijyu TheaterPero el ejemplo más logrado (o radical) del género es “Tetsuo: El hombre de hierro” (Tetsuo: The Iron Man, 1989), film japonés dirigido por Shinya Tsukamoto. Allí, un hombre se transforma gradualmente en una máquina, mezcla de carne y metal. Esta transformación no solo es física, sino también psicológica. ¿Dónde termina el cuerpo humano y empieza la tecnología?, parece preguntar el film.
"Titane". Foto: Kazak Productions, Frakas ProductionsEl estreno de “La sustancia” marca una continuidad del “body horror” en el cine actual. Películas como “Titane” (2021), también dirigida por Julia Ducournau, demuestran que este subgénero sigue avanzando, ahora hacia un comentario sobre la obsesión contemporánea con la juventud y la belleza.