Bravos Muchachitos! festeja su cuarto aniversario en el Día de Patricio Rey
La banda santafesina que mantiene vivo “el fiestón ricotero” presentará un show completo, con clásicos de los Redondos y la carrera solista del Indio Solari. En diálogo con El Litoral, el cantante Pipo Licheri repasó el fenómeno que desata el grupo en el público, y los logros obtenidos en estos cuatro años.
“Ver cómo reacciona la gente a nuestra interpretación nos hace darnos cuenta de que es por ahí: que tenemos que seguir sacando más canciones, interpretarlas, tocarlas bien, que suenen, y hacer bailar a la gente, afirma Pipo. Foto: Gentileza Yuse Zalazar
El 28 de diciembre se celebra habitualmente el Día de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: una leyenda cuenta que un Día de los Santos Inocentes de 1976, la agrupación liderada por Carlos “Indio” Solari y Eduardo “Skay” Beilinson iba a debutar ante el público, pero finalmente la presentación fue cancelada. Otra versión Otra versión, indica que se debe a su primera presentación en Salta un enero del año 1982 en un bar llamado El Polaco. Además, realizaron varios conciertos épicos en esa fecha, como en Paladium (1985), Obras (1991) y el Estadio 15 de Abril de Unión (1996).
Bravos Muchachitos! despedirá el año en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572) en esa fecha, festejando a la vez su cuarto aniversario. El grupo integrado por Pipo Licheri (voz), Pablo Menéndez (guitarra), Hernán Ruiz (guitarra), Juan José Mulé (bajo), Leonardo Montejo (batería), y Valentín Pontis (saxo), convocará a la fiesta con un show en el que repasará todos los clásicos de Los Redondos y el Indio Solari.
Las entradas están a la venta en boletería de Tribus y a través de Ticketway (puntos de venta online y físicos).
El Litoral conversó con Licheri, histórico animador de la escena rockera santafesina, para entrar en la mística de este grupo que mantiene viva la llamar ricotera.
Doble festejo
-La celebración del “Día de Patricio Rey” es una tradición única. ¿Qué significa para vos y para Bravos Muchachitos! ser parte de este festejo tan especial?
-Para nosotros un honor, es algo de mucho respeto; tiene algo de mística tocar los 28 de diciembre por lo que significa esa fecha para la historia de los Redondos. Y porque el primer show de Bravos Muchachitos! fue también el 28 de diciembre del 2020: es una fecha importante tanto en la historia de los Redondos como dentro del seno de la banda. porque es la fecha de nuestro primer show. Y desde ese primer show todos los 28 de diciembre hemos tocado, así caiga lunes o martes
-Esta será la celebración del cuarto aniversario de la banda. ¿Qué recuerdos tenés de aquel primer show en 2020 (que fue un año atípico) y cómo fue mutando o evolucionando la banda desde entonces?
-En aquel momento fue muy raro, por la coyuntura del momento: recién estábamos saliendo del tema de la pandemia, recién se estaban abriendo los lugares, poder asistir: era con concurrencia limitada, la gente sentada en las mesas, con distancia; había unas reglas que cumplir de distanciamiento social.
Obviamente cuando empezamos a tocar las canciones, a la mitad del show y a medida que fue terminando el recital, empezamos a tocar “Un ángel para tu soledad”, y ya la gente empezó se empezó a parar en la silla, arriba de las mesas. Y ya para “Ji ji ji” se fue todo el mundo para adelante, se armó pogo, fue un descontrol. A los de seguridad no les daban las manos para parar a la gente; a mí me miraban como diciendo: “Deciles que se sienten”, y yo: “Pero estoy cantando, ¿cómo querés que diga?”. Fue un poco gracioso, pero al mismo tiempo una situación, porque recién nos estábamos acostumbrando a volver a salir.
Fue una locura; pero bueno, la gente desde el primer momento siempre apoyando y bancando a la banda. Y para dentro de la banda lo que puedo rescatar, desde aquel primer show a este próximo, es la cantidad de canciones que hemos tocado: unas 70 hemos sacado, entre las del Indio y las de los Redondos.
También la gente que fuimos conociendo, a medida que fueron pasando distintos shows; los lugares a los que hemos ido a tocar afuera de la ciudad de Santa Fe: haber tocado dos veces en L’Etoile, una vez en el escenario donde han tocado los Redondos. Son cosas que nunca nos imaginamos que iban a aparecer, y fueron apareciendo; y nos han llenado de orgullo y de honor.
Energía en canciones
-Es un repertorio que tiene una carga emocional muy fuerte para mucha gente; ustedes siempre aclaran que lo hacen con respeto, pero no pretenden ser los Redondos. ¿Cómo se transmite esa energía y al mismo tiempo esta cosa es que son ustedes al natural?
-Es increíble ver cómo la gente recibe a la banda arriba del escenario; porque como bien decías, nuestra idea no es copiar a los Redondos ni yo copiarlo al Indio. Pero sí estoy cantando canciones que conozco desde los nueve años; hay temas de los Redondos que nunca los había cantado en voz alta, siempre los cantaba con la mente. Y me encuentro repasando canciones de los 90, de “Lobo suelto, cordero atado”; reescuchando canciones, buscándolas en la versión en vivo: cómo la tocaban los redondos, cómo las cantaba el Indio. Para comparar la versión de estudio con la del vivo, y también para ensayarla y hacerla un poco propia: traerla a mi cuerpo, a mi timbre de voz, a mi instrumento; y acoplar la mí.
Para mí está buenísimo: hay canciones que ya desde el ensayo me ponen la piel de gallina. Personalmente es un gran placer, es un orgullo, y algo que me gusta mucho.
-Decías que tienen más de 70 canciones en carpeta; obviamente hay clásicos que no pueden no pueden faltar. ¿Cómo se elige el repertorio para cada show, y cómo se mantiene ensayada una lista potencial tan larga?
-Armar una lista de temas es un tema, valga la redundancia. Hay temas que no pueden faltar, que sí o sí tienen que estar. También depende muchos de dónde tocamos: si es la primera vez que tocamos en un lugar, vamos con muchas canciones bailables, muchos hits, que son lo que la gente pide: clásicos.
Armamos según la cantidad de temas: si tenemos un tiempo más acotado, por ahí tratamos de salir con las que no fallan, con las que sabés que garpan sí o sí; que la gente las va a escuchar y las va a cantar y a bailar. Y si es un show nuestro, como el que va a ser ahora en Tribus, que tocamos solos y que disponemos de tiempo, hacemos todo un recorrido a lo largo del show: arrancar bien arriba, después que se vaya acomodando todo, canciones más tranquilas; y después la segunda tanda son todos temas bien arriba para terminar bailando y cantando.
-En esos shows se hacen las rarezas, los temas que sólo se tocaban en vivo.
-Sí; igual temas como “Mi genio amor” y “Roxana Porchelana”, que son dos inéditos de los Redondos, salen siempre. "Mi genio amor" es una canción que todo el mundo la conoce, todo el mundo la canta, y a todo el mundo le gusta: es tremendo. A mí me encanta.
-Es raro el caso de esos temas, que son inéditos, pero demasiado conocidos.
-Tal cual: no están en ningún disco, pero todo el mundo los conoce: una locura. El otro día leí que se cumplieron 28 años de la salida de “Luzbelito”, que salió en el 96; me acuerdo que cuando estaba por salir, que se anunciaba que iba a salir un nuevo disco de los Redondos, yo flasheaba con que salgan estos temas: que salga “Mi genio amor” tocado en estudio; o “Pura suerte” en estudio, que de guacho me volaba la cabeza. Cuando llegó el disco nuevo miré la lista de temas y fue como “eh, loco, ¿qué onda?” (risas). Había otros temones que salieron en ese disco y en el siguiente, “Último bondi a Finisterre”.
Amigos fans
-Contabas del primer show; es un fenómeno lo que se vive en los shows de Bravos Muchachitos!: sin pretender ser una puesta teatral, la entra en una sintonía y se arma la fiesta ricotera con ustedes de una manera increíble.
-Nos enorgullece: ver cómo reacciona la gente a nuestra interpretación nos hace darnos cuenta de que a la gente le gusta, que es lo más importante; que es por ahí, que tenemos que seguir sacando más canciones, interpretarlas, tocarlas bien, que suenen, y hacer bailar a la gente. Que en definitiva es lo que la gente quiere: ir a un lugar, comprar una entrada, estar con gente querida, amada; tomar algo, escuchar canciones que les gustan y los conmueven, bailar y abrazarse. Y después vernos cuando termina el recital abajo del escenario: seguir riéndonos, tomando algo, sacándonos fotos o lo que fuera.
La gente quiere disfrutar, y para nosotros está buenísimo poder, en mi caso cantar estas canciones que tanto me gustan y que a la gente le guste tanto. Es como un win-win.
-¿Alguna anécdota en particular con fans vistos desde arriba o desde abajo del escenario, o algo que haya pasado en ese contacto con los fans?
-Primero, lo que vemos en cada show es que cada vez va gente más joven: menores de edad, chicos con sus padres: se ve a los padres disfrutando y felices de cómo su hijo está pasándola bien, cantando las canciones que eran de su generación.
-Son heredadas, no lo vivieron.
-Hay gente que, cuando nació, los Redondos ya no existían. Eso se ve cada vez más, y trato de (cuando lo veo) hacer notar esa situación.
Después hemos tenido desde gente muy que se nos hizo muy amiga en el camino: la Meli de Esperanza, por ejemplo, que viene cada vez que puede siempre que tocamos acá; o si no vamos a tocar a Paraná o a San Carlos va para allá. Hay gente de Paraná que viene cada vez que tocamos acá en Santa Fe.
Amigos que nos hicimos en Villa Elisa, organizadores de la Productora Galáctica, que nos han llevado varias veces a tocar allá: ya somos amigos, nos han dado sus casas para que durmamos. Se van a la casa de los padres y nos dejan sus casas. Al otro día te juntás a comer asado.
Es ir caminando por la ciudad y que la gente te salude: gente ricotera. Siempre con esta hermandad de Patricio Rey, que es tan fuerte para aquellos a los que nos gusta tanto la banda. Siempre fui un privilegiado por las distintas bandas de las que formé parte: ya sea cuando tocaba en La Cruda, o en Gol de Chancho. Pero todo esto que se generó con Bravos Muchachitos!, que es algo que me cayó de arriba, está buenísimo; y siempre me da una satisfacción, una sonrisa: toda la semana previa a un show se siente la buena onda de la gente que se acerca, que me dice cosas, me saluda. Es una linda sensación.
Preparados
-El show es el 28. ¿Cuánto antes del show se termina de redondear la lista?
-La lista ya la tenemos armada, es la que estamos ensayando en estas últimas semanas. Tiene casi 30 temas, creo que son 27. En esta oportunidad vamos a salir a tocar con dos incorporaciones nuevas que tenemos en la banda: una es Galen Sodeado (Gastón Palmieri), el bajista de Cultura Frita, que viene tocando con nosotros en varias oportunidades. Y va a estar en los teclados, en los samplers y en los coros el gran Juane Voutat: es una sensación muy linda estar compartiendo el escenario y estas canciones con alguien como Juane, que tanto tiene acá en la cultura musical santafesina.
-Cierran el año. ¿Ya hay proyectos para 2025?
-Para febrero estamos organizando algo acá en la ciudad. Íbamos a cerrar el año en Villa Elisa, como lo hicimos el año pasado también; pero esta vez no se pudo dar porque los chicos de la productora se la están jugando con otro proyecto; entonces quedamos que para principios de año vamos a encarar para allá.
Ya de entrada tenemos esas dos fechas para el 2025. Y bueno, después todo lo que va surgiendo: acá en Santa Fe no tenemos pautadas las fechas, pero sí hacer no menos de cuatro recitales, ya sea ahí mismo en Tribus o en algún otro lugar. Nos gusta mucho tocar acá en Santa Fe, y en la mayor cantidad de lugares posibles.
Y a medida que se va moviendo la banda, van surgiendo algunas cuestiones en el interior de la provincia, y saliendo también de la provincia de Santa Fe. Estamos con una manager que nos está organizando, dándonos una mano con eso; así que la idea es seguir tocando y seguir llevando este fiestón ricotero para todos lados.
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