"Ya desde mi primera novela, ‘Pasión y traición’, que se publicó en 2011, que es la historia de San Martín y Remedios, me dedicaba a una mujer".
"La cruzada", de la reconocida autora, analiza los límites de la identidad, el poder y la supervivencia en un mundo que no admitía mujeres como protagonistas.
"Ya desde mi primera novela, ‘Pasión y traición’, que se publicó en 2011, que es la historia de San Martín y Remedios, me dedicaba a una mujer".
Esto le decía Florencia Canale a El Litoral en noviembre de 2022, cuando publicó "Bastarda", centrada en la figura histórica de Manuela Sáenz.
Ese es el terreno sobre el cual suelen desarrollarse las novelas históricas de Canale: la vida de mujeres que, por alguna razón, rompieron los esquemas a los cuales parecían atadas.
Ella misma lo planteó: "las mujeres, en el siglo XIX, son consideradas sujetos ‘en relación a’. Madre, amante, hija. En general, nunca per se. Y menos en el espacio público".
Por lo tanto, las criaturas que le interesan son las que quiebran (o por lo menos lo intentan) ese mandato, signado casi siempre por la gravitación de lo masculino.
Precisamente, su nuevo libro "La cruzada", publicado por Editorial Planeta, navega sobre esas aguas: es la vida de una mujer transgresora del siglo XVII.
Es un relato de época, si se miran las coordenadas de espacio y tiempo a las que alude, pero atemporal desde el momento en que habla de identidad, deseo y rebelión en un mundo regido por estrictas normas de género y poder.
La escritora rescata la figura de Catalina de Erauso, cuya vida estuvo marcada por el exilio, la violencia y la decisión de vivir bajo sus propias reglas.
Conocida como la "Monja Alférez", fue una militar, monja y escritora española, que se hizo pasar por varón. Se trata de uno de los personajes legendarios del Siglo de Oro español.
Florencia Canale es una de las voces destacadas de la novela histórica en Argentina. Su obra se distingue por el rigor documental, la prosa ágil, y la construcción de personajes de una intensidad pocas veces vista en el género.
Autora de títulos como "Pasión y traición", "Lujuria y poder" y "La Libertina", logró abordar el pasado con una mirada contemporánea, sin perder la riqueza de los matices históricos.
Parte del éxito de Canale está cifrado en su capacidad para dotar de humanidad a figuras históricas que, en muchos casos, fueron reducidas a estereotipos o a simples anécdotas.
Como contrapartida, Canale ahonda en las contradicciones, los miedos y las pasiones. Los lectores pasan a ser, entonces, testigos de los conflictos internos y externos.
La figura de Catalina de Erauso es, en sí misma, un enigma. Criada en un convento desde los cuatro años, desafió el destino que le había sido impuesto escapando del encierro y adoptando una identidad masculina para sobrevivir en un mundo hostil.
A partir de ese momento, su vida se convirtió en una sucesión de desafíos: recorrió España y América, participó en combates, mató, huyó de la justicia y, en cada uno de sus actos, reafirmó su derecho a existir según sus propios términos.
Canale reconstruye esta historia y "arma" a su protagonista no como "heroína sin fisuras", sino un "ser humano complejo", impulsado por la necesidad y el instinto de supervivencia.
Más allá de la trama, "La cruzada" plantea preguntas actuales. ¿Hasta qué punto la identidad es una construcción social? ¿Cuáles son los costos de desafiar las normas? ¿Es posible la verdadera libertad en un mundo que impone sus reglas?
En una entrevista con el portal literario Azimut, le preguntaron a Florencia ¿Qué es lo que sufrís? "No quiero decepcionar a mis héroes y heroínas que fueron personas de carne y hueso, y que siento que me respiran en la nuca para controlar que no me equivoque ni confunda nada".
Podemos decir que le ganó a ese miedo: con "La cruzada", vuelve a darle voz a quienes desafiaron su tiempo. Entre la historia y la ficción, las preguntas sobre identidad y libertad siguen tan vigentes como entonces.
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