Jueves 3.6.2021
/Última actualización 18:21
“Hay un lugar donde siempre volvés cuando viene la tormenta”. Esta frase, que el cantautor Julián Oroz (oriundo de La Plata, hoy radicado en Capital Federal) reitera cada vez que puede, es una síntesis perfecta de su cuarto disco, que se dio a conocer recientemente. De hecho, eligió como título las primeras tres letras de esa oración. Grabado entre finales de 2019 y finales de 2020 en el estudio Fábrica de Música, “Hay un lugar” cuenta con siete canciones que se abren a los oyentes como observaciones sobre muchas cosas, pero en especial sobre el reencuentro con uno mismo.
“El disco está atravesado por la pandemia, algo que no sabemos todavía hoy qué es y cómo nos va a impactar en el futuro. Es un proceso difícil de bajar, por eso es difícil hacer una lectura certera. Pero lo que tengo claro es que el disco está marcado por una búsqueda interna de encontrar refugio en las canciones. Por eso se llama ‘Hay un lugar’. Es una invitación a evocar lugares de nuestra vida y la música sirve como transporte hacia esos lugares. ¿Cuántas veces escuchamos decir ‘esta música me lleva a tales momentos de mi vida’?. Este disco tiene que ver con eso, con guarecerse en ciertos sitios de seguridad”, aseguró Oroz en una entrevista.
Las canciones creadas por Julián, quien se autodefine como un artista “rioplatense” viajan por muchos rincones. De la emotividad y el humor van hacia la nostalgia y la alegría. Y desde ahí unen pasado y presente, soledades y verdades. “Tengo la certeza de que el lugar es uno. Eso me sirve a mí y a todos, entender que finalmente uno es su propia casa. Si vas reduciendo espacios, finalmente vos sos el espacio. Cuando los ámbitos físicos se te van acotando, tenés que empezar a mirar hacia dentro y te das cuenta de que hay muchos más lugares de los que creías”, remarcó. Y agregó que si en los trabajos anteriores (“La Importancia”, “Centellas” y “Ternura”) había un camino interno en gestación, en este nuevo disco quedó “totalmente evidenciado”.
Gentileza Herlo RamoneFoto: Gentileza Herlo Ramone
Oroz hace en esta última entrega discográfica un recorrido por las influencias que marcaron su formación y su itinerario como cancionista. Es así que en su trabajo hay chispazos de Jaime Roos, Jorge Drexler, Atahualpa Yupanqui, Juan Luis Guerra, María Elena Walsh, Alfredo Zitarrosa y Astor Piazzolla. “Drexler está presente en mi obra, es un referente ineludible. Pero creo que aparece más en el disco anterior. Jaime Roos siempre está. Siento también que hay algo de Juan Luis Guerra, otro de mis grandes referentes, que está presente inclusive en los ritmos. Muchos de los que influyeron en mi trabajo son artistas del cancionero popular latinoamericano. Creo que el disco es una conjunción de muchos de ellos”, destacó.
Para Julián, otras influencias fundamentales más allá de lo latinoamericano son Ennio Morricone y John Williams, que desarrollaron una amplia labor como creadores de bandas sonoras cinematográficos. “Son magos de la melodía. Compositores que, cuando los escuchás, es como si no hubiera intermediarios entre la emoción y uno. Humildemente, es lo que intento con mi trabajo, quitar cada vez más capas y velos para que la emoción sea lo más directa posible”, señaló.
Gentileza Herlo RamoneFoto: Gentileza Herlo Ramone
La letra y la música de todas las canciones incluidas en el disco fueron realizadas por el propio Julián. Fue producido junto a Charly Valerio (con quien también realizó “Centellas” y “Ternura”) y trabajado en función de los protocolos y los tiempos que impuso el propio curso de la pandemia durante 2020. “Hay un lugar” lleva la “marca de estos tiempos”, afirmó Oroz. Y destacó a su vez que contó con la participación y la ayuda de Inés Errandonea, Nicolás Soares Netto, Victor Borgert, Juani Rashplash, Viviana Ghizzoni y Charly Valerio. A su vez, el arte de tapa estuvo a cargo de Herlo Ramone y la masterización fue hecha por Andrés Mayo.