"Cara de goma": el cómico que llenó el Teatro Municipal en los años 30
Luis Arata, histórico actor de teatro, cine y televisión, presentó sus obras “La juventud de Lorenzo Pastrano”, “Piano piano si va lontano”, “El buen lechón” y “El cotorro del Gallero Vintiminas” en diciembre de 1931. “Fue la figura que más aplausos recibió” reseñaron los diarios de la época.
Archivo El Litoral Arata se destacó en la actuación en distintos medios. En cine, trabajó con Luis Sandrini, Libertad Lamarque Tita Merello y Alfredo Alcón.
A más de cincuenta años de su muerte, hoy tal vez solo sea una figura difusa en el recuerdo de veteranos o aficionados. Pero en los primeros cincuenta años del siglo XX, Luis Arata (para la posteridad, “cara de goma”, apodo que obtuvo por su habilidad para mover sus músculos faciales) fue una de las figuras más populares de la escena teatral argentina, con destellos que más tarde pasarían al cine y a la televisión. Un actor histriónico, valorado por su capacidad para ganarse el corazón y la simpatía del público. Salvando las distancias, una especie de Guillermo Francella del siglo pasado.
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Foto: Archivo
Se lo considera uno de los exponentes más acabados del grotesco, un género muy concurrido en el teatro argentino. De hecho, se lo recuerda particularmente por su interpretación en una de las puestas de “Mateo”, de Armando Discépolo, que subió a escena con amplia repercusión en el Teatro Apolo de Buenos Aires a finales de los años 20. Una década después, Arata llevaría este mismo personaje a la pantalla de cine, bajo la dirección de Daniel Tinayre. Fue, de hecho, el debut cinematográfico del que después se convertiría en el marido de la diva Mirtha Legrand.
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A lo largo de varias décadas, “cara de goma” encarnó diversos personajes, cuyo hilo común era su gran humanidad. En teatro, se sumó a “Los chicos crecen”, “Saverio”, “Facha Torta”, “Gran Manicomio Nacional” y “El gorro de cascabeles”. Cuentan las crónicas que su intervención en esta última le valió una felicitación personal del italiano Luigi Pirandello, quien realizó la dramaturgia. En cine, intervino en “Giácomo”, “Cenizas al viento” y “Lo que pasó a Reynoso”, entre otras. Y ya veterano, se sumó a la naciente televisión, con “Don Camilo” y “La hora Fate”. Su muerte, en junio de 1967, se produjo casi en simultáneo al fallecimiento de otros grandes de la escena nacional como Francisco Petrone, que había partido en marzo, Blanca Podestá, cuya muerte se produjo en marzo del mismo año y Pepe Arias, que falleció el 23 de febrero.
Un cómico convocante
Cuando tenía 36 años y ya era una figura relevante en las marquesinas porteñas, Arata visitó la ciudad de Santa Fe. Fue en diciembre de 1931, cuando junto a su compañía ofreció una serie de funciones en el Teatro Municipal que obtuvieron gran repercusión en el público, de la cual se hicieron eco los diarios locales, sobre todo El Orden y Santa Fe.
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Foto: Archivo El Orden / Hemeroteca Digital Castañeda
El debut se produjo el 5 de diciembre y al día siguiente El Orden afirmó: “la compañía que encabeza el simpático capo cómico Luis Arata obtuvo en su noche de debut un triunfo de significación, las obras ofrecidas fueron correctamente interpretadas, revelando sus intérpretes las condiciones sobresalientes que le han merecido innumerables triunfos. Arata, en primer orden, fue la figura que más aplausos recibió, sus grandes simpatías en nuestro ambiente anoche quedaron plenamente confirmadas”.
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Un día después, el 7 de diciembre el mismo medio santafesino publicó en su página 3 una caricatura de Arata. Debajo, un redactor explica: “Arata está llenando nuestro teatro en forma poco común. Pone en evidencia, una vez más, que cuando hay buenos elementos, en cualquier género que sea, Santa Fe da para que las empresas no se arruinen. Arata seguirá trabajando a teatro lleno mientras esté en Santa Fe. Así trabajó recientemente Lola Membrives y así trabajarán todos lo que hagan honor a la escena”.
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“La juventud de Lorenzo Pastrano”, “Piano piano si va lontano”, “El buen lechón”, “El cotorro del Gallero Vintiminas” y “Guillermina, yo he alquilado la pieza” fueron algunas de las diferentes obras que presentó la compañía de Arata en la sala ubicada en San Martín 2020. “En cada nueva interpretación, aumenta las simpatías que goza en nuestra ciudad”, afirmó el diario Santa Fe en la página 5 de su edición del 8 de diciembre de 1931. Años más tarde, volvería a actuar en la ciudad con similar éxito.
Arata fue valorado porque logró sintetizar la alta calidad artística con la popularidad, algo que demostró en su paso por la capital provincial. Mucho de esto lo logró gracias a su aprendizaje juvenil en compañías prestigiosas como las de Pablo Podestá y Lola Membrives. Esos inicios, en los cuales frecuentó los sainetes y las comedias ligeras, resultaron fundamentales junto a su histrionismo innato para definir el formato particular de actuación que lo hizo sobresalir. El crítico Enrique Gómez Carrillo lo definió como “la cara de cómico más auténtica que hay en el mundo”.
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Foto: Archivo Diario Santa Fe / Hemeroteca Digital Castañeda