Martes 10.10.2023
/Última actualización 16:23
Cardellino es uno de los cantautores y productores más frescos de la nueva camada de música urbana latina. Tras varios años en Nueva York trabajando para artistas como Shawn Méndez, Post Malone y Lionel Richie, regresó a su natal Uruguay para comenzar su proyecto solista.
Posee cuatro discos de estudio junto a PJ Sin Suela, Jorge Drexler, Emanero, Joss Bones, y Kodigo, entre otros. También colaboró en proyectos de colegas como Rombai, Nathy Peluso y Emilia Mernes, por nombrar algunos.
En el 2021 realizó su primera gira mundial, con todos sould out, y un emblemático cierre en el Teatro Gran Rex con entradas totalmente agotadas. El 2022 lo encuentra con presentaciones agotadas entre los más de 30 shows que realizó por Latinoamérica, España y Francia.
Recientemente estrenó su último disco “Love Dealer”, un álbum de 23 temas con diez feats internacionales, con una gran diversidad de géneros. En mayo de este año pudo presentarlo en el Luna Park, un sueño cumplido antes de lo esperado.
Con esta andadura hará su segundo show en Santa Fe, esta vez en el marco del Harlem Festival, el domingo 15. El Litoral lo contactó para adentrarse en esta carrera ascendente que aún no conoce techo.
Luna creciente
-El Harlem va a ser tu segunda vez en Santa Fe; cuando viniste el año pasado era una revelación el éxito que estabas teniendo en la gira. Después estuviste en Europa, y este año llenaste un Luna Park. ¿Cómo se procesa este suceso en tan poco tiempo?
-Es reconfortante, y me motiva a seguir creando y creciendo.
-En “No te olvides”, una de las canciones de “Love Dealer”, soñabas con hacer un Luna Park antes de morir, y lo pudiste hacer mientras presentabas el mismo álbum. ¿Cómo lo viviste?
-Eso fue muy loco, real que cuando compuse ese tema creí que si algún día lograba hacer un Luna sería mucho más adelante. Y terminar haciendo un show de tres horas con el estadio lleno, la gente cantando cada letra y compartirlo con colegas que viajaron de diferentes países, incluso mi familia que también subió a cantar conmigo, son de esas noches que quedan para siempre.
Orilla oriental
-Fuiste alumno de batería de Osvaldo Fattoruso. ¿Cómo pasaste al rol de frontman, y qué enseñanzas te dejó Osvaldo más allá del instrumento?
-Osvaldo fue la primera persona que me convenció que yo podría vivir de la música. Como su alumno yo era muy disciplinado. Creo que notó el amor y dedicación que le ponía y me dijo que “si yo fuese tu padre, te saco del colegio y te encierro a estudiar música” y fue un poco lo que termine haciendo. Me costó pasar de estar en la batería, camuflado en la canción de otra persona al fondo del escenario, a “desnudarme” cantando mis letras y todo lo que eso conlleva. Pero se dio bastante natural y aunque extraño ser batero, hoy me siento re cómodo con este rol.
-Naciste y te formaste musicalmente en Uruguay. ¿Cómo fue venir a la Argentina, a jugar en un mercado que es muy competitivo?
-Argentina me nutre mucho y la competencia la tomo como motivación. Uruguay no considero que sea más fácil, al haber tantos artistas en un mercado chico y con poca gente a la que le “va bien”. Hay una tendencia a nivelar para abajo e intentar bajar a quien está en alza, digamos.
Estudio en movimiento
-¿Cómo fue la gestación de “Love Dealer”, tu último álbum, con 23 canciones? ¿Hubo una continuidad del trabajo pandémico que significó “Tiramisú”, en tu home studio?
-“Love Dealer” se compuso y grabó estando de gira. Incluso lo termine de producir y mezclar en un bus de gira. La gran mayoría de los feats se dieron porque pasé por su ciudad estando de gira, y ahí mismo aproveché a juntarme y crear en algún estudio.
-¿Qué se viene para tu futuro en el corto y mediano plazo?
-“Love Dealer” acústico, nuevo álbum de estudio, y un cierre de año lindo en Argentina y Uruguay.