La cantora Casiana Torres se define como "mitad fueguina, mitad chaqueña y actualmente porteña". Nació en Río Grande, Tierra del Fuego. Su mamá era chaqueña. Y, siendo adolescente, se radicó en Buenos Aires.
La intérprete del folklore aborda estilos como la milonga campera, la cifra y la huella en su cuarto álbum de estudio. "Cantar es una forma de ejercer soberanía cultural", dice.
La cantora Casiana Torres se define como "mitad fueguina, mitad chaqueña y actualmente porteña". Nació en Río Grande, Tierra del Fuego. Su mamá era chaqueña. Y, siendo adolescente, se radicó en Buenos Aires.
Desde hace más de veinte años recorre los escenarios con sus interpretaciones del cancionero folklórico nacional. Compartió espacios con Mercedes Sosa, Teresa Parodi, León Gieco, Rudi y Nini Flores y Lidia Borda.
Ahora, está abocada al lanzamiento de su cuarto álbum de estudio, que lleva por título "Soy milonga-Romance de la llanura" en el que propone un recorrido por la música surera.
La misma está integrada por estilos musicales de base folklórica de la región pampeana, que hasta la segunda mitad del siglo XIX era el "sur" de la Nación. Milonga campera, ranchera, payada, cifra, huella y triunfo.
"Mi conexión con la música está viva siempre, yo canto a mi país por entero, es mi manera de tener soberanía artística y cultural", remarcó en una entrevista con este medio.
Consultada sobre el repertorio y los criterios para incluir tanto obras clásicas como piezas contemporáneas inéditas, señaló que "es lo más importante de una cantora o cantor, pensando el canto como una necesidad de expresión fundamental".
"No entiendo el canto sin una canción que llegue hondo al que va a interpretar. Entonces, mi repertorio está plagado de canciones que, en distintos momentos, llegan a mi vida y se quedan para siempre", aseguró.
"La selección siempre es con el tiempo, con los territorios, conociendo a sus referentes, animándome a poner en mi voz a los temas inéditos. Lleva su tiempo de maceración", agregó.
En la mirada de Casiana, hay canciones que la acompañan hace mucho y otras que aparecen a la hora de sus búsquedas. "Pero todo está minuciosamente elegido para que cierre el corazón que late dentro del disco", afirmó.
La música de Torres fue influenciada por referentes como Omar Moreno Palacios y Hamlet Lima Quintana. "Están siempre en mi camino, los canto y si ya no están en esta tierra, igual cantan conmigo", aseveró.
"Los leo, los oigo, los estudio, trato de imitarlos en el buen sentido, leo sobre su obra y su vida. Cultores de lo nuestro, son y serán los que alumbran el camino. Ellos van adelante, y yo tratando de hacer un aporte a esa herencia", explicó.
"Siempre que canto quiero lo mismo: transmitir la belleza de nuestro pueblo y su gente, el sentir profundo de los seres que la habitan, el paisaje, la geografía y el conocimiento de esos seres que la habitan", añadió luego.
Y disparó: "nos quieren hacer creer que no valemos nada, que lo nuestro no sirve ni vende, para desgastarnos, para someternos a las costumbres y la música foránea. Mientras los que, como yo, hacemos este trabajo, no van a poder".
En el proyecto, Casiana trabajó con Martín Castro y Juan Martín Scalerandi. "Cada uno de ellos hizo los arreglos de los temas que seleccionamos, luego algunos quedaron afuera, ahí la selección fue más recortada y agregué cosas como “La cuatrereada”. La experiencia fue buenísima", subrayó.
Para cerrar, eligió un fragmento de "Soy Milonga": "soy el sur de la esperanza, donde empieza el horizonte, de luna cruzo los montes, con mil pájaros volando, con mis raíces brotando de esta tierra que amanece, soy milonga que florece desde la vida cantando".
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