Sábado 10.8.2024
/Última actualización 14:14
Pájaro de fuego es una agrupación musical creada por el tecladista y compositor Esteban Sehinkman, quien la define, en un creativo juego de palabras, como un “grupo electrógeno”. Sus integrantes prefieren evitar los encasillamientos dentro un género determinado, pero a la hora de comunicar lo que hacen, se ubican en las fronteras estilísticas del jazz argentino.
Tiene cuatro discos editados: “Trance”, “La rueda de la fortuna”, “Universo invertido”, y “Cazador galáctico” (2024), flamante trabajo que tendrá edición en vinilo. Este álbum, cuyo lanzamiento está previsto para el viernes 16 de agosto está formado por siete composiciones originales (“Veranito indio”, “Siete magnífico”, “Flor de loto”, “Cementerios digitales”, “Cazador galáctico”, “Escollera” y “Gauchito Gil”). Y una versión (muy libre, aclaran desde el grupo) del legendario tema “Mañana en El Abasto”, de Sumo.
Sehinkman, pianista, sesionista, productor y creador del Real Book Argentina, la primera recopilación de partituras de jazz argentino, contó en una entrevista con este medio que “Cazador galáctico” está inspirado en la constelación de Orión, que es una imagen espacial muy atractiva para representar en términos musicales.
“La combinación de estilos es un sello en la música de Pájaro de fuego. Nosotros somos músicos de jazz, pero nos movemos libremente entre géneros, porque es divertido y muy positivo para la música. En el disco pueden escuchar temas bien jazzeros como ‘Siete magnífico’, u otros más trance como ‘Escollera’. La variedad es buena, más en esta época tan diversa”, expresó.
Diseño Hugo Horita-La versión de "Mañana en el Abasto" de Sumo es la única reinterpretación en el álbum. ¿Qué significado tiene esta canción para vos y cómo decidiste darle ese enfoque "muy libre"?
-Sumo es una banda que aprecio mucho, tanto desde lo musical como desde la libertad creativa que transmiten. En la época que el mercado del Abasto estaba tal cual como lo describe la canción, vacío y abandonado, yo frecuentaba bastante esa zona de Buenos Aires. Iba a boliches emblemáticos como Babilonia o el Dragón Rojo, y de fondo siempre estaba ese edificio imponente. También solía caminar el perímetro de la manzana y mirar para adentro del mercado oscuro. Y, si mal no recuerdo, hasta llegué a jugar un partido de fútbol ahí adentro, en una canchita improvisada por los vecinos del barrio. En la versión que hicimos, Luca está representado de manera espectral, libre, como un fantasma que vaga por el mercado.
-"Cementerios digitales" es una reflexión sobre la distribución de música en plataformas. ¿Podrías profundizar en tu perspectiva sobre cómo cambió la industria musical en la era digital? En relación a esto, y con el lanzamiento en vinilo de "Cazador Galáctico", ¿cómo ves el papel del formato físico en la apreciación musical en la era digital?
-En realidad yo podría pensar cómo cambió la vida de los músicos, no tanto la de la industria musical, a la que tal vez no pertenezco. El formato de la playlist selecciona temas por separado, de distintos artistas. La gente escucha mucho eso y pocos álbumes completos. Nosotros hacemos discos enteros, con un concepto detrás (en el mejor de los casos), y cada vez se escuchan menos en plataformas, porque las mismas promocionan sus listas de reproducción. En mi caso, para plasmar una idea estética, necesito 4 o 5 temas por lo menos. Ese es uno de los dilemas. Pero no me quita el sueño. Simplemente pongo en palabras como me imagino los cementerios digitales, dentro de una súper computadora, con millones de archivos musicales abandonados dentro. Hay que aceptar los cambios. El formato físico quedará para amantes de la música, o de la calidad del audio, coleccionistas de discos, o aficionados a las artes gráficas. Por suerte quedan algunos.
-Mencionaste que tu música es una búsqueda del sonido que habita dentro de tu cabeza. ¿En tal sentido, cómo fue el proceso de composición y grabación de "Cazador Galáctico"?
-Creo que uno tiene una sonoridad dentro de la cabeza, y quiere sacarla hacia afuera. Esa sonoridad puede ir cambiando a medida que pasa el tiempo. Pero ese proceso no es tan sencillo de realizar, puede implicar técnica instrumental, encontrar ideas claras, el uso de tecnología. Es verdaderamente una búsqueda. “Cazador galáctico” es una posta dentro de este recorrido, y creo que llegamos a lugares que pueden resultar bastante interesantes para el oyente atento. Aparecieron algunos habitantes de mi cabeza en este disco.
-El álbum se destaca por su "tridimensionalidad" sonora. ¿Qué técnicas y recursos utilizaste para lograr esta cualidad en la grabación?
-En los ensayos previos a la grabación trabajamos bastante el sonido junto a Sebastián, Martín y Tomás. Llegamos con algunas decisiones tomadas al respecto, y cómo ensamblarlas. Y en el estudio trabajamos con un gran Ingeniero de sonido, Martín Chebli Murad, que apuntaló la grabación para que tenga profundidad y ese efecto tridimensional. Fue un trabajo en equipo.
-¿Cómo fue trabajar con los nuevos integrantes de Pájaro de Fuego para este álbum? ¿Qué aportaron Tomás Babjaczuk, Martín Lozano y Sebastián Lans al proyecto?
-Fue un placer. No sólo son grandes músicos, sino que también son excelentes personas. Los tres son muy creativos, y siempre están disponibles para experimentar en la música. El aporte que hicieron al disco es clave, Pájaro de fuego es la combinación de los cuatro integrales, el sonido de cada uno, y como nos combinamos en el todo de la música.
-Describís a Pájaro de Fuego como un "grupo electrógeno" y representante de las fronteras estilísticas del jazz argentino. ¿Qué significa eso y cómo se refleja en "Cazador Galáctico"?
-Me gusta pensar que somos un grupo que hace música electrónica, o jazz con sintetizadores, pero en realidad empujamos el carro a mano, de ahí la comparación con el grupo electrógeno, no estamos enchufados a la red convencional. El jazz argentino es muy vasto a nivel estilístico porque tenemos influencias de rock, tango, folklore, músicas del mundo, etc. Todo eso fusionado con el espíritu libre y la improvisación propia del jazz. En ese contexto Pájaro de fuego -y “Cazador galáctico”- es un digno representante, que encaja perfectamente en el rótulo de jazz argentino.