Martes 10.8.2021
/Última actualización 20:00
La vida pre-pandemia es añorada por la mayoría. Antes de marzo de 2020 los hábitos y costumbres eran otros a los que habitualmente tenemos en la actualidad, sobre todo en relación a la vida social. Los boliches eran el lugar de encuentro de los jóvenes y todo lo vinculado a ellos representaba diversión y felicidad, pero una publicación sobre un lugar bailable dejó expuestos a varios infieles y terminó viralizándose.
La historia tiene como protagonista al emblemático boliche Country. Ubicado en la localidad tucumana de Lules, el recinto bailable es considerado el más grande de la provincia y aseguran que por sábado asistían más de 7 mil personas para bailar, tomar algo y, en el mejor de los casos, encontrar el amor o al menos una relación pasajera.
La noche, las luces y el alcohol hace que más de uno se deshiniba y se lance a la aventura de la conquista, pero muchos olvidan que ya se encuentran en pareja o directamente están predispuestos a cometer una infidelidad. Eso sí, más allá de las dimensiones imponentes de Country siempre está la posibilidad de ser descubierto y que todo termine en el comentario del pueblo y en un conflicto casi ineludible.
Por estas horas, el hoy deshabitado boliche Country de Tucumán volvió a ser noticia y todo por la publicación de Nicolás Bertrand, un joven que se tomó con humor las infidelidades que solían suceder en el lugar. El posteo se hizo viral por la metáfora que utilizó para mencionar la cantidad de engaños que se producían cada fin de semana. “No será academia de folclore, pero aquí nos hicieron zapatear a todos”, escribió y acompañó la frase con una foto del boliche.
GentilezaEl posteo se hizo tan popular que su creador fue entrevistado por un medio tucumano y ahondó en su divertida reflexión. “Country era el centro de las gorriadas, más que cualquier otro baile. Las historias son muchas, sobre todo en la parte del estacionamiento”, dijo el joven que hizo reír a varios y preocupar a otros tantos.
Por su parte, el productor de Country explicó que las infidelidades no son exclusivas del lugar que supo manejar. “Es un boliche, no es un convento. De gorriar te van a gorriar en un boliche de 500 personas o de 7000. No hay zonas oscuras ni liberadas, no hay un conventillo o un antro especial para eso pero bueno”, aseveró Juan Carlos quien con la pandemia no pudo continuar con la actividad en el lugar.