La agrupación santafesina festejará sus 25 años llevando en alto la bandera de las canciones de Kiss. En diálogo con El Litoral, el cantante y guitarrista Pato Funes se remontó a los comienzos de esta fiesta musical entre amigos, que se mantiene viva como el primer día.
Chamarras Negras, la primera banda argentina “homenaje a Kiss”, celebra 25 años de hermandad ininterrumpida desde su primer show en el viejo y recordado Lennon Pub de Santa Fe. Lo que empezó como una reunión eventual de cuatro fanáticos para un único recital, no pudo detenerse nunca más.
Sumando cada vez más seguidores amantes del rock clásico, la banda lleva ya más de 250 presentaciones en la ciudad de Santa Fe, Rosario y el resto de la provincia, como también en Capital Federal. Lo que constituye todo un récord para bandas locales de cualquier género hasta el día de hoy.
El festejo oficial será este viernes 26 de agosto en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572), desde las 21; las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (miércoles a domingo de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos).
En la previa del festejo, El Litoral repasó el devenir del grupo junto a Patricio “Pato” Funes (guitarra y voz), referente de la formación que completan Sebastián Casís (bajo y voz), Diego “Chino” Lenarduzzi (guitarra) y Adrián Puig (batería).
Familia artística
-Estás cumpliendo 25 años. ¿Cómo se ve este recorrido desde el presente? ¿Pensaban que iba a durar tanto cuando empezaron, en aquella primera fecha en el Lennon Pub?
-No, nada fue imaginado, no fue magia; fue creciendo, se fue haciendo con el tiempo a medida de las presentaciones. En aquel momento era solamente cubrir ese espacio y hacer algo que a nosotros nos gustaba: tocar temas de Kiss, juntarnos para hacer eso. Justo había un circuito de tributos: estaba el Lennon Pub, El Gringo, todos esos lugares donde tocaban bandas en ese estilo. Así que aprovechamos ahí; luego después se disparó hasta llegar a lo que es hoy, que más allá de ser una banda que hace temas de Kiss es más que nada un homenaje al rock and roll. Hoy en día es una banda de rock hecha y derecha: hacemos temas de otros, pero es una banda de rock.
-Ya tienen una dinámica de grupo humano que, si bien hubo algún cambio de integrantes, es la historia de una banda.
-Sí: si bien hubo otros integrantes en realidad el fin siempre fue la banda en que estamos ahora: éramos cuatro amigos fanáticos de Kiss. Hoy en día es la banda como la queremos tener: somos cuatro hermanos ya a esta altura, la música de Kiss y la banda convirtió una amistad en una hermandad. Es una cosa muy rara lo que pasa, pero es así.
-Si bien había un circuito no era el universo de tributos que hay hoy en Santa Fe y el país.
-El tema de las “bandas tributo” en lo personal me resulta medio ruidoso, porque de hecho Los Beatles arrancaron haciendo covers; después sí hicieron su música. Hay una cuestión de “banda de covers”, pero hay músicos detrás haciendo su trabajo, tratando algunos de vivir de la música.
Nosotros hemos hecho algún intento alguna vez de algo nuestro pero no lo sentimos; nos sentimos más cómodos haciendo esto, que lo sentimos y lo llevamos en las venas. Pero detrás de eso hay cuatro músicos haciendo música y entreteniendo a la gente, que es nuestro fin.
Interacción
-Desde aquellos shows en el Club del Vino con chicas arriba de las mesas, a escenarios grandes como el de Tribus, pasando por paradores playeros, siempre se genera una dinámica de mucha intensidad con el público. ¿Cómo viven eso?
-Eso pasó desde el día uno, por eso nos mantuvo en el tiempo; porque la comunión que se arma entre el público y nosotros es única. En parte tiene mucho que ver con lo que mamamos: nuevamente, la base es la Kiss, o las bandas de entretenimiento de rock, y es la participación del público. No nos pusimos en el plan de: “Mirá, soy una estrella, toco acá, mírenme a mí”. No: “Participen, hagamos el feedback, divirtámonos juntos”. De eso se trata.
Es más: en aquella época del Club del Vino venía gente que no tenía idea de qué era Kiss. Hay gente que empezó a comprar discos de Kiss después de vernos a nosotros. Lo que le importaba era ir a ese evento donde podía dejar sus problemas en la puerta, en dos horas descargarse y divertirse, y después se iba contenta.
-Hay temas que tienen que estar siempre, porque son clásicos, otros que pueden ir rotando. ¿Cómo se maneja eso para refrescar el proyecto?
-Ese fue también el ejercicio en aquellos años en el Club del Vino, y girando por el interior; porque nos obligaba a recorrer toda la discografía de Kiss, todas las canciones: no sé cuántas nos quedan por hacer.
Y nos dio la libertad: no nos interesó el tema del maquillaje, para eso está Kiss. Lo que hacemos es un homenaje a la música con la que nos criamos y nos unimos. Eso nos permitió hacer muchísimas canciones, de todas las épocas, solistas, de bootlegs.
En la selección obviamente hay una base, y después vamos agregando. Alguno dice: “Vamos a hacer esta, vamos a hacer tal otra”; también depende de la presentación, de la cantidad de tiempo. Ahora para el 26 tenemos preparado algo especial al respecto: no puedo revelar mucho, porque es sorpresa; pero es una selección musical que no hemos hecho en muchos años.
Legado
-Muy fanáticos todos. ¿Cómo vivieron la despedida de Kiss?
-En lo personal lloré como un nene desde el primer acorde del show. Lo disfruté muchísimo; ojalá lo hubiera disfrutado con mi hijo, no pude por cuestiones de la economía. Fue muy emocionante, fue un muy buen show, y con ese concepto de entretener a la gente y participar con ella. Eso sirvió como referencia, y para el 26 poder llegar a hacer algo en ese estilo de participación con la gente y divertirnos todos juntos.
-Hicieron toda su carrera conviviendo con los Kiss. Ellos se bajan, los Chamarras siguen por ahora. Es una responsabilidad de llevar la bandera.
-Cuando volvíamos en el colectivo de Buenos Aires, de ver a Kiss, me bajo y uno de los pibes (con el que nos habíamos visto, pero no habíamos hablado) lo único que me dijo fue: “Bueno, ahora quedan ustedes”. Nos dejó una responsabilidad (risas). Pero es el legado: Los Beatles estuvieron hasta los 60 y sigue habiendo bandas, generaciones nuevas de músicos, que siguen haciendo canciones de ellos. Eso es lo bueno que dejaron estas grandes bandas de rock: dejaron su música, que va a seguir viviendo. La de Los Beatles, Los Rolling Stones, Kiss; la de Charly García acá en la Argentina, la de Soda Stereo. Por suerte nos dejaron grabado eso.