Diego Montejo
Será uno de los números de la tercera luna. Tras dos años de dificultades confesó que le tuvo miedo a la muerte tras contraer Covid. Además, opinó sobre el folclore en la actualidad, muy pesimista sostuvo que no ve buen futuro.
Diego Montejo
El Chaqueño Oscar Palavecino que viene de cosechar aplausos en Jesús María, donde entró a caballo en la arena saludando al público y escoltado por una bandera argentina, llegará este lunes por la noche al Festival de Cosquín, donde compartirá grilla con Los Carabajal, Los 4 de Córdoba, Por Siempre Tucu, entre otros.
Tras la ausencia que impuso la pandemia, el hombre del Chaco Salteño se volverá a reencontrar con un público que nunca le fue hostil y que siempre le demostró su afecto, con buenas y malas convocatorias, más o menos fervor, es número puesto en cada una de las ediciones del festival que se celebra en el Valle de Punilla.
Con las dificultades que le presentó el 2020, tras haber sido positivo de coronavirus y que eso lo llevará a estar internado algunas semanas, sostiene que hay que vacunarse y que esa es la única salida para volver a la vida normal. Asegura que esta situación lo cargó de mucha incertidumbre y si bien la internación no le cambio mucho la vida reconoce que estuvo al borde de la muerte y que eso le provocó mucho temor.
Pero eso no fue todo en la pandemia, los conflictos económicos que debió afrontar el popular folclorista por la falta de actuaciones durante el ASPO, lo puso entre la espada y la pared, incluso debió colocar a la venta parte de sus bienes para pagar algunos conflictos con sus músicos.
Con amantes y detractores, El Chaqueño representa hábilmente a un gran sector de la población que ve en él una referencia y una forma de comunicar desde lo simple y sencillo. Llega para él otro Cosquín, sin demasiados cambios en su repertorio, pero con la fuerza que lo caracteriza, seguramente tendrá a su cargo el cierre de la luna, algo que conoce demasiado y que forma parte de su idiosincrasia, aunque quizás esta vez no lo sorprenda el amanecer, pero si tenga el calor que le irradie la platea ya que por estas zonas el frio en las noches se hace sentir.
-¿Qué espera de su llegada a Cosquín tras el éxito que vivó en Jesús María semanas atrás?
-En Jesús María la noche que estuve fue una de las más lindas con mucha gente y ahora tenemos Cosquín, la verdad es que no sé que pasará con toda esta incertidumbre vinculada con el Covid-19 que es difícil, pero vamos buscando la forma de estar más seguros, entendemos que con la vacuna nos sentimos más seguros. Ahora hay más contagios que nunca, pero la vacuna ayudó mucho a que la gente no se muera. En Córdoba vale decir que no se suspendieron los festivales como así pasó en otras provincias.
-Usted estuvo muy mal a causa del coronavirus ¿Eso lo puso a pensar en su futuro?
Como persona haber estado con coronavirus no me modificó creo que seguimos siendo lo mismo, si entendí que estuve al borde de la muerte, pero aquí estoy con todos mis años de carrera y actuación.
-¿Qué lugar cree que ocupa su música hoy dentro del folclore argentino?
-Yo soy junto a otros quien llevó a lo más alto a la música del Chaco Salteño, se puede decir que fui quien la hizo trascender más, que hasta era desconocida en la propia provincia de Salta. Es una música donde se usan mucho los tonos mayores, y eso produce la alegría, yo siempre traté de hacerlo de la mejor manera. En cuanto a hoy, hay un gran avance con jóvenes que vienen haciéndose notar y de esa forma ganándose un lugar, en aquellos tiempos no fue nada fácil porque era un estilo poco conocido, incluso menospreciado, llamado como la “musiquita del monte” que tuve la suerte de insertarla en los grandes escenarios.
-Usted formó parte de una generación que junto a otros como Soledad y Los Nocheros le dieron aire fresco al folclore comercial ¿Qué piensa de la actualidad en ese sentido?
-Lo que veo es que se van a acabando los grandes intérpretes, a pesar de que hay bastante. También se van a acabando los grandes arregladores, se acaba todo lo que encierra la música. Ojalá que venga y sea gente que haga folclore, que siga con la métrica, la cadencia de parte de los 120 géneros musicales que hay en nuestra música argentina, como lo fue en la década del `60, no solo en la música sino en todo lo que tiene que ver con lo nacional. El folclore es muy generoso y a veces nos olvidamos un poco, no lo baila ni canta cualquiera y cada región tiene sus propias características. En mi caso yo no tuve la academia, pero si la esencia de los viejos de quienes aprendimos mucho, y que quienes vengas espero sean muchos que defiendan la música argentina a morir.
-Usted fue uno de los invitados de Los Palmeras para grabar con Los Palmeras para uno de sus últimos trabajos ¿Cómo fue esa experiencia?, ¿qué vinculo tiene con la cumbia?
-Yo soy folclorista, en ese sentido soy como los gitanos, me voy a morir folclorista. Eso no tienen nada que ver con quienes me inviten a grabar. En el caso de Los Palmeras son músicos muy talentosos y para mi fue una experiencia muy grata, un privilegio. Eso no quiere decir que me estoy yendo del folclore, tuve la suerte de compartir con ellos y otros grandes artistas. Repito, eso no quiere decir que yo voy a grabar un disco de cumbia o de baladas, primero no lo haría porque no me saldría bien. En el caso de la cumbia lo entiendo un poco por más que otros géneros, en mi zona hay muchos grupos de cumbia que contagian tanta alegría, pero yo soy folclorista.