Después de llenar el sábado pasado el Teatro Coliseo de Buenos Aires, la banda rosarina agotó las entradas de su show en Tribus Club de Arte para este sábado 28, por lo que agregaron un nuevo encuentro para el 3 de septiembre. En diálogo con El Litoral, el vocalista Pablo Pino repasó este tiempo de aislamiento, lanzamiento de sencillos y regreso paulatino a los escenarios.
Gentileza producción Después de centrarse en la grabación, los streamings y los shows de verano, el grupo comenzó el segundo tiempo de su temporada de conciertos.
Por entradas agotadas para su show de este 28 de agosto, Cielo Razzo agrega una nueva fecha en Tribus Club de Arte el viernes 3 de septiembre. La banda rosarina vuelve a Santa Fe para compartir su más reciente canción, “Alucinante cuento” (sucesor de “El punto” y “Cualquier luz”), cuyo videoclip fue dirigido por Diego De Bruno. Además, repasarán lo mejor de su discografía y los anteriores sencillos (El punto y Cualquier luz), lanzados durante la pandemia. Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (República de Siria 3572), de jueves a domingo desde las 18, y a través de Ticketway. La capacidad es limitada.
Cielo Razzo comenzó 2021 con la presentación en el Anfiteatro Municipal de Rosario, iniciando el ciclo de shows con el Paraná de fondo. Regresó a Capital Federal luego de un año, para tocar por primera vez en Mandarine Park, y también brindó un recital en el Teatro Ópera de La Plata. Además, el grupo agotó tres noches en el Centro Cultural Güemes de Rosario, y se presentó en el XL Abasto de Córdoba. Regresó a los shows presenciales en Buenos Aires el pasado sábado ante un Teatro Coliseo colmado.
De todas las vivencias de estos raros tiempos que les tocó vivir habló El Litoral con Pablo Pino, vocalista de una formación que se completa con Diego Almirón (guitarra y coros), Cristian Narváez (bajo), Fernando Aime (guitarra), Javier Robledo (batería y coros) y Marcelo Vizarri (teclados).
Lanzamiento
-Están presentando el tercero de los singles de esta etapa, “Alucinante cuento”. ¿Cómo fue el proceso creativo de esta canción? ¿Ya estaba en carpeta o es más fresco?
-Era una canción que estaba dando vueltas desde la época de “El punto”, hace unos meses atrás. Pero como todas las canciones de Cielo, por lo menos las que termino de escribir yo, siempre tardo un poco. Estaba como armado el boceto, la melodía y una idea de concepto (el tema del amor y demás), pero la terminé de escribir días antes de la grabación. Así que se podría decir que mitad y mitad. Pero por ahí no está tan reflejada toda la coyuntura que estamos viviendo ahora.
-Hicieron el video con Diego de Bruno, con un formato bien cinematográfico. ¿Cómo salí la idea de acompañar el tema así?
-En realidad en su momento habíamos hablado con Diego que la idea del próximo proyecto de videoclip lo iba a hacer él. Es un tipo que tiene algunos cortos hechos; trabajó con su grupo de gente, los actores que ya conocía; el grupo de trabajo con el que normalmente suele laburar. Así que en un punto nos brindamos a la idea que él tenía, queríamos darle la posibilidad. “La posibilidad” significa que no nos metamos y no le rompamos las pelotas con las ideas: más o menos le planteamos por dónde venía la canción, y después él laburó como suele hacer siempre, así que quedamos re conformes también con eso. Está bueno tener la mirada de otro y no siempre que sea la nuestra.
-También es un presupuesto, unos recursos, para un video de estas características.
-Sí. Tuvimos suerte de que achicamos todo lo que pudimos: Diego es un amigo y entendía la situación como es, como estamos todos en este hueco del que todavía no salimos. El presupuesto fue un poco más bajo, y al ser un amigo se trabajó de otra forma.
Gentileza Pablo Gastón Ferri / Gonna Go! La banda calentando el escenario del Teatro Coliseo de Buenos Aires, en lo que fue su primera vez en dicha sala.
La banda calentando el escenario del Teatro Coliseo de Buenos Aires, en lo que fue su primera vez en dicha sala.Foto: Gentileza Pablo Gastón Ferri / Gonna Go!
Otra química
-Este año pudieron volver a los escenarios, arrancando en el verano en el Anfiteatro y en Mandarine Park, pasaron por Córdoba y La Plata, y ahora vienen de llenar el Teatro Coliseo de Buenos Aires. ¿Cómo vivieron esta posibilidad de reencuentro con el público, con las particularidades de cada caso?
-Tiene lo suyo. Lo que decimos siempre: todos entendemos que son situaciones muy particulares. En el Teatro Coliseo estuvo buenísimo: hermoso teatro, no habíamos tocado nunca ahí. Creo que por ahora es una nueva manera de vincularnos con el público; somos de los grupos que estamos acostumbrados cuando nos cruzamos (el público y nosotros) a una especie de vorágine de adrenalina, esos conciertos que a todos nos gustan.
En estas ocasiones ya sabe el público y sabemos nosotros que no se puede eso, así que nos fuimos acomodando, y me parece que ese vínculo va creciendo: la gente de Buenos Aires ya nos ha visto en el Mandarine y nos volvió a ver en el Coliseo; acá en Rosario este fin de semana hicimos los tres Güemes, también era gente que nos había visto en el Anfi, en el Güemes la otra vez. Entonces se genera una situación de decir: “Sabemos que queremos bailar y saltar todos, pero por ahora no se puede”.
Es un garrón, es así, y confiamos que en algún momento volverá todo a ese lugar común; supongo, viendo los partidos de la Champions League, cómo se están haciendo las cosas afuera, en algún momento podamos volver a estar saltando todos juntos. Pero por ahora se mantiene en este formato, una dinámica distinta, pero que comparado con nada me parece que es buenísima.
-Más allá de que hay un componente laboral que es importante, está buena esa química de volver a ver las caras.
-Totalmente. Lo laboral era esencial, volver a tener un respiro: no es que “ya está, terminó, nos acomodamos”. Pero todos, todas los trabajadores de esta pequeña industria que es la del rock nacional, la música nacional, necesitábamos reactivar un poco: nosotros, la gente del boliche, los que laburan ahí, la prensa. Este vendría a ser como el segundo tiempo: estuvimos tocando, se frenó, volvimos ahora. Con mucha gana nos vamos para Santa Fe, así que recontra contentos: alucinante.
-Ya está en venta la segunda fecha, un éxito.
-Sí, se agotó este finde y abrimos el 3, todavía quedan entradas.
Movilidad propia
-¿Alteró esta posibilidad de tocar los planes que habían hecho para seguir largando singles?
-No creo que altere el proyecto primero, que nos convencimos que era la manera hace un tiempo atrás. Supongo que no va a alterar la salida de los sencillos, porque pienso que todavía falta mucho para poder acomodarnos como deberíamos, para volver a tener un presupuesto; nos quedan muchas cosas. Desde el vamos todavía no pudimos reactivar el colectivo nuestro, que es como nuestra segunda casa: estuvo dos años parado y hay que poner mucha guita arriba.
Estamos recién empezando a laburar; parece una zoncera, como dice mi viejo, pero el colectivo es nuestro segundo hogar. Ahora metimos la cabeza en eso: juntar la guita que sea necesaria. No es que esté pidiendo limosna, es una cuestión de trabajadores, como montones de gente, que necesitamos laburar, y necesitamos recursos para reactivar el colectivo, que es el traslado de la banda, donde podemos manejar los presupuestos, llevar la gente que queremos.
Que se reactive el laburo nos va a dar la posibilidad de poder seguir grabando y haciendo cosas como las que venimos haciendo; y empezar a ver cómo nos vamos acomodando, como todo el mundo se empieza a acomodar en su ámbito.
-Hay que poder salir a tocar para poder tener el colectivo para poder salir a tocar más. Ser un músico independiente también tiene eso.
-Y sí. Al ser una banda del interior, esa es la pequeña diferencia que puede haber entre nosotros los santafesinos, cordobeses, entrerrianos, a las bandas de Capital: sus traslados son más cortos, el 80 % de los shows normalmente son en provincia de Buenos Aires. Capital es muy grande, el Conurbano es muy grande, la demanda de shows normalmente es en esa zona.
-Sí, para ustedes ir hasta allá ya es un viaje de seis horas.
-Sí, para todos los que somos de afuera de la provincia tiene un presupuesto bastante más alto. El colectivo es un recurso, viajás más cómodo: no es lo mismo para nosotros viajar 400 kilómetros sentados derechos que estar en nuestro motorhome: nos podemos levantar, acostar, bajar a tomar mate con el chofer, parar donde queremos. Tenemos otra libertad y ya nos acostumbramos: es como sacar a un abuelo de su casa. Nosotros somos unos abuelos, no nos saque del ámbito que es el colectivo. Eso nos va a generar otra energía y más fuerza para poder encarar todo lo que viene.
Recomponerse
-Ahora tienen que acomodarse entre ustedes luego de un año de verse muy poco, siendo que habían convivido como una familia durante 20 años. ¿Cómo es este reencuentro?
-Creo que todo el mundo, todos estamos atravesando un episodio bastante complejo en nuestras vidas; desde los más pequeños a nosotros la gente adulta, los más grandes. Hay montones de situaciones complejas: más allá de la laboral, que es muy importante, también está el encierro, el temor, la incertidumbre; pesan para todo el mundo. Y para nosotros como banda, como dice el italiano (Eros Ramazzotti): “Trabajo con el corazón”. Trabajamos con las emociones, con el sentimiento, con el corazón básicamente, más que con el balero. Y a cada uno lo tocó como a cualquiera, de formas distintas: angustias, estar especulando sin saber qué va a pasar; por el lado de la salud es muy importante.
Nos seguimos viendo durante este tiempo; sí amainó un poco, y estuvo mucho más liviana la situación de encuentro, que quizás antes era todo el día en la sala; esta situación nos llevó a tener que hacer otras labores para subsistir, y eso también nos cortó el tiempo.
El reencuentro con Cielo siempre medianamente está bien. Complejos estamos todos, cada uno tiene su día. Lo veo con los pibes como lo veo con mi amigos, mi compañera, mis hijos, mis viejos, colegas. Con Cielo no es la excepción. Pero ahora, después de haber pasado este fin de semana, y con los shows que se vienen, estamos anímicamente mucho mejor.
Carpeta abierta
-Ahora viene el verano, con suerte más aperturas. ¿Ya empiezan a vislumbrar planes a un cierto plazo, con cosas en agenda, o todavía es un tiempo de incertidumbre?
-En agenda siempre lo que ponemos son proyectos muy cortos; en este caso van a ser seguramente sacar más canciones. Ver si sale alguna gira por donde se pueda, como se pueda. Pero nuestra previsión para el futuro pasa por eso: tener buenos encuentros cada vez que nos juntamos para laburar en hacer música; tratar de generar más contenido: estamos en esa época en que se habla mucho del “contenido”. Antes el contenido eran los discos, ahora que está complicado manejarnos con discos (por cuestiones de presupuestos, tiempos y montones de otras cosas) nuestras expectativas están puestas en generar más canciones, que hay un montón dando vuelta.
Lo nuestro es cortito: hacemos canciones, salimos a tocar, si aparece alguna propuesta interesante y distinta la analizamos, por supuesto. Y en el verano veremos: ojalá se pueda abrir un poco más, y ojalá se pueda volver a esa vida que era simplemente salir a tocar y disfrutar de la música, encontrarnos con nuestro público, tratar de hacer la mejor canción del mundo: seguir pensando que se puede hacer eso y no lograrlo nunca.
Eso es un paso a paso hasta que lleguemos a un momento que digamos: “Bueno, mirá hasta donde llegó: es el fin, terminó”. No sé cuándo será. Creo que no, simplemente Cielo va a continuar, más allá de los altibajos que pueda tener, creo que va a existir para siempre.