La vigencia de "Nueve Reinas": un espejo de la Argentina
Este clásico fue remasterizado y estará en los cines el 22 de febrero y su resonancia no pierde fuerza. Desde su trama de estafadores hasta sus implicaciones sociales, la ópera prima de Fabián Bielinsky sigue siendo un punto de referencia para comprender los vaivenes de la realidad del país.
Marcos y Juan recorren las calles de Buenos Aires y juntos construyen un croquis de la Argentina del ocaso de la convertibilidad. Foto: Patagonik, Industrias Audiovisuales Argentinas S.A
“Nueve Reinas” será reestrenada en los cines el próximo 22 de febrero, remasterizada en formato 4K. La productora Patagonik realizó un trabajo de digitalización a partir de un escaneo cuadro a cuadro del negativo original de imagen de 35mm. Esto da pie a algunas reflexiones. Una búsqueda, no muy profunda, en la historia del cine permite afirmar que la película de Fabián Bielinsky no es muy original en términos de construcción y caracterización de personajes. Las historias sobre estafadores de poca monta que hacen del engaño y los trucos su forma de vida son usuales dentro del mainstream.
En la década de 1970, en el contexto de una renovación de narrativas y temáticas, “El golpe” y “Luna de papel” son recortes, en diferentes registros, del universo de los tramposos que se mueven en la calle y sobreviven gracias al ingenio con el que logran desarrollar sus hurtos de pequeña escala. Más atrás en el tiempo, hay películas de Ernst Lubitsch, Preston Sturges, Billy Wilder y Joseph Mankiewicz que se hacen eco de personajes parecidos. Todo ese cúmulo por otra parte bastante anárquico, probablemente amado por Bielinsky, es la arcilla con la cual están moldeados Marcos y Juan, interpretados por Ricardo Darín y Gastón Pauls.
La trama dista de ser un alarde de ingenio: está construida, a modo de collage, con elementos que provienen de las películas antes mencionadas y de las que integran esa vertiente conocida como “buddy film”, con eje en la relación que se forja entre dos personajes que se alían en una aventura, misión o viaje y suelen tener personalidades y antecedentes diferentes, lo que da pie a conflictos. Precisamente lo que ocurre entre Juan y Marcos: ambos están en el “negocio” de los timos, pero uno se mueve con cierta ingenuidad y culpa por sus acciones, mientras el otro aparece más experimentado y totalmente amoral. Es capaz de embaucar, literalmente, a su propia familia.
Por otra parte el “MacGuffin” que propone Bielinsky, esas famosas estampillas que dan título al film, no representan un elemento central ni demasiado original. Nota al pie: el término “MacGuffin” fue popularizado por Alfred Hitchcock y hace referencia a un dispositivo narrativo que impulsa la historia y motiva a los personajes, pero cuya naturaleza es a menudo vaga, genérica o incluso irrelevante.
La crisis entra a escena
Dicho esto: ¿Cómo se explica que “Nueve reinas” continúe siendo, a casi un cuarto de siglo de su estreno, un punto de referencia para el cine argentino y una película querida por el público que la vio en ese momento y por el que la descubrió después? La fuerza del film proviene de la capacidad del director para captar cierto clima de época, en este caso los estertores de la convertibilidad y la profunda crisis económica de aquellos años, que haría eclosión en diciembre de 2001.
Es cierto que “Nueve Reinas” no pone toda su atención en esas cuestiones, pero hay algunas escenas clave que registran cómo el angustiante telón de fondo que constituye la realidad argentina hace mella en los personajes. Bielinsky logra, sin bajar línea ni hacer menciones directas, trazar un registro preciso de un momento histórico. Los giros que propone el guión desvían la atención, pero la fuerza gravitatoria del film está en ese valor testimonial.
Hay pocas películas argentinas a las cuales se les puede atribuir esa capacidad para hacerse eco de un sentir social. Una fue “Tiempo de revancha” (1981), en la cual Adolfo Aristarain reflexionaba sobre el último tramo de la dictadura sin hacerlo nunca de manera directa. Otra, más reciente, “Relatos salvajes” (2014), que refleja la crispación social previa a las elecciones . Así “Nueve reinas” ocupa un lugar destacado: puede ser incluida en las clases de historia para encontrar algunas claves que ayuden a desentrañar este presente tan complejo. Y no repetir los mismos errores.
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