Diez películas que forman una cita imprescindible con el jazz
El próximo 23 de septiembre, Netflix estrena “Un jazzista en clave de blues”, de Tyler Perry. Hay allí amores prohibidos y secretos familiares, pero también músicos que buscan triunfar en el ambiente del jazz. Con esa excusa, repasamos una decena de filmes que reflejan ese género musical en la pantalla grande, pero que hablan acerca de la condición humana.
En su nuevo film, que se estrena este mes, Tyler Perry se adentra en una espesa trama que repasa secretos y mentiras familiares a lo largo de varias décadas, con especial énfasis en la banda sonora, que incorpora elementos de jazz y blues.
En una entrevista concedida a este medio hace pocos días, el legendario saxofonista y clarinetista rosarino Rubén “Chivo” González aseguró que el jazz es, en el entorno de la música, un “nicho de un nicho”, poco propenso a movilizar multitudes. Pero no es menos cierto que el cine se valió muchas veces de la pasión, el talento y la visceralidad que caracteriza a ese género para utilizarlo como materia prima de películas de distinto género y variada intensidad. Lo que las unifica es, en cierto punto, que el jazz funciona como metáfora de la vida. Algo de eso hay en “Un jazzista en clave de blues” (A Jazzman's Blues) escrita y dirigida por Tyler Perry, que se estrena el 23 de septiembre en Netflix. Se trata de una historia de amores prohibidos y secretos familiares que abarca desde los años 40 a los 80, pero que tiene al mundo del jazz como contexto, en tanto es lo que motiva a sus personajes. La llegada de este film, que supone también un cambio de registro para el director, que viene de hacer también para Netflix “A Fall of Grace”, sirve de excusa para repasar diez filmes sobre jazz que dejaron marcas en la historia del cine.
“The Jazz Singer” (1927): no son sus credenciales artísticas las que garantizaron la inmortalidad de esta obra de Alan Crosland pronta a cumplir un siglo, sino sus innovaciones técnicas. Es que está considerada la primera película sonora de la historia. La Warner Bros., que por entonces pasaba problemas financieros, fue el primer estudio en sacar un filme sonoro, que alternaba la voz y canciones de Al Jolson con subtítulos. Pero el jazz está presente con toda su potencia.
Al Jolson en su interpretación más conocida.
“Música y lágrimas” (1953): Al director Anthony Mann, muy prolífico en el Hollywood dorado, se lo reconoce sobre todo por sus western y sus películas de aventuras. Sin embargo, a principios de los ‘50 tomó como material la vida de Glen Miller, uno de los más grandes músicos de jazz de la llamada “era del swing” para rodar un film que mezcla elementos del biopic y del musical. James Stewart, actor sólido y flexible, ocupa el rol del músico que tuvo una carrera fulgurante en los ‘40.
James Stewart como Glenn Miller.
“New York, New York” (1977): apenas un año después de rodar “Taxi Driver” el maestro Martin Scorsese cambia por completo de registro y rinde (desde su particular visión de mundo) un homenaje al género musical. Lo hace a través de la historia de Jimmy (Robert De Niro) un saxofonista que quiere formar parte de una gran banda y se cruza con Francine (Liza Minnelli) una cantante con la que inicia una relación afectiva y artística. Es tanto una nostálgica mirada de los tiempos de las big bands como una tempestuosa historia de amor.
De Niro y Minnelli en la película de Scorsese.
“The Cotton Club” (1984): Gracias a las dos primeras partes de “El padrino”, a “La conversación” y a “Apocalypse Now”, Francis Ford Coppola tenía en los ‘80 un prestigio enorme. Pero decidió correr algunos riesgos como este film de gran reparto (Richard Gere, Bob Hoskins, Diane Lane, Gregory Hines, Nicolas Cage, Tom Waits, Jennifer Grey, Laurence Fishburne) ambientado en el night club de jazz más famoso de Harlem. Richard Gere es un trompetista que busca el éxito y sobre el cual se estructura la trama. Como expresó el crítico Fernando Morales es “un excepcional homenaje a una época, un modo de hacer cine y una forma de entender la música”.
En 2019, Coppola estrenó otra versión titulada "The Cotton Club Encore", añadiendo nuevas secuencias.
“Cerca de la medianoche” (1986): este nostálgico film de Bertrand Tavernier está focalizado en la amistad que se gesta entre un saxofonista afroamericano (magnífica interpretación de Dexter Gordon, músico en la vida real) que está entrando en la vejez, atormentado por el alcoholismo y un joven francés amante del jazz, que trata de ayudarlo. Se basa en las vidas del pianista Bud Powell y del saxofonista Lester Young y ganó el Oscar a Mejor Música en 1987. Tal como indica Carlos Galilea, “no es una película sobre el jazz sino una película de jazz, narrada con las formas y la poética del jazz”.
Una mirada francesa sobre el jazz.
“Bird” (1988): Antes de alcanzar su cima más alta con “Los imperdonables”, pero ya curtido como director, Clint Eastwood rodó esta dura y melancólica película sobre la vida de Charlie “Bird” Parker, un saxofonista colocado por los especialistas a la altura de John Coltrane y Miles Davis, pero cuya existencia estuvo marcada por sus adicciones al alcohol y las drogas. Forest Whitaker, premiado en el Festival de Cannes es fundamental para el tono trágico de la historia, considerada por críticos como Carlos Boyero “la mejor película que se ha hecho nunca sobre el jazz”.
Forest Whitaker en la piel del famoso músico.
“Dulce y melancólico” (1999): es conocido el amor de Woody Allen por el jazz, género al que se consagró tanto como al cine. En esta película entrelaza de un modo sutil ambos universos, a través de la descripción de Emmet Ray, un enorme guitarrista de jazz que vive obsesionado por Django Reinhardt y que, pese a su talento, es incapaz de forjar vínculos sanos con las personas de su entorno. En este homenaje al género musical que adora, Allen se vale de una actuación maravillosa de Sean Penn y mezcla con sabiduría drama y comedia.
Sean Penn, actor versátil, hace uno de sus mejores papeles.
“Chico & Rita” (2010): La más extraña de las películas incluidas en esta lista es esta historia española de animación creada por Fernando Trueba (el director de “Belle époque”), Javier Mariscal y Tono Errando, con música de Bebo Valdés. Ambientada en la Cuba de los ‘40, describe la historia de amor entre Chico y Rita. Él es un pianista enamorado del jazz, ella una cantante que aspira a crecer en su carrera. Trueba, que en 2000 rodó el interesante documental “Calle 54” sobre las figuras del jazz latino de Nueva York, logra un trabajo notable.
La película de Trueba fue nominada al Oscar.
“Whiplash” (2014): ¿vale la pena sufrir los tormentos del infierno para ser el mejor? Este interrogante fáustico es el que organiza este trabajo, tan bello desde lo visual y lo sonoro como tremendo en sus implicancias de Damien Chazelle. Andrew Neiman (Miles Teller), es un joven baterista de jazz que apuesta fuerte a integrar un conjunto de jazz que conduce con mano de hierro el profesor el casi demoníaco Terence Fletcher (J.K. Simmons, en la actuación que le valió el Oscar). Tan desoladora en este aspecto como “Bird” o “Dulce y melancólico”, demuestra como Neiman se transforma en el mejor baterista de su generación, pero para lograrlo sacrifica por completo el resto de sus vínculos.
El jazz, en este film, tiene poco disfrute y mucho dolor.
“Soul” (2020): Más allá de sus defectos, esta película de Pixar Animation Studios y Walt Disney Pictures logra establecer, a partir de una cuidadosa animación, un homenaje a la cosmopolita Nueva York. Lo logra a través de la historia de un profesor de música insatisfecho con su vida que está a punto de cumplir su sueño de debutar en un club de jazz, cuando un giro inesperado del destino lo obliga a repensar su vida, sus prioridades sus sueños y sus intereses.