Sábado 24.12.2022
/Última actualización 11:04
Cada año, en cercanías del 25 de diciembre, emerge en las pantallas (desde la de las salas de cine hasta la de las plataformas de streaming) una avalancha de filmes, por lo general mediocres, que intentan capitalizar el “espíritu navideño”. Sin embargo, hay un puñado de películas que han logrado trascender esa coyuntura y se convirtieron en clásicos más allá de su impronta vinculada con la Navidad. Un repaso por diez que, creemos, cumplen esa condición.
“¡Qué bello es vivir!” (1946): la filmó Frank Capra poco después del final de la Segunda Guerra Mundial y tuvo una fría recepción del público. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en la película “navideña” por excelencia. Elaborada sobre un modelo luego imitado e incluso parodiado, la película cuenta la historia de George Bailey, quien se encuentra a punto del suicidio cuando un ángel llamado Clarence le permite ver que hubiera sido del pueblo en el que vive si el no hubiera existido.
“A Christmas Story” (1983): popular en Estados Unidos, no tanto en el resto del mundo, la de Bob Clark es una película convencional pero divertida y conmovedora. Transcurre en 1940, cuando Ralphie de 9 años de edad, pide para Navidad un rifle de aire comprimido de Red Ryder con brújula y reloj solar, el juguete esperado por todos los niños. Sus padres se oponen y esto origina una serie de acontecimientos. El film tuvo una secuela reciente, ambientada en los ‘70.
“Gremlins” (1984): Joe Dante dirige esta película en la cual un inocente regalo navideño es el origen de una invasión de extrañas criaturas en un pequeño pueblo de Estados Unidos. El film, que mezcla con sabiduría elementos de distintos géneros que lo hacen atractivo para todo el público quedó tan prendido a la memoria popular, que dio origen a una secuela y fue parodiado y citado en series como “Los Simpsons”.
“Los fantasmas contraatacan” (1988): El director Richard Donner toma el clásico libro de Charles Dickens “Canción de Navidad” y traslada la acción a los Estados Unidos de Ronald Reagan. Frank Cross es un despiadado director de una cadena de televisión que cambia su forma de ver el mundo tras recibir la visita de tres fantasmas en la Nochebuena. La cinta se beneficia de un Bill Murray en estado de gracia.
“Duro de matar” (1988): el film de acción más entretenido de los años 80 no es, estrictamente, una película navideña. Es decir, la acción transcurre en Nochebuena y eso la hace pasible de integrar estas líneas, pero su mensaje es mucho más abarcativo. Sin embargo, la enseñanza que deja John McClane (Bruce Willis), el policía que se encuentra en el lugar equivocado, en el momento equivocado y para colmo descalzo, tiene mucho que ver con Navidad: en fechas así, no existe lo imposible. El visitante inesperado puede lograr el milagro, en este caso, salvar a un grupo de rehenes.
“Mi pobre angelito” (1990): la taquillera película de Chris Columbus marcó una época y es, con toda posibilidad, la película navideña más querida desde su estreno. La historia de Kevin McAllister, el chico de ocho años que se queda solo en Navidad y tiene que proteger su casa de dos ladrones se convirtió en ícono del cine de consumo familiar gracias al imaginativo guión de John Hughes (el rey de comedia adolescente en los 80) y al carisma de Macaulay Culkin.
“El día de la bestia” (1995): Se trata de la película que llevó a Álex de la Iglesia a obtener repercusión más allá de los límites de España. Con su mirada satírica a flor de piel, el director narra la alocada aventura de un sacerdote que cree haber descifrado el mensaje secreto del Apocalipsis según el cual el Anticristo nacerá el 25 de diciembre de 1995 en Madrid. Para impedirlo, busca la ayuda de un músico de death metal y de un famoso presentador televisivo vinculado a lo esotérico. Entre los tres, vivirán una Nochebuena extraña y retorcida.
“Hombre de familia” (2000): Brett Ratner propone una vuelta de tuerca interesante a la línea argumental de “¡Qué bello es vivir!”. Jack Campbell (Nicolas Cage) es un broker de Wall Street hedonista y solitario, solo preocupado por el dinero. Una día (intervención angelical mediante) le toca vivir otra vida: la de un vendedor de neumáticos de Nueva Jersey, casado y con dos hijos. Esta chance modificará por completo su vida.
“Bad Santa” (2003): la de Terry Zwigoff es una comedia negrísima que toma todos los lugares comunes y las tradiciones navideñas para destrozarlas desde una mirada ácida. Willie es un ladrón alcohólico que se disfraza de Papá Noel para asaltar centros comerciales, junto con un socio que cumple la función de duende. La situaciones que se generan en torno a esta premisa, son tan divertidas como mordaces.
“Noche de paz” (2005): Es posible que la de Christian Carion sea la menos original de esta lista, pero es, al mismo tiempo, la que mejor conecta con la idea de la Navidad como un tiempo de paz, unión y solidaridad. Está basada en una historia real de 1914. En pleno desarrollo de la Primera Guerra Mundial soldados alemanes, franceses y escoceses dejaron de lado sus diferencias para celebrar juntos la Nochebuena.