Lunes 18.12.2023
/Última actualización 15:00
“Soy completamente normal”. Esa es la revelación más escalofriante de “La zona de interés”, la película de Jonathan Glazer que se figura entre las nominadas a los Globos de Oro. Esta afirmación del comandante de un campo de concentración nazi pone de manifiesto aquel concepto de la “banalidad del mal” que concibió Hannah Arendt cuando analizó en un ensayo al ex criminal de guerra Adolf Eichmann. Quiere decir que el Holocausto, la más grande atrocidad del siglo XX y de la historia de la humanidad, no fue solo la obra de despiadados monstruos, sino de militares y burócratas obsesionados por la eficiencia, que luego de cumplir su horroroso trabajo vivían (o trataban de hacerlo) una vida común y corriente junto a sus familias.
A24“La zona de interés” está inspirada en una novela escrita por Martin Amis, escritor británico que falleció en mayo pasado, que se publicó en 2014. Está ambientada en la Alemania nazi y más puntualmente en Auschwitz en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. En ese marco, el comandante Rudolf Höss y su esposa Hedwig hacen todo lo posible por lograr que la familia acceda a una vida idílica en una residencia ubicada cerca del campo de concentración. De este modo, se intenta un giro controvertido pero interesante, que es retratar un oscuro hecho histórico desde la óptica de los victimarios.
La historia se presenta, en la novela, desde la perspectiva de varios narradores, lo cual brinda al lector una visión multifacética de situaciones y personajes, para comprender de manera más cabal las complejidades morales y psicológicas de la trama. El desafio que asume Amis es la apelación a un tono satírico y con elementos de humor negro para afrontar temas complejísimos. Este enfoque, sin dudas provocador, es el que le permite al autor enfatizar en su mirada sobre la naturaleza del mal y la moralidad. De este modo realiza críticas sociales y políticas, cuestiona la autoridad, la obediencia ciega y aborda la capacidad humana para cometer actos atroces.
A24En la película, Grazer también propone algo diferente, que como señala el crítico Diego Batlle, se aleja “de la épica conmovedora y humanista de 'La lista de Schindler' y del preciosismo, el virtuosismo y el regodeo en lo explícito de 'El hijo de Saúl'”, dos películas que también abordan el tema de los crímenes nazis, pero colocan el acento en otra parte. Lo que torna más angustiante a “La zona de interés” y lo que refuerza la idea que desea plasmar el director, es que no están presentes las imágenes esperables de los prisioneros sufrientes, las pilas de cuerpos destinados al crematorio, las cámaras de gas, el saqueo de las valijas por parte de los nazis. Eso está fuera de campo y hace más angustiante la experiencia cuando se contrapone con la cotidianeidad que tratan de llevar adelante los familiares del comandante que fue ahorcado en 1947 por sus acciones durante la guerra.
A24El intento de Grazer de abordar el tema del nazismo y sus aberraciones desde una óptica diferente, para así renovar y actualizar las reflexiones. Pero no es, en rigor, el primero que lo hace. “El lector” (2008), de Stephen Daldry, “La caída” (2004), de Oliver Hirschbiegel, que narra los últimos días de Hitler en el búnker de Berlín, “Bastardos sin gloria” (2009) de Quentin Tarantino, una fantasía alterna de la Segunda Guerra Mundial, “El niño con el pijama de rayas” (2008) que describe la amistad entre un niño alemán y un niño judío en un campo de concentración y la comedia dramática “Jojo Rabbit” (2019) constituyen experiencias diversas pero que confluyen en esa necesidad de encontrar formatos distintos. Lo significativo es, en última instancia, fortalecer el necesario ejercicio de la memoria. Es que el olvido podría desembocar en la reiteración de los errores históricos, un infierno al que no se puede volver a descender nunca más.
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