El asesino a sueldo que el actor Keanu Reeves compuso por primera vez en 2014 vuelve a tomar las armas en la cuarta entrega de la franquicia, que llega a los cines argentinos el 23 de marzo. Un repaso por los aspectos centrales de un personaje plagado de claroscuros, que se ganó al público.
John Wick es el personaje más icónico desplegado por Keanu Reeves desde su Neo de “Matrix”. Foto: Lionsgate
Desde su primera entrega, hace 9 años, “John Wick” fue una película catalogada como “thriller de acción”. Lo es y a una escala mayúscula: hay sed de revancha, muchos tiros, peleas a golpes de puño y cuchillo, explosiones, persecuciones automovilísticas, francotiradores y mucho más. Sin embargo, eso no alcanza para explicar el enorme éxito que obtuvo. Más bien es una especie de cortinaje que no permite ver dónde está la clave: en las características del personaje John Wick, un hombre perseguido por su pasado.
Más de uno podría colocar a Wick en la tradición de los héroes de acción de los ‘80, la década dorada en la que emergieron las figuras más icónicas de la historia del género. Sin embargo (independientemente de sus habilidades con el uso de las armas y las técnicas de lucha, que casi lo colocan en un plano fantástico) calza bastante mejor dentro de los parámetros del cine negro. No hay, en su caso, mujeres fatales ni estafas organizadas que salen mal, pero sí un pasado que (bajo distintas fisonomías) vuelve para saldar cuentas.
Foto: Lionsgate
En la primera entrega, Wick es un hombre que (creemos) llevaba una vida apacible: casa linda, matrimonio feliz, desayunos al sol. Pero ha perdido recientemente a su esposa y de los tiempos felices conserva un perrito (último regalo de ella). Tiene otro tesoro, más mundano: un Ford Mustang de 1969 al que venera. Todo indica que va intentar rehacer su vida en esa misma dirección. Pero irrumpe el “mal” cuando unos hombres entran a su casa, matan al cachorro y roban el vehículo. Emerge el pasado, con fuerza inaudita: descubrimos que Wick es, en realidad, un asesino a sueldo, parte de una cofradía que trató de abrirse de ese mundo para construir otro, alternativo. Ese es el tema de la película: la imposibilidad de eludir un pasado que es constitutivo.
En este sentido, hay alusiones a una película clave para la evolución del noir como “Retorno al pasado” (1947), en la cual Robert Mitchum interpreta a un ex detective privado que trata de reconstruir su vida en un pueblito, bajo otra identidad, luego de escapar de un gángster al que ha estafado tras enamorarse de su novia. Pero el pasado (en este caso, en la forma de una mujer, la bellísima Jane Greer) vuelve y destruye (como explicó alguna vez Ángel Faretta) toda posibilidad de utopía.
Foto: Lionsgate
El propio guionista de “John Wick”, Derek Kolstad, admitió que para construir al personaje se inspiró en los clásicos del noir de los 40 y los 50, de los cuales John Wick es un heredero, salvando las abismales distancias.
También tiene Wick algo de superhéroe, particularmente del menos fantástico de esta vertiente, que es Batman. Es que, al igual que el “hombre murciélago”, posee una serie de capacidades que ha adquirido con fuerza de voluntad que (después de la muerte de su perro) están motorizadas por la sed de venganza.
Foto: Lionsgate
El dictado del éxito
Es sabido que cuando un personaje funciona, como en el caso de John Wick, lo que sigue es ampliar el universo circundante para dejarlo mover a sus anchas. La buena respuesta en las taquillas que obtuvo “John Wick” (2014), derivó en una segunda entrega “John Wick: Chapter Two”, de 2017, que por estas latitudes tuvo el más explicativo subtítulo “Otro día para matar”. Si la trama de la primera era minimalista, ahora se amplifica y se complejiza al incluir los vericuetos internos del misterioso grupo internacional de asesinos del que Wick intenta, en su momento, despegar. Y la acción ya no tiene únicamente como escenario a Estados Unidos, sino que incluye locaciones europeas, como Roma.
En la tercera entrega, de 2019, las cosas se exacerbaron. Wick, esta vez tiene una serie de complicaciones más allá de su irrefrenable sed de venganza: es que luego de asesinar a un miembro del “gremio de asesinos” al que pertenecía (que remite en su configuración tanto a la mafia como a las sectas, con reglas estrictas y una burocracia interna) Wick es expulsado y se transforma en blanco para una legión de cazadores de recompensas, que desean cobrar los 14 millones de dólares que han ofrecido por su cabeza.
Estos antecedentes hacen pensar que “John Wick: Chapter 4” tendrá acción a raudales. Con “Matrix Resurrecciones”, en el año 2021, Keanu Reeves tuvo una vuelta desafortunada a uno de sus personajes más icónicos. El “Neo” 2021 era apenas una parodia del que se había presentado en la “Matrix” de 1999, porque los guionistas pusieron más atención en atender a la demanda comercial que en reforzar las grandes ideas desplegadas en las primeras entregas. El jueves 23 sabremos qué es lo que ocurre con su otro personaje emblemático.
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