Indiana Jones vuelve a la aventura

¿Qué pibe que vivió en los años ‘80 no soñó con calzarse un sombrero Fedora, una chaqueta de cuero, ponerse el látigo en la cintura y subirse a un avión con algún destino exótico, para bucear por el pasado del mundo en busca de tesoros? Ese sueño es mérito exclusivo de uno de los personajes más emblemáticos que engendró el cine mainstream en el último medio siglo: Indiana Jones.

El arqueólogo logró tal nivel de adhesión popular que en plena era del consumo por streaming, de complicados multiversos y héroes oscuros llenos de contradicciones, regresa a los cines con la promesa de renovar una fórmula tan simple como segura: la confianza en el disfrute que conlleva la aventura, en tanto es la posibilidad de evadirse por un rato del gris de lo cotidiano. Algo que ya tenían bien claro Alejandro Dumas cuando escribió “Los tres mosqueteros”, Robert Louis Stevenson cuando delineó “La isla del tesoro” y Julio Verne cuando llevó a sus personajes en un “Viaje al centro de la Tierra”.

La vuelta de Indiana Jones a la pantalla, que se produce 15 años después de su última aventura (“El reino de la calavera de cristal”) lleva por título “El dial del destino” y se sostiene sobre un argumento en el cual el ahora veterano profesor Jones tiene que recuperar un dial legendario que puede cambiar el curso de la historia. Como en otros casos, cuenta con ayuda (esta vez, femenina, a través de su ahijada) pero también se ve obligado a lidiar con un villano decidido a ponerle palos en la rueda. A tono con el resto de la saga, es Jürgen Voller, un ex nazi que trabaja ahora para la NASA.

El preestreno mundial fue el mes pasado, en el marco del Festival de Cannes, pero en los cines argentinos recién se verá el jueves 29 de junio. Hay buenas y malas noticias. La mala es que Steven Spielberg, la columna vertebral de la saga desde el rol de director, no está tras las cámaras. Las buenas: el actor Harrison Ford (con sus 80 años a cuestas) se vuelve a poner en la piel de su creación más icónica, en rol del villano hay un actor de la categoría de Mads Mikkelsen, John Rhys-Davies se mantiene en el histórico personaje de Sallah, presente desde 1981 en la saga. Y, como yapa, el español Antonio Banderas tiene una participación en la piel de Renaldo.

Un héroe ingenioso

¿Cómo hizo el Dr. Jones para seguir en carrera después de luchar contra nazis, espías soviéticos, fuerzas sobrenaturales y hasta con una secta dedicada a rituales de sacrificio humano en medio de la selva? En primer lugar, porque nunca aburrió al público y siempre logró atrapar a los espectadores gracias a su carisma. Jones es valiente, inteligente y leal. Pero, como todo héroe que se precie, tiene su talón (o sus talones) de Aquiles. En su caso, la fobia por las serpientes y cierta fanfarronería. Otro rasgo distintivo, es su sentido del humor indeclinable, que le permite sobrellevar circunstancias límite. Algo que lo emparenta con otros héroes nacidos por la misma época, como John McClane, que siempre tiene una frase ingeniosa para los momentos de más peligro.

A su vez, Jones representa el paradigma del aventurero que se adentra en los puntos más recónditos con el único afán de recobrar tesoros y reliquias históricas. En este sentido, “Indy” establece una conexión directa con el entusiasmo que produce ir hacia lo desconocido. A su vez, sus peripecias implican una fascinación por las antiguas civilizaciones del pasado, gestadas en Medio Oriente hasta las selvas sudamericanas. Pero no desde el lugar más convencional de un documental, sino desde la acción y el entretenimiento. A partir de tramas muy bien urdidas, envolventes. Lo estimulante para el espectador (mérito de Spielberg y de Ford) es que va resolviendo los enigmas junto con el protagonista.

Secundarios, escenas memorables e influencias

Si el personaje de Harrison Ford es el alma de la saga, los personajes secundarios también han sido fundamentales. Entre los más recordados figuran Marion Ravenwood (Karen Allen), quien tuvo un pasado romántico con Indiana Jones y luego lo acompaña en algunas de sus aventuras. El Dr. Henry Jones Sr. (gran creación de Sean Connery), el padre de Indiana, que lo ayuda en la búsqueda del Santo Grial. Sallah (John Rhys-Davies), un incondicional de Jones que tiene mucha “calle”. Y Marcus Brody (Denholm Elliott), un académico despistado que colabora desde el lugar que le aporta la amplitud de sus conocimientos. Una lectura posible es que ambos personajes representan las dos facetas de Indiana: el profesor y el buscador de tesoros.

Las películas de Indiana Jones son, además, pródigas en escenas inolvidables, que forman parte de la cultura popular y han sido imitadas y parodiadas en numerosas oportunidades. Cabe recordar algunas: el desafío con espadas que el arqueólogo resuelve con un tiro de su revólver, la persecución en un tanque de guerra, el escape de la de la roca gigante, el enfrentamiento en el puente colgante y la explosión nuclear de “El reino de la calavera de cristal”.

Desde que se inauguró la saga, en 1981, el personaje de Indiana Jones sirvió como punto de partida para otros personajes en diversos medios. Lara Croft, de la serie de videojuegos “Tomb Raider”, Nathan Drake, el personaje principal del videojuego “Uncharted”, Rick O'Connell (protagonista de “La Momia”) y Benjamin Gates, interpretado por Nicolas Cage en la película “La búsqueda”, son herederos de Jones en eso tan propio del ser humano que es explorar qué hay más allá de lo conocido.