Viernes 14.4.2023
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En 2001, Chris Columbus (gestor de éxitos cinematográficos de los 90 destinados al consumo familiar, como “Mi pobre angelito” y “Papá por siempre”) asumió el monumental desafío de trasladar a la pantalla grande el mágico universo creado por la escritora inglesa J.K. Rowling para dar marco a las aventuras de Harry Potter. El cineasta aceptó colocarse una mochila muy pesada: debía ser lo suficientemente fiel a las obras literarias de base, a los fines de no decepcionar a un público creciente y ansioso. Y, a la vez, captar a los que no se habían acercado aún a los textos de Rowling. Lo logró con creces. “Harry Potter y la piedra filosofal”, como señaló el crítico Roger Ebert, “es una película de aventuras de sangre caliente, empapada de atmósfera, llena de cosas horripilantes y sublimes y sorprendentemente fiel a la novela”.
En la década siguiente, el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería fue una especie de punto de encuentro para personas de todo el mundo. Las salas de cine se llenaron año tras año de chicos, jóvenes y adultos que vivieron o revivieron (en el caso de los millones de lectores de las novelas) las peripecias de Harry en su doble reto: luchar contra Voldemort y adaptarse a los profundos cambios de la adolescencia. En las adaptaciones siguientes, le tomaron la posta a Columbus el mexicano Alfonso Cuarón, a quien los seguidores de Harry Potter le deben esa joya cinematográfica que se llama “El prisionero de Azkaban”. Es que Cuarón utiliza creativamente elementos del lenguaje cinematográfico para traducir en la pantalla lo que Rowling había narrado previamente.
La mayor contribución de los directores que vinieron después (Mike Newell y David Yates, a quien le tocó el honor de dirigir el enfrentamiento final entre Harry y Voldemort y la esperadísima escena del beso que se dan Ron y Hermione) fue la de profundizar dentro de la historia la atmósfera británica, uno de los atractivos principales. Ostensible tanto en personajes, como en situaciones y ambientes. En tanto la trama se oscurece, el fatalismo está más presente y se hace todo más solemne. Se extraña en parte el carácter lúdico presente en las primeras entregas, pero se agradece la intención de cineastas y guionistas de permanecer fieles a la columna vertebral propuesta por Rowling para su saga.
El descomunal éxito que tuvo la saga cinematográfica, llevó a Heyday Films y Warner Bros. a continuar en el mismo camino. De modo que tomó otro texto de la autora inglesa y gestó “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”, que está centrada en las andanzas del mago Newt Scamander, especialista en criaturas mágicas. Esta serie, que arrancó en 2016, ya alcanzó su tercera entrega en 2022, e incorporó actores tan eminentes como Eddie Redmayne, Jude Law, Johnny Depp y Mads Mikkelsen. Los hechos están situados, históricamente, mucho más atrás que las aventuras de Harry.
Ahora, según informó la agencia Télam citando al sitio Dedaline, Harry Potter volverá a tener una adaptación al formato audiovisual, que se verá en Max, la futura plataforma de streaming nacida de la fusión entre los conglomerados WarnerMedia y Discovery. David Zaslav, el CEO de Warner Bros. Discovery, señaló: “es realmente movilizante, y por diez años consecutivos las audiencias podrán ver a Harry Potter en streaming, significa mucho”. Habrá que ver los resultados finales, pero la expectativa de los fans (y de la propia autora, que figura en los créditos también como productora ejecutiva) es que los aspectos mágicos, la evolución de los personajes y el toque british estén presentes, ahora bajo la fisonomía de serie, el formato más característico de estos tiempos veloces.