La agrupación tanguera que integran el bandoneonista Danilo Cernotto y el guitarrista Gaspar Macor, presentará su primer disco en el Centro Cultural Provincial. La cita es el sábado a las 21.
Gentileza producción La ventaja del formato del dúo es que los instrumentos pueden dialogar de distintas maneras, consideró el bandoneonista Danilo Cernotto.
El dúo musical que integran Danilo Cernotto en bandoneón y Gaspar Macor en guitarra basa su repertorio central en arreglos propios de tangos, milongas y valses. En octubre, y tras más de dos años de labor conjunta, pudieron editar a través del sello “Sonamos Latinoamérica” su primero material discográfico, al que decidieron titular “Clásicos de cajón”. El mismo será presentado en sociedad el sábado que viene a partir de las 21 en la Sala Foyer del Centro Cultural Provincial (Junín 2457).
En una charla con El Litoral, previa a este lanzamiento, Cernotto señaló que tras mucho tiempo de avanzar juntos en la escucha de los maestros de la música ciudadana (Aníbal Troilo, Roberto Grela, Rodolfo Mederos, Leopoldo Federico, Horacio Salgán y Astor Piazzolla) construyeron el repertorio del disco. “Nos fuimos dando cuenta de que nos estábamos poniendo una ropa que no era nuestra. Entonces empezamos a armar nuestro repertorio con los clásicos, pero más a nuestra medida, con un sonido que nos representa”, apuntó.
—Van hacia terrenos conocidos para después comenzar a innovar.
—Si. Después podemos empezar a pensar en un repertorio más propio, con composiciones nuestras. Pero necesitamos sentar bandera así y desde ahí arrancar. Nos pareció buena la idea de conocer los orígenes, poder tocar el sonido viejo. Después, hay un sonido más piazolleano en algunos arreglos. Por más que estemos tocando “Danzarín”, que es un tango de los ‘40 o ‘50, lo hacemos con una onda más parecida a la que imponía Piazzolla.
—¿Cómo hicieron la selección de estos “Clásicos de cajón”, partiendo de un universo tan amplio?
—La cantidad de tangos es infernal. Por eso buscamos dentro de los tres estilos dentro del género. Incorporamos un par de milongas, un vals y tangos clásicos. En cierto sentido no basamos, dentro de lo clásico, en lo que más nos gusta y en lo que íbamos escuchando y nos parecía que podíamos sacarle rédito con este tipo de formación que incluye guitarra y bandoneón. Más que nada porque el orgánico de guitarra y bandoneón plantea esta cuestión del dialogo, del ida y vuelta. No tiene el power de un cuarteto o de una orquesta típica. Siempre los tangos tienen dos cosas, una parte rítmica y otra más expresiva. Entonces, buscamos algunos que tuvieran los dos cosas. Que sean picantes o tengan ese sentido de baile en la parte rítmica. Y en la parte expresiva, una melodía profunda. De Horacio Salgán, hacemos “A don Agustín Bardi”, que es muy rítmico pero a la vez tiene una melodía muy expresiva. “Chiqué” y “Danzarín” lo mismo. Cuando vas a lo rítmico, la guitarra y el bandoneón suenan muy bien de manera colectiva, entre los dos. Y cuando vas a lo expresivo, a lo más “tano” del tango, un tango como “Danzarín” te brinda un montón de eso.
Referencias
—¿Cuáles son los compositores o intérpretes que funcionan como referentes para el dúo?
—Somos bastante abiertos. Yo soy muy fanático de Osvaldo Pugliese. Pero no tiene mucho que ver con la formación. Pugliese siempre trabajó en orquestas típicas o sextetos, pero puede ser que haya influencias en el toque. A pesar de que con guitarra y bandoneón no podemos generar el poder de una orquesta típica, uno va tomando cosas. Pugliese tenía una cosa de moverse mucho en el tiempo, de ser muy expresivo. Para mí fue el Beethoven del tango. Tomamos ideas y situaciones de orquestas, pero todavía no encontramos el sonido exacto. De Horacio Salgán tomamos el estilo, la claridad, el buen gusto. Para cada arreglo que hicimos, fuimos tomando cierta impronta de los compositores.
—Son bastante eclécticos.
—La ventaja del dúo es que te da la posibilidad de hablar de diferentes maneras. Tenés que buscar la variación. Por ahí queda la guitarra sola, por ahí el bandoneón. Y vamos buscando el sonido de alguna forma. Pero lo importante es que si uno escucha el disco, tiene un sonido bastante característico. Seguramente, en un segundo disco eso esté más plasmado. Todo es un aprendizaje.
El tango que viene
—¿Qué visión tienen desde el dúo de la actualidad del tango y las perspectivas a futuro?
—La movida del tango ha crecido un montón desde 2001. En Buenos Aires, por ejemplo, es tremendo. Hay diferentes tipos de tango. Hay uno que es for export. Hay mucha gente viajando afuera a tocar. Hay un tango más under que produce una cantidad impresionante de artistas y de formatos, con dúos, tríos, cuartetos. Después, fuera de lo under, hay un montón de orquestas típicas, que desarrollan un repertorio más clásico, apelando a los arreglos de la década del ‘40. En Rosario, cada vez hay más formaciones y más interés. Acá en Santa Fe, desde hace varios años se vienen formando varias agrupaciones. Se van generando un montón. Yo doy clases de bandoneón en el Instituto de Músico y en el Liceo Municipal y de a poco se van sumando alumnos. Hay colegas que me cuentan que hace 10 o 15 años, encontrar un bandoneonista era una gloria, tenían que ir a buscar gente grande. Ahora hay muchos jóvenes interesados en el bandoneón.
—Así que el tango, a nivel local, está en marcha.
—Si, está movilizado. Por la situación económica, creo que se trata más de deseos y fuerzas individuales que cuesta organizar. Si no se arman más cosas, es por los limitaciones que hay.
Antecedentes
Desde su creación, el dúo se presentó en el festival “Sonamos Latinoamérica” de Santa Fe, en el festival “Cosmosonoro” de la ciudad de San Justo y en distintos ciclos de música de las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. En 2018 fueron solistas en dos oportunidades de las Orquesta del Instituto Superior de Música y de la Orquesta Juvenil de la Escuela de Música Provincial, que dirige Manuel Marina, ejecutando el Doble Concierto para bandoneón, guitarra y orquesta de Astor Piazzolla.