"Cuando construyo personajes intento alejarlos de mi biografía"
En su novela “Los accidentes geográficos”, la escritora y guionista Flor Canosa se refiere a las variaciones de las parejas y a los ciclos vitales de las relaciones. La obra, de reciente publicación, está compuesta por dos personajes que viven múltiples historias de amor, atravesadas por diversas geografías.
Gentileza Obloshka No me gusta lo autorreferencial , explicó Flor. Y sobre esa base construyó una novela compleja, que juega sobre las variantes con las que las versiones de los destinos de Greta y Henrik se van entretejiendo en sus infinitas crisis.
“Los accidentes geográficos” es la nueva novela de Flor Canosa y la segunda que publica junto a la editorial Obloshka. En este caso, la escritora y guionista, que desarrolla parte de su trabajo para Fox, Netflix y HBO, desarrolló una obra de compleja estructura que se refiere a las parejas, al amor y a los ciclos vitales que suelen tener las relaciones. Está compuesta por dos personajes, Greta y Henrik, que viven múltiples historias de amor atravesados, según señaló la propia autora en una entrevista con este medio, por “distintas biografías de sí mismos y, sobre todo, diversas geografías”. Es que la trama, que no es lineal, se desarrolla en diferentes ciudades del mundo: Oslo (Noruega), Buenos Aires (Argentina), Manta (Ecuador), Roma (Italia) y Montevideo (Uruguay)”.
Climas que traspasan
-¿Para construir estos lugares del mundo, los conociste o los fuiste construyendo a través de otros recursos?
-De los lugares en los cuales se mueven los personajes, conozco Roma, Buenos Aires y Montevideo. Para la construcción de Oslo y de Manta hice varias investigaciones. Y la verdad es que como lo geográfico pesa más como una cuestión de entorno climático y de ciertas costumbres, no hice tanto hincapié en lo arquitectónico o en el conocimiento pleno de esas ciudades. Sino más bien en las distintas geografías, sobre todo en la diferencia entre el clima nórdico y el más templado y cálido, en cómo eso puede afectar las relaciones entre los personajes.
-Ese juego metafórico está presente desde el comienzo de la novela, cuando planteás aquello de que a Greta le gustan mucho “las cosas inalterables de su casa”.
-Tiene que ver con lo geográfico y con la coyuntura propia de cada cultura, de cada lugar. Tenemos una idea de como es la vida en el Primer Mundo nórdico, cómo son ordenados y tienen mucho más organizada su vida desde todos los puntos de vista, en comparación con lo que ocurre en países como la Argentina. Los personajes, salvo por algo que pasa más adelante en la novela, siempre son nórdicos, pero son afectados por la geografía del lugar donde se conocen, o donde empiezan a vivir su relación.
Gentileza Obloshka
Foto: Gentileza Obloshka
Personajes lejanos
-¿Cómo llegaste a esos personajes, cómo los pensaste, cómo aparecieron en tu universo narrativo?
-Fue una idea que tuvimos en conjunto con Janice Winkler, una poeta amiga con quien ya habíamos escrito una novela infanto-juvenil a cuatro manos. En una charla, ella me dijo que tenía una idea que quería desarrollar conmigo de una pareja nórdica que tenía muy mala relación en su matrimonio, pero que a la noche, cuando iban a dormir, ambos soñaban que eran felices en una playa del Caribe. Ese fue el puntapié para construir después el resto de la historia, que terminó yendo por otro lado. Nunca llegamos a concretar la escritura a cuatro manos con Janice. Arranqué con el proyecto y luego ella me pidió que lo siga por mi cuenta. Y ahí la historia fue tomando otras aristas que la alejaron de esa idea inicial. Pero me pareció interesante indagar en personajes que son tan lejanos a nosotros como argentinos y latinoamericanos.
-Claro. Es atractivo que, desde Buenos Aires, construyas una historia que se traslada a lugares que son tan ajenos a la realidad cotidiana de los argentinos.
-Me pareció un desafío. Cuando construyo personajes, intento alejarlos lo más posible de mi propia ideología, de mi forma de vivir, de todo lo que compone mi biografía. No me gusta lo autorreferencial. Entonces, es desafiante poder construir desde ese lugar. Investigo, leo, miro series, miro películas. Y trato de averiguar cómo sería meterme en la piel de estos personajes que tienen conflictos universales como tenemos todos, pero que a la vez tienen ciertas costumbres o ciertas maneras de atravesar la realidad que son muy diferentes.
Influencias indetectables
-¿Cuáles señalarías como tus influencias literarias, si es que las tenés y las podés percibir?
-Es muy difícil. En un punto, porque tengo muy mala memoria. Entonces hay un montón de cosas que he leído a lo largo de mi vida que seguramente atraviesan mi forma de escribir, pero no las puedo detectar. Aparte, todas mis novelas, salvo las primeras dos que están emparentadas, no se parecen nada entre sí. Te puedo decir que “Pulpa” estuvo bastante atravesada por la escritura de J.G. Ballard, el escritor de ciencia ficción. Pero en el caso de “Los accidentes geográficos” creo que no hay una referencia clara. Es una novela que se fue construyendo durante muchos años y fue tomando diferentes estructuras. De hecho, la estructura final la encontramos con la editora, porque ella notaba que es una novela estructuralmente compleja, porque no es lineal y todas estas historias no se van contando una tras otra, sino que se van entremezclando en todas las geografías y las distintas versiones de la pareja protagónica. Entonces, en esos años de construcción creo que fui atravesada por muchísimos textos que tuvieron influencia, pero no algo que pueda reconocer.
Tiempos diferentes
-¿A la hora de trabajar sos metódica o sólo escribís cuando te aparece la inspiración?
-Trabajo escribiendo guiones para productoras y colegas, como colaboradora autoral y a veces como autora de materiales. Todo eso necesita una estructura muy grande y tiempos muy acotados. Por eso, creo que con la literatura me tomo otras libertades para trabajar más de acuerdo a mis deseos y mi inspiración. Así como “Pulpa” la escribí de corrido en un mes, para “Los accidentes geográficos” trabajé en total cinco años. Dentro de los cuales escribí otros proyectos. La novela siempre estuvo ahí, en una carpeta que de vez en cuando abría y le ponía mucho trabajo y a veces dejaba dormir durante meses. Cuando comenzó la pandemia, decidí retomarla y ahí sí fue un trabajo más sistemático de escritura casi diaria para poder darle una corrección y encontrar el último tramo, que todavía no tenía escrito. Creo que cuando un trabajo lleva tantos años, en el medio pasan muchas cosas.
Docente, guionista y narradora
Flor Canosa ganó el Premio X de Novela Contemporánea 2015, publicó “Lolas” (2015), “Bolas” (2017) y “Pulpa” (2019). Sus cuentos y poesías forman parte de antologías en papel y digital. Es egresada de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) en las especialidades de Guión y Montaje. Hace 20 años se desempeña como profesora en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), dentro del área audiovisual. Como guionista, trabaja para proyectos de cine y TV. También escribe cómics y hace radio.