En una jornada llena de propuestas diversas e interesantes, en horarios cruzados y superpuestos, a nadie le alcanzaron las piernas para ver todo. Los jóvenes en ascenso y los consagrados que revalidan se dieron cita en Santa María de Punilla, frente a más de 45.000 personas.
Lali Espósito estuvo presente en el primer día del Cosquín Rock.
La primera jornada de la edición 2024 del tradicional festival serrano (renovado, con nuevos escenarios y artistas) comenzó bajo un sol tremendo, contra todo pronóstico. Natalie Pérez abriendo el Escenario Norte fue parte de este refresh, al frente de su banda mixta y su pop latino; en vestidito animal print y short bordó y al frente de una banda mixta. En "Mariposa Azul" se subió a un sillón de madera para cantar desde lo alto, entre paseos por la pasarela soleada. Como en la folclórica "Trigo blanco". Ya en top negro volvió guitarra encaró el cierre con "Trampa y "Detox".
Para ese entonces, La Mississippi ya estaba mostrando que el Escenario Sur era el más clásico. La tropa comandada por Ricardo Tapia (gorra de señor, remera blanca y shorts camuflados) sacudió el Aeródromo de Santa María de Punilla con canciones intensas como "Ermitaño". "Estamos saliendo de a poquito, a disfrutar", comentó ante la congregación. Pasó "San Cayetano", con expresivos solos de Gustavo Ginoy en la guitarra.El barbado cantante trajinó la pasarela para presentar "Valentín Alsina (Ritmo y blues)", seguido por "Búfalo". Recordaron cuando para los 35 años de la banda trajeron a Billy Gibbons de ZZ Top (en noviembre de 2023) antes de hacer La Grange", Se despidieron con "Blues del equipaje", con solo de armónica de XX.
Variedad
Mientras Silvestre y la Naranja grooveaba en el Norte, ("están cantando todo pro, pero siempre se puede un poquito más", dijo el cantante Justo Fernández Madero), los españoles de Shinova abrieron el flamante Escenario Montaña, de espaldas a las mismas, ante un puñado de curiosos. Más gente convocó Silvestre, que vivió una tarde consagratoria con sus melodías pop, ampliadas a sección de vientos, y su electricidad.
Gran concurrencia en el Cosquín Rock 2024.
Mientras tanto, Luana movía el espacio Escena Paraguay (fuera del límite histórico del predio) con su designación tropical-rockera, al frente de una banda mixta numerosa. Cerró con una versión cuartetera de "Que digan lo que quieran", del repertorio de Natalia Oreiro, entre banderas de Uruguay y Peñarol: a juego con los músicos en negro y dorado (la solista en top, mini y botas metalizadas). "Nos vemos en el show de La Vela", se despidió.
Espíritu bailable
El polifacético Magamo (voz, guitarra y flauta traversa) junto a Abril Olivera y An Espil (voces reconocidas en este y otros proyectos) salieron al frente de la propuesta bailable (o contoneaba) de Nafta, con su mix de funk, R&B y hip hop; festivo pero "de chill", alegre pero complejo (en buena medida gracias al ñ desempeño de Simón Grunblatt en los teclados, Guillermo “Willy” Avender en el saxo tenor y el Akai Ewi, y Papacho Valentino en la trompeta.
La que podría ser la backing band de Dante Spinetta se subió a un escenario más grande que este último, y se despidió funkeando con te quiero ver otra vez, sobre la línea de bajo de Brian Vainberg.
Por eso mismos momentos, en el Paraguay, el acordeón y la guitarra con wah-wah anunciaban la llegada de Los Peñaloza, iniciativa rosarina de cumbia gourmet, de la que la pequeña burguesía progre consume con gusto. Salieron a dar la batalla por el atardecer, de la mano de una versión de "Estadio Azteca" de Andrés Calamaro. Sumaron cómo voz femenina a Eugenia Craviotto Caraffa de Mamita Peyote, otra rosarina estelar, que se lució la versión de "Por qué te vas" de Jeannette.
Bandalos Chinos fue el primer número fuerte del Montaña, con su mejor formula: del bombo en negras a las síncopas, mucho groove, y la voz sutil de Goyo Degano (de melena rojiza esta vez) sobrevolando por encima. Si Nafta recupera el funk más soulero, Bandalos Chinos elige el costado más disco, más Nile Rodgers.
También pasaron por su costado más indie, con canciones como "El club de la montaña" (apropiada para el contexto) y su versión de "Canción para naufragios" de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Puestas y apuestas
Ahí el público tuvo que dividirse entre los que se quedaron allí, los que se fueron a ver a "Pericos y Amigos" (Juanchi Baleirón y los suyos pasando de "El ritual de la banana" y "Waiting" a "Mucha experiencia" junto a Natalie Pérez; de "Tratame suavemente" a "Home Sweet Home" con Los Auténticos Decadentes) y los que eligieron ir a ver Airbag y su show pulido para grandes escenarios: con sus máscaras de calavera, su Frankenstein inflable, su cultura hard rock y unos cuantos hits.
Muchos hicieron el recorrido, pero los Sardelli se llevaron las banderas flameando. Pato volvió a enhebrar un solo virtuoso con la intro del Himno Nacional y "Burn" de Deep Purple, en uno de esos momentos donde juegan entre el guión y la zaada de hermanos, llegando al "Johnny B. Goode" de Chuck Berry y la invitación a un guitarrista de la audiencia: subió un tal Lautaro, un rosarino con camiseta de NOB, que le puso toda su onda. Se fueron con "Solo aquí" y la promesa de volver al Luna Park.
Miranda! Volvió a apelar a la batería de hits que los trajo hasta acá, en las versiones del "Hotel Miranda" con los invitados grabados (Cristian Castro, Calamaro, Emilia Mernes, María Becerra con FMK) saliendo por pantallas, los percheros con vestuarios para Ale y Juliana, y las bailarinas en los momentos clave.
Mientras tanto, un piloto acrobático auspiciado por una marca de energizantes hizo varias piruetas y pasadas rasantes sobre el escenario, para disfrute o espanto de los presentes. El cierre fue con "Don", después de una catarata de éxitos.
Sonido vivo
Si Miranda! une a las generaciones, llegó la hora de la disputa entre el juvenil Dillom, ya afianzado en los escenarios mayores, y los históricos Divididos. Pareció en principio favorable a Mollo, Arnedo y Ciavarella, pero el Escenario Sur es engañoso por su posición.
La Aplanadora ha venido sacando poca música nueva en años, pero su vivo sigue teniendo magia, como cuando usaron del riff "Another one bites the dust" de Queen como introducción a Sábado, o el enganchado entre "Dale azulejo", "¿Qué tal?" (la versión actual, mas ralentizada y con el bajo menos cargado) y "La rubia tarada", con el público clamando los versos prodanianos. Ese es su fuerte: buscar que cada show sea irrepetible. Por su parte, Dylan León Massa apuesta a su frescura, su atrevimiento y su banda en vivo, que le da un sonido más orgánico.
El trapero Dillom.
Si sumamos que en paralelo a todo lo anterior estaba tocando Dante Spinetta en en el Escenario Boomerang y La Delio Valdez en el Paraguay, parece una búsqueda de la organización por generar Fomo ("fear of missing out;": miedo a perderse algo importante por estar en otro lado) sobre una audiencia de gustos más variados que antaño.
Volviendo a Divididos, un momento cumbre fue cuando Mollo se quedó solo para hacer "Spaghetti del rock", dejó cantar a la gente, acomodando su guitarra al tempo de la masa, para terminar quebrado: "No hagan emocionar a este hombre grande", frenó. De ahí a "Huelga de amores", con Diego en guitarra (chacarereando como su padre, Mario Arnedo Gallo). Catriel tuvo su solo para mostrar su técnica envidiable (casi tan envidiada como su lugar en el corazón de Mikki Lusardi) antes del estallido blusero de "El arriero", con Yupanqui vigilando desde las pantallas. De ahí se fueron a "Amapola del 66" y "Sucio y desprolijo", homenajeando a Pappo y demás ausentes.
La chica del momento
Un rato después salía en el Montaña Lali Espósito, la artista que hoy está en el candelero político, sentimental y por suerte también artístico. Al frente de una banda eficiente (con Penzo de 1915 en los teclados) y del cuerpo de baile creado por Denise Montel de la Roche sumando a la gran Viole Rallis, arrancó con canciones instaladas como "Diva", "Histeria" o "Soy".
Con un vestido calado sobre bikini metalizada y botas negras, hizo un alto para manifestarse: "Pensé muy bien lo que iba a decir: imaginen el contexto. Esto que somos, el arte, la cultura, nadie nos lo va a sacar. Depende de nosotros". Y dedicó " KO" a los "mentirosos" y los "antipatrias". Cuando terminó la canción se escuchó "el que no salta votó a Milei" entre el público
En la siguiente, ¿Quiénes son?", con Moria Casán sampleada en la pista, Lali agregó un "que si vivo del Estado", para levantar la apuesta. De allí salió con "Cómprame un brishito".
"¿Ya está tocando Babasónicos? ¿Qué hacen acá?", preguntó la solista, antes de interpretar Yegua y generar una paradoja en el espacio tiempo con los autores (que estaban en el Norte tocando "El colmo").
"Yo siempre voy a estar acá, espero que siempre estén ahí", afirmó, antes de despedirse bailando "N5" sobre su voz grabada y besar a Denise. Pero quedaba una más y volvió para "Disciplina" (con beso de Viole) y pose triunfal final.
Lali, una de las mas esperadas en el Cosquín Rock.
Mientras tanto seguían los Babasónicos repasando prolijamente sus clásicos, con un Adrián Dárgelos más envejecido (o maduro) que sus compañeros; esto sacando a Carca, que siempre fue grande.
Historia viva
En la otra punta salió "el Flaco" Skay Beilinson al frente de Los Fakires, esta vez con gorra de visera en vez de la habitual fedora, y una melenita por detrás
"El Golem de Paternal" fue el primero de sus puntos altos en el que lució el sonido actual que obtiene de su guitarra: una distorsión algo cibernética. Se escuchó un "Vamos los Redó", justo antes de que Skay interprete "Todo un palo", aquel que dice que "el futuro llegó hace rato", que terminó entre banderas y chicas en corpiño a cococho.
"Ji ji ji" fue otro de los momentos fuertes: no hay que explicar nada, todos saben que el pogo fuerte es en la parte de guitarra antes del solo propiamente dicho. El Flaco, aunque más áspero, tiene un timbre que se acerca aquí al de su ex socio Solari. Atrás de eso sólo podía venir la "Oda a la sin nombre", su primer hit solista.
El tramo final pasó por "La Parabellum del buen psicópata", "Flores secas" y "Lejos de casa". "Disfruten del Carnaval", dijo Beilinson a sus queridos.
A esas alturas Tiago PZK estaba finalizando su set en el Escenario Montaña, tirando rimas sobre fernet y prittiado para sus fans cordobeses pero el protagonista de la hora era Mateo Sujatovich al frente de Conociendo Rusia: un concepto de solista con nombre de banda, que demuestra que ha escuchado a un linaje de solistas argentinos (Páez y Calamaro, pero no solamente). "Cabildo y Juramento" sigue siendo de lo más logrado.
Garra charrúa
"¿Cómo están, grises? Qué bueno estar otra vez", dijo el "Enano" Sebastián Teysera (quizás recordando algún concierto pasado por agua en el mismo predio) luego de "Por la ciudad". Antes La Vela Puerca habían trajinado "Llenos de magia", "De atar" y "Y así vivir".
A su lado estaba el otro Sebastián, el "Sebolla" Cebreiro, con su histrionismo de siempre, y el protagónico en canciones como "Polidoro", que vino después de "Jugando con fuego", apoyado en la potencia de los vientos (Carlos "Coli" Quijano en saxo y Alejandro Piccone en trompeta).
Siguieron bien arriba con La Pastilla, Huracán y la crítica Colabore (con la participación de Manolo Ferreiro, stage manager de la banda).
"Esta hace tiempo que no la tocamos, pero ella quiso estar con ustedes esta noche", presentó Teysera a "Escobas", seguida por "Burbujas".
Invitaron a Luana, tal como estaba prometido: la muchacha subió más gótica que a la tarde (de negro y con cadenas y bucaneras) para cantar el clásico "Zafar", con un gran solo de Piccone. El tramo siguió con "Sin palabras" y "Haciéndose", con los Sebastianes cantándose entre ellos como en los años mozos y la conducción de la guitarra de Rafael Di Bello.
En el cierre, invitaron a Juanchi Baleirón para "El viejo", otro clásico inoxidable. Liquidaron la faena con "El profeta", una que desaprovecharon las hinchadas de fútbol. Fuera de programa, el Enano encaró a capella "José sabía", para los uruguayos que hicieron el viaje.
Todos los hits
Para esas alturas, en el Norte ya estaban Los Auténticos Decadentes, que homenajearon a Luca Prodan con "Los viejos vinagres", la cual pegaron con "Vení Raquel", "Se viene el tutá tutá" y "Un osito de peluche de Taiwán" (una de las que parecen simples de Jorge Serrano, pero rompe la estructura de estrofa-puente-estribillo).
Pasaron por "Loco, tu forma de ser", "Jurabas tú" (que grabaron con Los Palmeras), y "Costumbres argentinas" (tema de Andrelo para Los Abuelos de la Nada, que supieron grabar con el propio Salmón).
"La guitarra" abrió el segmento final, con el "Francés" Gastón Bernardou fumigando con agua para jugar al Carnaval, rematando con "Y la banda sigue".
A moverse
El cierre rockero de la noche estuvo a cargo de Júnior 25 al frente de Caras Extrañas, conservando el espíritu de la banda con la que trascendió. Pero pasada la una de la mañana el predio se preparaba la fiesta: quienes quisieran seguir podían elegir entre propuestas electrónicas como Gordo y Claptone, o la Fiesta Sabor, con Villa Diamante y La Coneja China: todavía quedaba media hora para el Día 2.
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