Miércoles 14.8.2024
/Última actualización 23:32
El teatro santafesino se despertó el miércoles con una mala noticia: el fallecimiento, a los 72 años, de la actriz, dramaturga y directora Cristina Pagnanelli, un personaje querido y valorado por toda la comunidad cultural. A lo largo de una carrera de varias décadas (que también la llevó a Buenos Aires) intervino en diversos espectáculos en los cuales dejó siempre su impronta. En ellos con distintos grupos, abordó obras de dramaturgos abocados a distintos géneros.
ArchivoLas muestras de dolor expresadas en las redes sociales por la gente del teatro de Santa Fe, ponen de relieve no sólo la calidad personal de Cristina, sino también su devoción por esa disciplina, a la que dedicó sus energías y su talento. Entre las muchas que hubo, cabe mencionar las que le dedicó Alejandra Digliodo. “La Cris, con su sonrisa encantadora, con su buena onda. La Cris, una actriz maravillosa, una compañera entrañable y generosa. La Cris, buena madera, buena gente”.
Cristina había nacido el 29 de septiembre de 1951, fue la esposa del actor y director Antonio Germano. Entre sus trabajos, figuran “La penúltima oportunidad”, “Macbeth”, “El tapadito”, “Saverio, mi cruel”, “Stefano”, “Me amás… ¿Me amás?”, entre otros. Como directora, intervino en “Corpiñeras” y “Descaradas”. Fue, además, maestra, directora del Jardín Pedroni y docente en la Escuela Provincial de Teatro N° 3200.
Con Roberto Schneider en "La cuarta pared", año 2005. Foto: ArchivoSus años dedicados al teatro, que era su pasión, la obligaron a transitar momentos oscuros, como el golpe de estado de 1976 y la posterior censura. En una entrevista con El Litoral realizada en mayo de 2020, recordaba como apelaban, en ese contexto, a la imaginación y la creatividad para sostener pensamientos e ideas y expresarlas en forma elíptica.
“En esa época, por ejemplo, hicimos ‘Macbeth’ de William Shakespeare, que habla del poder, de muertes, de traiciones. Que de alguna manera era lo que pasaba el país en ese momento. Pero hacer un clásico de Shakespeare era difícilmente censurable. Cada grupo o elenco buscaba la forma de no renunciar a sus principios e ideales y poder decir lo que pensaban. Pero nunca dejamos de hacer teatro”, había señalado.
En los momentos más difíciles, como la pandemia de Covid 19 que erosionó las posibilidades de hacer teatro, Cristina mantuvo una mirada esperanzada y apasionada respecto a la disciplina. “Creo que esta etapa nos debe hacer reflexionar sobre la importancia del otro en el teatro. Es una actividad que no se hace de a uno, ni arriba ni abajo del escenario. El convivio es arriba del escenario, con los técnicos, con los otros actores, con el director o directora y abajo del escenario con el público”, había defendido.
“Cuando se dé el OK para empezar a trabajar, la gente va a volver con nosotros y a disfrutar de esto que es hacer teatro”, fue su mensaje en aquel momento. La post pandemia la encontró activa, en los últimos años de su vida continuó trabajando. En “La sobrina”, texto teatral de Mari Delgado basado en la novela homónima de su hermano Sergio, la tuvo como parte de un elenco notable, que la mostró en su mejor versión. Quiera el destino que así se la recuerde.