Roberto Gómez Bolaños es una de las personalidades más destacadas del habla hispana en la historia. Su habilidad en el humor y sus carismáticos personajes le dieron la fama no sólo en México, sino también en casi toda latinoamérica.
El comediante mexicano se destacó por su habilidad como escritor y puso su sello personal en cada una de sus creaciones tras un curioso apodo que recibió por parte de un famoso director de cine.
Roberto Gómez Bolaños es una de las personalidades más destacadas del habla hispana en la historia. Su habilidad en el humor y sus carismáticos personajes le dieron la fama no sólo en México, sino también en casi toda latinoamérica.
El Chavo, el Chapulín Colorado, el doctor Chapatín, el Chómpiras, la Chilindrina, el Chaparrón y la Chimoltrufia son los personajes más recordados del escritor y actor, los cuales esconden una relación bastante evidente, pero que pudo pasar desapercibida por varios a pesar de que no representa una casualidad.
Todos los nombres de sus creaciones comienzan con “Ch”, hecho que esconde un curioso motivante.
La reconocida producción Chespirito fue tan exitosa que se transmitió en varios países de Hispanoamérica. En 2006 salió una versión animada y hasta 2020 distintos canales de televisión lo repetían dentro de su programación.
Desafortunadamente, el creador y protagonista de Chespirito murió en 2014. De hecho, el pasado 28 de noviembre se cumplieron siete años de su fallecimiento.
El comediante, además de crear las siete temporadas de la serie mexicana, estuvo involucrado en el cine con el famoso director Agustín Delgado.
Según lo detallado por los medios mexicanos, “este hombre elogió a Chespirito por su habilidad como escritor y le asignó el apodo con el que se le conoce en una comparación con Shakespeare, pero agregándole el diminutivo en vista de la estatura del mexicano”.
Esto marcó un inicio en Roberto Gómez Bolaños, quien decidió castellanizar el nombre del dramaturgo, poeta y actor inglés Shakespeare, escritor de la famosa obra Romeo y Julieta.
Por esta razón, como sello personal, Bolaños nombró la mayoría de sus personajes con ‘Ch’ e inventó algunas expresiones que también iniciarán con dicha letra, como por ejemplo, “chanfle”.