Viernes 14.6.2019
/Última actualización 10:34
El domingo, Roberto “Palo” Pandolfo visitará la ciudad de Santa Fe para compartir junto al público que asista a Tribus Club de Arte (República de Siria 3572) “El vuelo del dragón”. Las entradas pueden adquirirse a través de sistema Ticketway y sus puntos de venta físicos: Credifé (Santa Fe, Rafaela y Esperanza), Nexon Santa Fe (sucursal Aristóbulo del Valle sucursal Peatonal San Martín), Nexon Paraná (Centro), Nexon Santo Tomé. También se pueden comprar en boletería de Tribus, de miércoles a domingo desde las 18. En la previa del recital junto a La Hermandad, el autor de “Ella vendrá” y “Tazas de té chino” dialogó con El Litoral.
“El vuelo del dragón” fue ideado como una plataforma audiovisual gestada en nueve meses y presentada en tres partes. Recuerda Palo que la iniciativa surgió en conjunto con la compañía discográfica S-Music (a cargo de Alejandro Varela), “luego de los primeros dos discos de estudio de La Hermandad con temas nuevos” con el fin de “consolidar la banda con los clásicos de Los Visitantes, Don Cornelio y La Zona, ‘Ritual Criollo’ (2008) y canciones de ‘Esto es un abrazo’ (2013) y ‘Transformación (2016)’”.
Los tres álbumes condensan, en 19 piezas musicales, tres décadas de producción discográfica. “Hay temas celebratorios, furiosos, otros que generan un claroscuro”, admite Pandolfo. En el proceso de selección “hubo que dejar algunas canciones fundamentales como ‘Gris atardecer’, ‘Bi bap um dera’ o ‘Cenizas y diamantes’, pues quisimos sumar canciones más oscuras (‘Cabeza de platino’) o reflexivas (‘Auto unión’)”.
El periodista mendocino Oscar Jalil, afincado hace años en La Plata, escribió alguna vez sobre Palo: “Eternamente joven, trafica el factor tiempo como pocos en el rock argentino”. El gesto artístico de “El vuelo del dragón” reconoce en el tiempo la condición de producción de la obra, pero se anima a saltar haciéndolo maridar con los colores que el artista fue adquiriendo en cada nueva experiencia. En este sentido, la producción se parece más al revuelo que provoca cambiar un objeto de lugar, que a la observación pasiva del mismo. Con la intervención del público como motor de la reinterpretación, la obra “es el resultado de venir haciendo música en vivo en los últimos 40 años sin interrupción. Nunca dejé de cantar mis canciones. Siempre sumé al vivo repertorio de los nuevos discos sin renegar de los anteriores”.
El arcón de creaciones que Palo Pandolfo legó y sigue legando al cancionero popular del país tiene reservado un lugar especial para el clásico de Don Cornelio: “Ella vendrá”. A 32 años de su lanzamiento, sigue funcionando como la fotografía de una época, una ingeniera sonora ochentosa, con una combinación equilibrada de tensión, desesperación y esperanza. El autor de la obra entiende que “la producción original de 1987 con Andrés Calamaro produciendo junto a Mario Breuer en Panda hizo que sea escuchada y difundida a través del tiempo”.
Luego del álbum debut, autotitulado, Don Cornelio y la Zona buscó alejarse de “la fórmula”, en un gesto que recuerda, por citar dos ejemplos, a Gabriel García Márquez después de “100 años de soledad” y a Divididos luego de “La era de la boludez”. El resultado fue la densidad y el rupturismo de “Patria o muerte” (1988) y años de no interpretar el hit en vivo. “A ‘Ella vendrá’ no lo toqué durante los 90. Recien volví al tema en la grabación del disco de versiones subvertidas, ‘Antojo’ (2004). A partir de ese momento, lo incluí en los conciertos de todos los formatos desde solo-set a sexteto y más. La versión con La Hermandad es soñada por la potencia, el amor y el compromiso”.
Las múltiples interpretaciones de la canción (Los Calzones Rotos, Vanthra, el propio Pandolfo junto a Adrián Dárgelos) activaron nuevos sentidos. Palo realiza una lectura a través del tiempo: “He ido interpretando el sentido de la letra en una sensible melodía desde ‘Antojo’ y lo puse en la esperanza. ‘Ella vendrá’ es un hecho luminoso, como una línea de la música popular argentina. ‘Zamba de mi esperanza’, por ejemplo”.
Hacer vibrante lo invisible
Tomando prestadas las palabras de Gillespi, Palo Pandolfo se asume como “una persona sin edad ni tiempo”. La figura que representa lo dicho es el escenario. “Entrás en un gran cilindro horizontal de energía donde no hay ni ayer ni hoy ni mañana”. Y se expande en la atemporalidad: “En el siglo XXI trabajé con la guitarra y la voz por muchísimos lugares de Argentina y tengo amig@s en todas partes. Aprendí que nuestra gente es sabia y solidaria”.
Además de la música, siempre ha tenido un estrecho vínculo con la poesía, algo que se siente en los recitados que se filtran en “El vuelo del dragón”.
“Amo encontrar el momento del recitativo, hablar rítmicamente. Vengo escribiendo canciones desde 1977, a los doce años. Empecé a escribir para hacer canciones. Luego, empezó a sobrarme material y con los años he producido decenas de cuadernos con escritos, poesías, prosas poéticas, ensayos, cuentos breves (muy pocos), vómitos y adyacencias”. La poesía, reconoce Pandolfo, permitió depurar el concepto de las canciones. “Por ejemplo, las letras de ‘Transformación’ las hice durante y después del proceso de edición de ‘La estrella primera’ con dos editores de Conejos: Facundo Rodolfo Soto y Ariel Bermani. Lo que resultó un taller intensivo para mí que escribo, y todo lo demás, intuitivamente”.
Para Palo, el sentido de lo que produce, sea música o poesía, es “hacer vibrante lo invisible: hablar del espíritu en el cuerpo”. Como dice una de sus canciones, “dame luz en la carne”. El objetivo, reconoce, “es claro desde el vamos: estar en la vereda de enfrente del mundo materialista y del miedo a las emociones”.