Jueves 7.10.2021
/Última actualización 12:05
Este viernes, Marcela Morelo brindará un show en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572). En el marco de la gira primaveral “Como la flor”, la cantautora e intérprete presentará su último álbum, “Tu mejor plan”. En diálogo con El Litoral, la artista viajó a los inicios para encontrar los surcos de estos clásicos reversionados, el brillo popular de “Manantial” y la labor cotidiana de mantener el lugar alimentado a base de fuego creativo, nuevas búsquedas y cómplices artísticos.
-La gira “Como la flor” responde a la llegada de la primavera y, también, a la vuelta a los recitales. ¿Cómo estás viviendo este momento de reencuentro con el público?
-Es el reverdecer de la primavera, volver a cantar en pleno cambio de estación. Fuerte. Son tres meses por delante de un clima que se va transformando permanentemente. Es una coincidencia con salir a cantar de vuelta. Y, realmente, florece de a poco. Hicimos dos shows, estamos muy contentos. También empecé a hacer participaciones, canté con Los Palmeras. Yo tenía un cotidiano y, de repente, me quedé en mi casa. No salir a hacer esa rutina de mi trabajo, como le pasó a todas las personas en el planeta, por supuesto me afectó.
Pero se volvió creativo. En 2020, plena pandemia, todos en casa: los chicos, el colegio (en primaria), la tarea... Hicimos el disco, “Tu mejor plan”. Tiene todo un simbolismo, ahora que te lo estoy contando. Por eso estoy así con mi cuerpo, siento esa vibración de volver a conectar con el público. Hicimos un streaming, un show bajo la lluvia que casi se suspende, con la gente abajo del agua. Entonces, volver a un teatro significa para cualquiera de los que trabajamos -y somos muchos- muchas cosas.
-El cierre del disco es una versión de “La vida es un carnaval” con Los Palmeras, con quienes ya habías grabado “Amor”, incluida en “Sean eternos Los Palmeras”. ¿Qué significa ese encuentro para vos?
-¡Uy, Dios mío! Muchas cosas. Baile. Todos en una misma frecuencia, logran esa unión con todo el pueblo.
-¿Cómo fue la experiencia de presentar “Tu mejor plan” el día de tu cumpleaños?
-¿Te gusta la simbología? A mí me encanta. Sí, coincidió con el día de mi cumpleaños que estaba libre el lugar. Me preguntaron: che, ¿te animás? Y dije: sí. Otra cosa que te voy a linkear con Santa Fe: pensé en Soledad. Porque te cuento que ahora, varias veces (muchas, eh) nos juntamos: ella allá en Arequito, y yo acá en mi casa, por Zoom, y estamos componiendo canciones. Qué lindo, ¿no?
Estamos cuatro o cinco horas conectadas, paramos un ratito, vamos al baño, tomamos mate. Cada una en su casa, con su guitarra, la letra, el cuaderno y la compu. Están saliendo unas canciones muy hermosas. Nos juntamos con Claudia Abraham e hicimos un tema entre las tres. Con mi marido y Sole hicimos otra canción. Cada dos semanas estoy un rato en Arequito (risas).
-¿Cómo trabajaron el proceso de selección del repertorio y su perfil de canción pop latinoamericana?
-Son muchas canciones. Cuando pensamos en hacer un disco de estas características, empezaron a salir inmediatamente. Porque algunas de ese repertorio las hacía en los pubs cuando cantaba sola. Como “La vida es un carnaval” o “Como la flor”. Se sumaron la manager, la gente de la compañía, todos empiezan a su playlist.
Después, elegí las canciones que puedo cantar, las que me gustan, las que me quedan bien. Eso es cuando agarrás la canción con la guitarra. “Cada momento” (canta). La puedo sentir. Me saco a Cristian (Castro) de la cabeza y ahí me adueño de la canción, de su composición.
-¿Qué imágenes, lugares, personas aparecen cuando volvés a aquellos tiempos en que salías a cantar a los bares?
-Muchos. Me hace acordar a mi papá que me llevó unas cuantas veces. Me consiguió un lugar para tocar. Mi viejo era bolichero. Conocía a uno, Pepe, que tenía un restorán en Mar del Plata y ahí canté varias veces; también me llevó a cantar en otro en Buenos Aires. Me hace acordar a mi hermana, a la Costanera, el Paseo del Pilar en la Recoleta.
Recuerdo ir en el bondi desde Lanús a Recoleta; cargarme sola: el minidisc, la guitarra y las timbaletas. Me ponían el sonido ahí. Eduardo, un amigo de Lanús, me hizo acordar que me prestó bafles. Me prestaban cosas y yo salía a cantar. Mi repertorio lo canté. Cuando vos cantás un tema es como que se te queda el surco en la garganta.
-¿Te acordás cómo llegaban esas canciones que te fueron marcando?
-Son canciones que sonaban en ese momento. Generalmente, cuando vas a tocar en algún bar o pub, se tocan canciones conocidas. Entonces, eso hice la mayor parte del tiempo sola, aprendí un montón: sin manager ni plomo, armé las pistas, transporte, todo. Era la cantante, enchufaba, armaba, desarmaba.
Laburaba de jueves a domingo. En paralelo, el resto de los días empecé a componer muchas canciones. Me había comprado una Portastudio, un teclado donde armaba las pistas, el minidisc, la guitarra. Y empecé a componer y componer sin parar.
-¿Hubo algún disco que haya inclinado la balanza para decidirte a ser cantautora?
-Sí, “Mi tierra” de Gloria Estefan. “Areíto” de Juan Luis Guerra.
-Tu primer disco, “Manantial” (1997) fue un gran éxito. ¿Qué lugar ocupa en tu historia personal?
-Cuando se dio todo, yo me dejé fluir. No lo podía creer. Se me abrieron las puertas: pasé de Lanús a ir por todos los medios de Argentina, México, España. Fueron años muy fuertes, de mucho viaje y de mucho hacer. Entonces, el lugar se empezó a instalar.
Tengo el desafío permanente de hacer un buen disco. Ese es el laburo de todos los días y es lo que hace que cada uno tenga su lugar. Es la gran tarea de cualquier persona que se dedique a algo: en mi caso, a cantar y componer canciones. Hay que ponerle cuerpo, ese es el esfuerzo. Vi salir un montón de artistas que después se quedan en el camino. No te acompaña la suerte, ponele. Yo creo que a la suerte hay que acompañarla.
-¿Cómo fue el trabajo de seguir y resignificarse luego de esa experiencia?
-Bueno, haciendo canciones. Después, saqué un disco que para mí es muy lindo: “Eclipse”. Ahí está, por ejemplo, “Ponernos de acuerdo”. Fue un momento de mucha creatividad (que siempre continúa, por suerte): con Sole, con mi marido. Se trata de mantener el fuego creativo. Son las canciones que me llevan.
“Me crucé con vos” cuenta la historia junto a mi marido, con quien trabajamos juntos hace muchos años. (Marcela canta) “Voy detrás de la canción, ella me lleva / Comprendo la vida a través de la música / Que suena en mi voz / Voy detrás de la canción // Me crucé con vos / Y se despertó / Un mar de canciones / Todas hablan de amor // Me crucé con vos / Y se despertó / Para mí, la historia / Más hermosa inspiración”.
-Viéndolo en retrospectiva, ¿en qué fuiste cambiando, qué herramientas fuiste incorporando? ¿Qué permanece de aquella Marcela morelo y qué se fue construyendo en este tiempo?
-Permanece ese fuego que me mantiene con ganas de seguir cantando y moviéndome para trasladarme, irme lejos. Eso hace que yo quiera ampliar mi registro vocal, mejorar, actualizarme. Soy muy estudiosa de la voz. Me pasaron varias que me hicieron dar cuenta.
Una maestra en Madrid me dijo: “Ustedes, los cantantes populares piensan que la voz es distinta a la de los líricos. No es así, hay que cuidarse también”. Entendí que había que aprender, y yo tenía ganas de mejorar.
Arranqué con gente alucinante, siempre investigando. Hice un taller con Bobby McFerrin, lo fui a ver al teatro (me impactó muchísimo). Él hace un espectáculo solo, sin instrumentos. Salís emocionada, cantando. Justo ahora que estoy aprendiendo canciones con la guitarra, pensaba, con lo difícil que está la situación, en hacer un ciclo a capella.
-También es una forma de experimentar nuevos ropajes para la canción.
-Más que para la canción, otro ropaje para mí como artista. Porque me doy cuenta que puedo ir a cantar “Rosarito Vera” al CCK para celebrar los 100 años que hubiese cumplido el maestro Ariel Ramírez. Me encanta hacer eso, desde el lugar de intérprete, como ahora con este disco.
También, en esta pandemia me animé a hacer cosas que no había hecho nunca, como estudiar teatro con Inés Estévez. Y ser parte de una serie que todavía no se estrenó -ya la terminamos de rodar- y tener un personaje. Así que, bueno, me animo.