Sandra Gudiño
Sandra Gudiño
'En la levedad del silencio sostengo la esperanza'. Subida a los primeros peldaños de un 2021 aún convulso apuro el primer mate y leo sin prisa "Detrás de los puntos luminosos" (Editorial de l’aire, 2021). Poesía que se instala en la eternidad absoluta del momento presente, que está sucediendo en el aquí y ahora. Verdad poética: resonancia asemántica que la palabra produce en el cuerpo. La poeta se deja tocar por el cuerpo de la lengua para ser poema y así el decir poético bordea y toca lo real.
Hacia esa realidad dirijo la mirada mientras transcurro en estas 'Variaciones sobre poemas orientales". "En lo profundo la pureza de los jazmines". Poética clara, urgente, justa como un temblor, que deviene palabra o silencio, belleza e intensidad. "La quietud es un consuelo". La voz interior -territorio movedizo- es un pretexto para la escritura.
"Me llamarán caminante de los tréboles".
El universo es un continuo estar-siendo que depende de todo lo demás. La poeta transforma los canales de percepción y pone atención en la realidad móvil, fluida, vibrátil. Intensifica los sentidos y con agudeza rítmica nos ofrece un poemario que marca y deja huella, justo ahí, "detrás de los puntos luminosos".
Nadie que escriba puede librarse de una nueva manera de concebir la vida, Jorgelina Garrote no es la excepción:
"Tengo los ojos mirando hacia adentro". Ser poeta es vivir mirando, es aprender a ser, diciendo, con forma, aliento, libertad, con todo el cuerpo.
Alta poesía natural, mecida "en el leve rosado / de la hora temprana", en el viento, en la lluvia con versos cortos, meticulosos, como praxis, casi gestual, "el agua es una voz allí definitiva como la tristeza en el ocaso".
Geografía del silencio. Las pausas llegan al lector como arrojadas, como donadas, hay que recibirlas y aproximarse a ellas tal y como son, cada cual elije la manera, "pero la rosa, qué duda cabe va más allá".
Ternura a raudales en las múltiples historias mínimas. "A veces recuerdo el jardín y la dicha de la infancia sin preguntas". Poesía gema (traslúcida, opalescente) que esconde en su simpleza exquisita una revelación, una confidencia ceñida a cotidianeidades que nos invitan a ingresar y quedarnos en el jardín de la infancia que guardamos dentro y espera "el día es la mañana, la mañana vuelve a la niñez".
Jorgelina escribe. Jorgelina presta atención, se sorprende y lo cuenta. Como dice Mary Oliver en las "Instrucciones para vivir una vida". Los lectores damos la bienvenida a esta ópera prima suspendidos en el preciso instante, en el que se lee, que es siempre.