Menos categorías televisadas, el regreso de figuras a cargo de la conducción y la participación activa del público son los rasgos con los que la Academia de Cine de Estados Unidos desarrollará esta noche la 94ta. edición de los premios Oscar, con la que intentará reconquistar a las audiencias globales en medio de una crisis de larga data para esa gran fiesta del entretenimiento hollywoodense.
No es la primera vez que los galardones buscan adaptar su glamoroso universo al clamor de sus seguidores. Movimientos como el #OscarsSoWhite ("Oscars tan blancos") de 2015 y el #MeToo, nacido en 2018 como respuesta a los abusos machistas en el rubro, dejaron una quizás todavía débil pero bien vista huella en su historial.
Una tímida aparición de mujeres directoras nominadas y la apertura hacia la diversidad racial y cultural, con la presencia de títulos latinos y orientales entre sus principales contendientes, con las recordadas "Roma" (2018, de Alfonso Cuarón) y "Parásitos" (2019, de Bong Joon-ho), fueron los primeros signos de su incipiente transformación.
Así todo, la pandemia de coronavirus profundizó un fenómeno diferente que los Oscar quisieron atajar en más de una oportunidad pero sin encontrarle solución: el claro descenso en sus cifras de rating no hizo más que alcanzar su récord el año pasado, con una gala francamente desordenada que no convenció a una audiencia rápida para darle rienda suelta a la indignación.
La organización tomó nota y armó lo que será un evento con cambios y con la implementación de fórmulas ya conocidas para mantenerse relevante en épocas de la inmediatez de consumo que proponen el streaming y las redes sociales. Aun así, el clima de la antesala a la cita en el Teatro Dolby de Los Ángeles no parece garantizarle del todo el éxito.
Entre las movidas más jugadas no deja de resonar la decisión de compactar el tiempo de transmisión, algo que era un común motivo de cuestionamiento, a expensas de la eliminación del vivo de ocho de las 23 categorías que componen la premiación.
De esa forma, la ceremonia -que podrá verse desde las 21 en TNT y TNT Series- mostrará en forma de clips los resultados para banda sonora original (con el muy probable triunfo de Hans Zimmer por "Duna"), maquillaje y peinado, edición, diseño de producción, sonido y los tres dedicados al terreno de los cortometrajes: documental, animado y acción real.
Además de estar convencidos de que una emisión más breve evitará que las audiencias cambien de canal, algo que parte de la prensa especializada calificó como una falta de confianza en los espectadores, la Academia traerá de vuelta el rol de conducción del show, esta vez a cargo de las actrices y comediantes Regina Hall, Amy Schumer y Wanda Sykes.
Pero junto a la tentación de lo que promete ser un combo provocador al frente de la gala y la invitación a artistas como Beyoncé, Billie Eilish y Sebastián Yatra para cantar sobre el escenario, los Oscar irán un paso más allá con un reconocimiento a la película más votada en redes por los usuarios.
La "favorita de los fans", que bien podría caer en manos de la ultrapopular "Spider-Man: Sin camino a casa" tras inyectarle vida a las golpeadas salas de cine con su estreno a mediados de diciembre pasado, es otro de los métodos que la organización pondrá en práctica para acercarse a las nuevas generaciones.
Más allá del resultado que ofrezca la introducción de lo puramente taquillero y la marginación de la artesanía cinematográfica, sí sería una sorpresa que la industria abandone la esencia de su espectáculo y la autocelebración que ejerce desde su origen. Los 50 años del clásico "El Padrino" y los 60 de la primera cinta protagonizada por el agente James Bond, en ese sentido, serán la síntesis del homenaje que nunca falta.
En la misma línea de lo que querrán decir los Oscar de sí mismos se dividen las aguas respecto a qué filme se llevará la máxima estatuilla de la noche. Hasta ahora, las casas de apuestas internacionales dan tan ganadora a "El poder del perro", de Jane Campion, como a la comedia dramática "CODA", de la estadounidense Sian Heder.