Tras el escándalo mediático, Paulo Londra y su ex, Rocío Moreno firmaron un acuerdo
Las abogadas por parte de Moreno, Ana Rosenfeld y Luciana Ulla, dieron precisiones sobre el acuerdo en sí y cuánto costó llegar a buen puerto.
Tras el escándalo mediático, Paulo Londra y su ex, Rocío Moreno firmaron un acuerdo
Lunes 9.5.2022
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Última actualización 17:03
Después de varios meses de fuertes enfrentamientos, este lunes parece haber llegado la paz para Paulo Londra y Rocío Moreno. La ex pareja y padre de dos niñas en común arribaron finalmente a un acuerdo judicial que fue rubricado ante una gran cobertura mediática.
Las abogadas por parte de Moreno, Ana Rosenfeld y Luciana Ulla, dieron precisiones sobre el acuerdo en sí y cuánto costó llegar a buen puerto.
“En principio no se ponían de acuerdo en nada”, empezó diciendo Rosenfeld a medios locales. Sin embargo, el domingo se reunieron los abogados de ambas partes hasta lograr pulir las diferencias.
“Tratándose de un tema de familia, vamos a buscar la confidencialidad, primero por las cifras que se manejan y después porque hay menores en el medio”, agregó.
Para la letrada, el rol de Moreno en la relación con el artista, sienta un gran precedente para lo que tiene que ver con la compensación económica de la mujer, más en los casos en los que no pasaron por el Registro Civil. “Lo que hace una mujer conviviente es fundamental, y en este caso hemos arribado en un todo a recomponer los derechos de Rocío”, insistió.
Ambas abogadas de Moreno se manifestaron conformes con el acuerdo. “Nuestra representada siempre dijo que buscaba paz y serenidad para su familia”, agregó Ulla.
Rosenfeld agregó que el acuerdo rubricado fue minuciosamente elaborado para que Londra efectivamente cumpla con la obligación alimentaria y la compensación a favor de Rocío.
Para Rosenfeld, la cuestión central del acuerdo fue demostrar que Londra y Moreno tenían un proyecto de familia, lo cual justifica la figura de la compensación económica.
Lo que la abogada finalmente desmintió es que el acuerdo incluyera una cláusula con un bozal legal para ambos, impidiendo que pudieran hablar en público del otro. “Eso no es parte del acuerdo”, aseguró.